Haití es un país con alta participación comunitaria

La actividad de Médicos del Mundo está focalizada en los últimos meses en ayudar a las autoridades sanitarias locales en el combate a la epidemia de cólera, que desde 2010 se cobró más de 7900 vidas con unos 630.000 enfermos registrados (la cifra real podría ser el doble).

El brote comenzó en la zona norte del país -paradógicamente, aquella que no había sido afectada por el terremoto- y a partir de la contaminación de un río, en cuestión de semanas se extendió por el resto de la isla.

"Superada la etapa post-emergencia del sismo, nos abocamos a una estrategia de prevención y promoción de la vigilancia epidemiológica", explicó Basile. Y contó: "Por ejemplo, en Leogane tenemos dos zonas de acción, una junto al mar y la otra en las montañas. Allí estamos por pedido de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), porque son áreas de muy difícil acceso, y para llegar hacemos parte del camino en vehículo pero el resto a lomo de burro o caminando".

Parte central de las misiones de Médicos del Mundo es el trabajo con las comunidades locales. "Tenemos más de 450 agentes sanitarios comunitarios que formamos nosotros de las propias comunidades campesinas y rurales haitianas. Fueron capacitados en estrategias de educación para la salud para poder prevenir enfermedades, hacer controles a las madres, cuidado de los niños y trabajar fundamentalmente sobre la prevención de la epidemia del cólera y detección para tratarlo a tiempo antes de que sobrevenga la deshidratación aguda por diarrea".
Orgulloso, Gonzalo Basile asegura que MdM trabaja con alrededor de 20.000 familias.

FINANCIAMIENTO

La misión Haití de Médicos del Mundo recibe financiamiento a través de la Oficina Técnica de la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur), como parte de la línea de cooperación Sur-Sur.

Esto implica una lógica particular de cooperación: se trata de evitar que la ayuda externa genere dependencia y en cambio se apunta a fortalecer la participación local para generar institucionalidad.

"Un componente importante para nosotros es la incidencia en la construcción de políticas públicas, así como de calidad de vida y derecho a la salud en el país", indicó Basile, y aseguró que "esa estrategia tuvo un fuerte impacto: donde hay redes de agentes de salud comunitarios hay participación comunitaria".

Con cierta naturalidad, Basile asegura que ello no fue complicado. "La participación comunitaria es muy alta, pero eso tiene una explicación: Haití es una sociedad a la que no ha llegado ni siquiera un estadio bajo del estado de bienestar, entonces, si vos no te organizás, si no participás, no sobrevivis", explicó.