EL DE 2012 QUEDARA COMO EL AÑO DE LAS GRANDES MUESTRAS EN MUSEOS Y CENTROS CULTURALES

Buenos Aires internacional

En noviembre, marcando una tendencia, más de 750 mil personas participaron en la "Noche de los Museos", una fiesta cultural que en esta novena edición contó con más de ciento ochenta espacios porteños que abrieron sus puertas hasta las tres de la madrugada.

En homenaje al vigésimo aniversario de la muerte de Astor Piazzolla y con la incorporación de la Milla Cultural del Sur -un nuevo recorrido que nuclea a catorce espacios artísticos-, la novena edición se desarrolló en veintiocho barrios porteños y batió récords de visitantes y museos abiertos en los últimos años.

La "Noche de los Museos" fue la confirmación del interés del público por propuestas artísticas de calidad, que fueron imanes irresistibles de este 2012 que termina.

MARAVILLAS ANTIGUAS

El año fue excelente para el Museo Nacional de Arte Decorativo, que recibió desde Italia la muestra "Maraviglie de Le Marche", que permitió conocer una pintura de Rafael Sanzio (1483-1520), una pequeña tabla dedicada a Santa Catalina.

Precisamente de Rafael en estos días fue rematada por Sotheby"s de Londres una "Cabeza de apóstol" en 47,8 millones de dólares, convirtiéndose en la obra sobre papel más costosa de la historia. Esto da una idea del monto enorme de los seguros de las muestras de pintura antigua cuando viajan de Europa al mundo.

Asimismo, la exposición "Caravaggio y sus seguidores" fue un hito del Museo Nacional de Bellas Artes en el que las obras del gran pintor barroco Michelangelo Merisi de Caravaggio (1571-1610) deslumbraron, junto a piezas de artistas de su misma época, directamente influenciados por su producción y su técnica.

Pero antes de esta presentación hubo otro acontecimiento: el envío en calidad de préstamo por parte del Museo del Prado de Madrid, del "San Juan Evangelista" de El Greco, que se expuso junto a "Jesús en el huerto de los olivos" también pintado por Domémico Theotocopulos (1541, Creta-1614, Toledo), de la colección del museo porteño.

Un ambiente de luces tenues fue el marco en el Pabellón de Exposiciones temporarias para la muestra "Caravaggio y sus seguidores", conformada por veintidós obras, siete de ellas del maestro lombardo, uno de los más influyentes en la historia de la pintura.

Resaltaron piezas como la "Medusa", "San Jerónimo escribiendo" (1605-1606), de la colección de la Galería Borghese, "San Francisco meditando" (1606), del Palazzo Barberini y el "San Juan Bautista alimentando al cordero".

Mención aparte para el catálogo, con textos importantes y reproducciones impecables.  El desembarco de Caravaggio en Buenos Aires fue un proyecto que tomó cinco años de labor y un desembolso de 700 mil dólares por parte de los auspiciantes. La exposición contó con el apoyo de la Asociación Amigos del museo, de la embajada de Italia y de las empresas patrocinantes Case IH, New Holland, Iveco Argentina y Fiat Auto Argentina.

ARTEMISIA SECRETA

La "Magdalena desvanecida", de Artemisia Gentileschi (1593-1653), fue la única obra pintada por una mujer que formó parte de la muestra dedicada a Caravaggio.

Artemisia, primogénita del maestro toscano de la pintura barroca Orazio Gentileschi, nació en Roma el 8 de julio de 1593, en tiempos de contrarreforma y peste, de mecenas refinados, de venenos y de dagas.

En vez de ser virgen, esposa, religiosa o prostituta (los cuatro papeles habituales que cubrían las mujeres de entonces), Artemisia decidió ser artista como su padre y como aquel genio salvaje llamado Caravaggio, cuya pintura, según dicen sus biógrafos, la fascinaba.

Según su biógrafa Alexandra Lapierre, "Artemisia rompió todas las leyes sociales y sólo perteneció a su tiempo. A la conquista de su gloria y su libertad, con su talento y su fuerza creadora se convirtió en una de las pintoras más célebres de su época y en una de las más grandes artistas de todos los tiempos".

Esta es la mujer de quien llegó a Buenos Aires la misteriosa "Magdalena desvanecida", que valió la pena conocer.

AL SUR DEL SUR

Las exposiciones múltiples y simultáneas que integraron el proyecto "Boltanski Buenos Aires", trajeron al país a uno de los artistas contemporáneos de mayor reconocimiento internacional.

Inquietantes, sugestivas y perturbadoras fueron las instalaciones del francés Christian Boltanski (París, 1944), que giraron en torno a la identidad, la vida y la muerte -conceptos centrales en su obra-, y que formaron parte de un megaproyecto ubicado en tres sedes.

"Migrants", un "site specific" reunió en el Hotel de Inmigrantes más de doscientas voces que de manera simultánea y sucesiva, desde distintas fuentes, susurraban -cada una en el idioma de origen- los nombres, edad, ocupación, fecha de llegada al país y sitio de partida.

"Flying books/Homenaje a Borges" fue la instalación desarrollada en la ex Biblioteca Nacional, hoy Centro Nacional de la Música, con un conjunto de seiscientos libros suspendidos en el espacio, meciéndose con una tenue brisa, que restauran con su presencia, colores, formas y tamaños el sonido del movimiento de sus miles de hojas.

El Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Muntref) reunió una serie de trabajos de diferentes años (suerte de retrospectiva) como "Mon coeur", "6 septembre", "Monuments", "Shadows" o "Reserve", seleccionados por su carácter autobiográfico.

Una notable carga emocional tuvieron las presentaciones porteñas de Christian Boltanski, que él acompañó personalmente.

GENIAL GIACOMETTI

La Fundación Proa de La Boca siempre apunta a lo más alto. Lo hizo con la memorable muestra de Louise Burgeois y lo hace con la primera retrospectiva que ha llegado a América latina con la obra del escultor y pintor suizo Alberto Giacometti (1901-1966), una gran figura del arte del siglo XX.

Conformada por ciento treinta piezas, esta exhibición abarca los períodos de su producción artística de Giacometti desde la etapa inicial en su Suiza natal, su temprana formación ligada a Cézanne, al arte africano en los años 20, hasta sus más conocidos estudios de cabezas y retratos, sus emblemáticas figuras femeninas y personajes caminando de las décadas del 40, 50 y 60.

Esta línea de tiempo permite apreciar las diversas disciplinas que Giacometti experimentó a lo largo de su carrera (escultura, pintura, dibujo, grabado, arte decorativo), hasta lograr ese sello estético en el que asimismo estuvieron implicados su padre y su hermano Diego.

El conjunto seleccionado especialmente para su itinerancia latinoamericana por Véronique Wiesinger pertenece a la Fundación Alberto y Annette Giacometti, de París, y vino a Buenos Aires auspiciado por la embajada de Francia y Tenaris-Organización Techint, y estará en exhibición en la Fundación Proa, Pedro de Mendoza 1929, hasta el 9 de enero de 2013, de martes a domingo de 11 a 19.

EN EL RECOLETA

Habitualmente bien posicionado con muestras que atraen muchísimo público, el Centro Cultural Recoleta fue centro de dos antológicas para el recuerdo, la de la fotógrafa Sara Facio y la de la pintora Josefina Robirosa, quienes cumplieron ochenta años de vida y arte, celebrándolo en la sala Cronopios.

Facio acarreó sus casi innumerables tomas de hechos y personajes ya históricos, y Robirosa llenó de color las paredes y hasta el aire, ya que presentó una serie de pájaros que planearon sobre un público que no dejó de renovarse las dos semanas que duró la muestra.