El Senado votó por una unanimidad un nuevo régimen de contrato de trabajo para el personal de casas particulares

La iniciativa regresa a Diputados en función de que el Senado aprobó un texto que modifica aspectos sancionados por la cámara baja en agosto de 2010, tras modificar artículos relacionados con horas de trabajo según la edad de menores y un sistema de ayuda para la educación de las trabajadoras.

El Senado aprobó en general, por el voto favorable de 65 legisladores y sin oposición, el proyecto de un nuevo régimen de contrato de trabajo para el personal de casas particulares.

La cámara mostró menos contundencia cuando se discutieron dos incisos del artículo 72 que contaba con el respaldo de la oposición y allí la votación fue de 37 afirmativos, contra 28.

La iniciativa regresa a Diputados en función de que el Senado aprobó un texto que modifica aspectos sancionados por la cámara baja en agosto de 2010, tras modificar artículos relacionados con horas de trabajo según la edad de menores y un sistema de ayuda para la educación de las trabajadoras.

Los cambios reinstalan un Consejo para el negociación, así como los tribunales para dirimir conflicto, prohíbe el trabajo a menores de 18 años con cama adentro, elimina la obligación de la negociación colectiva a los 90 días, introduce la licencia por maternidad y las vacaciones y establece asignación universal hasta el salario mínimo.

La iniciativa reconoce el derecho a un horario laboral de 8 horas diarias, con un tope de 48 semanales con un descanso semanal de 35 horas corridas a partir del sábado a las 13 horas.

También prevé el cobro de horas extras y francos trabajados, prohíbe la contratación de menores de 16 años y fija topes en las jornadas de quienes tengan entre 16 y 18 años, entre otros.

En la actualidad existen en total 1,2 millones de trabajadores domésticos, de los cuales poco más de 270.000 figuran en las nóminas en blancos con servicios sociales y jubilaciones pagas.

El nuevo estatuto de empleados domésticos fue aprobado en agosto de 2011 por la Cámara de Diputados pero al llegar al Senado su tratamiento quedó en suspenso porque se temía que la obligación de "blanquear" a los trabajadores de este rubro generara un efecto no deseado, como despidos masivos.

El radical Gerardo Morales, anterior presidente de la Comisión de Trabajo, elogió el texto y lo defendió como la concreción de un compromiso adoptado ante la Organización Internacional del Trabajo.

El legislador jujeño pidió un cambio en el proyecto para excluir de la iniciativa un artículo que establece que quedará fuera de la asignación universal por hijo, las trabajadoras que cobren un sueldo equivalente al salario mínimo, vital y móvil.

La propuesta fue apoyada por varios oradores de la oposición, como Liliana Negre de Alonso (PJ-San Luis), María Eugenia Estenssoro (CC-FAP, Capital) y el socialista Rubén Giustiniani.

Estenssoro afirmó que la norma "es un avance enorme", la elogió como una política de género y reclamar una consideración especial para las trabajadoras que perciben la asignación por hijo.

La justicialista disidente Sonia Escudero señaló que la propuesta reconoce una ampliación de derecho para 1,200.000 argentinos y recordó que el 98.5 por ciento de las trabajadoras del hogar son mujeres.

Giustiniani opinó que "es una avance trascendente y parte fundamental de la justicia social" y recordó que la mayoría de las trabajadoras llegan "con escasa escolarización, proviene de sectores de bajos ingresos, muchas veces son pobres y jefas de hogar: Es el más claro ejemplo de la precariedad laboral y la discriminación".

También respaldaron los oficialistas Ana Corradi de Beltrán y Aníbal Fernández, el radical Alfredo Martínez, la justicialista disidente Liliana Negre y el fueguino de Nuevo encuentro, Osvaldo López.