Crítica: ‘La saga crepúsculo: Amanecer parte 2’, la pareja de Bella y Edward, con su hija

Entre vampiros y licántropos

Las grandes expectativas sobre el final de la saga, al menos en este filme, no se concretan. Por eso pensamos que habrá una historia más para reivindicar la historia, que seguirá, igualmente, atrayendo especialmente a los adolescentes.

‘La saga crepúsculo: Amanecer parte 2’ (The twilight saga Breaking dawn-part 2). Estados Unidos, 2012. Dirección: Bill Condon. Guión: Melissa Rosenberg y Stephenie Meyer. Fotografía: Guillermo Navarro. Música: Carter Burwell. Actores: Kristen Stewart, Robert Pattinson, Taylor Lautner, Peter Facinelli, Mackenzie FoyElizabeth Reaser y Ashley Greene. Presenta: Alfa Films. Duración: 115 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.

Nuevamente el romance vampírico de Bella Swan (Kristen Stewart) y Edward Cullen (Robert Pattinson) en la pantalla cinematográfica con un presunto final (lo dudamos). Pasadas las instancias del compromiso, el casamiento, el nacimiento de la bebé Renesmee (Mackenzie Foy), mal llamada Nessie, como el monstruo escocés, la pareja se enfrenta a un nuevo problema.

Un falso rumor hace que se difunda la idea de que Renesmee es una niña inmortal con todas las funestas consecuencias que esto trae para la especie. Por mala información de una integrante de la familia; los Volturi, grandes enemigos de nuestros conocidos vampiros, se sienten nuevamente en peligro y se preparan para
combatir.

CONTROLAR LA SED

Esta ‘Parte 2’ se centra en la familia, su protección y la consolidación de la nueva condición vampírica de la protagonista de la serie, Bella (Kristen Stewart), momento que tendrá lugar en la primera parte del filme, cuando la joven debe controlar la sed y cualquier exceso que la haga caer en lo que prometió abstenerse, el asesinato
para conseguir alimentos. 

Como en otras películas de la saga, siempre está presente Jacob Black (Taylor Lautner), el pretendiente y amigo de la protagonista, de familia licántropa, o sea de los que se transforman en lobos, que decide proteger a la
pequeña Renesmee y quién sabe, suponemos, en un futuro, buscar en ella, el amor frustrado por Bella.

La película está basada en el cuarto y último libro de la saga de novelista Stephenie Meyer y a diferencia de los anteriores, se mantiene en un medio tono general, no ofrece mayores novedades y sólo reserva una vuelta de tuerca en el final, luego de una buena manifestación épica con bastante despliegue, que enfrenta a los italianos
Vulturi, con los Cullen (padres de Edward) y compañía, familia licántropa incluida.

CABEZAS RODANTES

Lamentablemente, no se agregaron significativos personajes, ni aventuras originales. Eso sí, hay sexo, violencia en forma de cabezas que ruedan (influencia de las publicitadas y reales decapitaciones de carteles de la droga) y cierta preeminencia del personaje de Aro, representado por Michael Sheen, un interesante actor galés. 

Es llamativa la presencia de la ‘híbrido’ Renesmee (Mackenzie Foy) en la preadolescencia, pero es lamentable el manejo digital que se utiliza con Renesmee bebé. 

Las grandes expectativas sobre el final de la saga, al menos en este filme, no se concretan. Por eso pensamos que habrá una historia más para reivindicar la historia, que seguirá, igualmente, atrayendo especialmente a los adolescentes con sus amores a lo Romeo y Julieta, los envidiables poderes telekinéticos de los protagonistas
y la necesidad de superar obstáculos y enfrentarse a nuevos desafíos.

Calificación: Regular