Crítica: ‘007 Operación Skyfall’ tiene estremecedora acción con muy logrados personajes

James Bond fue bien reciclado

Sam Mendes con sus guionistas le dio ‘clase’ a un mito, lo cargó de sombras y dudas, triplicó su eficacia en sus descabelladas acciones, lo enfrentó con el peligro actual y futuro del cibercrimen y puso a su lado a un jovencito muy Harry Potter (Ben Whishaw, en el papel de Q) que con el accionar de las computadoras lo descoloca por primera vez en la historia.

‘007 Operación Skyfall’ (Skyfall). Coproducida entre Inglaterra y Estados Unidos, 2012. Dirección: Sam Mendes. Guión: Neal Purvis, Robert Wade y John Logan, sobre la obra de Ian Fleming. Fotografía: Roger Deakins. Música: Thomas Newman. Actores: Daniel Craig, Judi Dench, Javier Bardem, Ralph Fiennes, Naomie Harris, Bérénice Marlohe y Albert Finney. Presenta: Sony. Duración: 143 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.

Cuando la singular voz de la cantante Adele, le dice al espectador, mientras aparecen los créditos, “Este es el final, aguanta tu respiración”. Cuenta hasta diez y una exquisita escena submarina con luces aceradas envuelve
el campo visual, uno piensa que se equivocó de película, o algo diferente está por pasar.

Y pasa. James Bond (Daniel Craig) renació y sorpresivamente lo hace desde una posible muerte. Persiguiendo a uno de sus enemigos que robó los nombres de agentes secretos infiltrados en redes terroristas, Bond es aparentemente rematado por una orden a distancia de la jefa M (Judi Dench), para algunos un peligro más que
una protección en la compleja burocracia del espionaje.

AVE FENIX

Pero no todo es tan así y OO7, un poco gastado y tambaleante reaparece como un Fénix que hace rato huyó de pesas y paralelas. Y como el gimnasio está cerca, Bond revive. Tendrá tiempo de escenas excepcionales, conquistas internacionales: Sévérine (Bérénice Marlohe), la morena Eve (Naomie Harris) y casi un decepcionado
Silva (Javier Bardem), impresionantes incursiones en Singapur y Macao, desaforadas persecuciones en trenes y subtes, y hasta momentos de edípicas reflexiones freudianas en tierra escocesa. ‘007 Operación Skyfall’ es un
Bond puro, reciclado a la manera de Sam Mendes, su director. No por nada Mendes estudió en Cambridge y formó parte de la Royal Shakespeare Company. Con un rico guión que recrea un Bond con sombras y luces, muy Batman y ansioso sin saberlo de un confesional sillón freudiano, la película se enriquece. 

Las mejores escenas de acción, significativas, nunca vanas. Con un villano para recordar, anótenlo para todo premio internacional que aparezca, Javier Bardem, en el papel de Silva, es una mezcla del temido Hannibal Lecter y el Moriarty, de Sherlock Holmes. Verdaderamente deslumbra. Y no sólo por su pelucón de pajiza pelambre, o su paladar desmontable que estremece ante su ausencia súbita.

VILLANO PERDURABLE

Mendes con sus guionistas le dio ‘clase’ a un mito, lo cargó de sombras y dudas, triplicó su eficacia en sus descabelladas acciones, lo enfrentó con el peligro actual y futuro del cibercrimen y puso a su lado a un jovencito muy Harry Potter (Ben Whishaw, en el papel de Q) que con el accionar de las computadoras lo descoloca por primera vez en la historia.

Ah, y le dio su cuota de humor!. Un exacto Daniel Craig (James Bond), la realeza interpretativa de Judy Dench (M), el inefable Bardem (Silva), un promisorio Ben Whishaw (Q), más las bellezas de turno, Eve (Naomie Harris) y Sévérine (Bérénice Marlohe), junto con locaciones sorprendentes (las de tierra escocesa abruman) y un Albert
Finney (Kincade) como salido de un western de John Houston. Verla y disfrutarla son sinónimos.

Calificación: Muy buena