Crítica: "La Revolución es un sueño eterno" tiene una excelente actuación de Lito Cruz

El ideólogo de un noble sueño

Ficha técnica:
"La Revolución es un sueño eterno". Argentina, 2012. Dirección y guión: Nemesio Juárez. Fotografía: Leandro Martínez. Música: Sebastián Kauderer. Actores: Lito Cruz, Luis Machín, Adrián Navarro y Juan Palomino. Presenta: Aura Films. Duración: 110 minutos. Calificación: Para todo público.

 El director Nemesio Juárez, al abordar la obra de Andrés Rivera, se enfrenta con la difícil tarea de trasladar el extenso monólogo subjetivo de la novela a un lenguaje cinematográfico. Castelli, figura alrededor de la cual gira la historia novelada, es considerado "el ideólogo de la revolución de Mayo".

Cuando comienza el filme, Castelli está muriendo de un cáncer en la lengua y a través de flashbacks se alude a hechos fundamentales de la historia nacional en los que participara, como el Cabildo del 22 de mayo, la muerte de Liniers, fusilado, la Campaña del Ejército del Norte y el juicio por mal desempeño en esa lucha. Pero fundamentalmente, "el orador de la Revolución" reflexiona sobre su papel en ella. De sus conceptos surge la pasión revolucionaria, que arde tan violenta como la enfermedad que lo carcome.

MIRADA SUBJETIVA

Ni totalmente biográfica, ni totalmente histórica, el filme incorpora miradas subjetivas al concepto de concepción revolucionaria, sus contradicciones, la condición que deben tener los que la aplican y el interrogante mayor: la revolución compensa dolores y penas que de ella derivan.

El filme se plantea como una exposición de ideas, donde la revolución es el centro y sus manifestantes, peones del ajedrez, juego que metafóricamente enfrentan en una secuencia a Castelli y Monteagudo. Es una película austera, llana, con justo diseño de producción, que ambienta el tono de la época con mínimos elementos.

Aunque faltó profundización de caracteres, hay un tono de sinceridad general y el diálogo es llano, no estereotipado y se da desde los comienzos, cuando Castelli es atendido por su médico (un excelente Hugo Alvarez) en una escena mínima y austera.

Figuras como Mariano Moreno, Manuel Belgrano, Bernardo de Monteagudo toman el rostro de un buen elenco integrado por Adrián Navarro, Luis Machín, Juan Palomino, una sensible Mónica Galán y en el que sobresale Lito Cruz, con toda la fuerza de la pasión que el personaje exige y los altos y bajos de la decadencia ante la enfermedad.

Calificación: Buena