Crítica: "Plaga Zombie: Zona Mutante. Revolución tóxica", buena comedia de ciencia ficción

El ritual de espantar alienígenas

Ficha técnica:
"Plaga Zombie: Zona Mutante. Revolución tóxica" Argentina, 2012. Dirección: Hernán Sáez y Pablo Parés. Guión: Paulo Soria, Pablo Parés y Hernán Sáez. Fotografía: Diego Echave. Actores: Hernán Sáez, Sebastián Berta Muñiz y Pablo Parés, entre otros. Presenta: Farsa producciones. Duración: 100 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.

Pioneros de la comedia de ciencia ficción, Hernán Sáez y Pablo Parés, cierran su trilogía llamada "Plaga Zombie", con este filme tan desopilante, como sorprendente en su intención de parodiar el género con sólidos recursos creativos y de certero impacto en el espectador.

Si se busca algo novedoso en el cine fantástico, esta es la película ideal, porque logra ubicar al espectador en una clave de suspenso, que poco después termina transformándose en situaciones tan absurdas, como de un humor ingenuo y contundente.

La primera "Plaga Zombie" se vió en 1997, después llegó "Plaga Zombie: Zona Mutante" y ahora "Revolución tóxica", en la que sus tres superhéroes : Bill Johnson, Max Giggs y el forzudo John West, tendrán que agudizar su ingenio para exterminar una plaga de zombies, que provenientes de un plato volador y amenazan con exterminar a los humanos, a partir de la expansión de un extraño virus.

LA NAVE MADRE

Los tres protagonistas creen que si logran atraer a la nave madre, con un Zombie de Troya, cuyo interior está lleno de explosivos, conseguirán salvar a la humanidad. Pero en el trayecto de poner en práctica su misión, tendrán que lidiar hasta con un torpe agente del FBI y esquivar varios atentados terroristas, en los que la sangre terminará salpicando hasta el más desprevenido.

Esta "Revolución tóxica" tiene una muy bien elaborada artillería de efectos, desde la versión local de un extraño plato volador, hasta esos ridículos zombies, que manchados de pintura de los más diversos colores, en particular el verde, consiguen hacer reír y asustar al que los ve.

Con algunos hilarantes números musicales, resoluciones de guión que ponen en primero plano las torpezas de sus protagonistas, sumado a gags, en los que el "gore", de brazos, piernas y otros miembros esparcidos por el aire, parecen más bien una fiesta estudiantil, que un temible ritual de zombies, la película sorprende por su acertada estética trash y las estupendas actuaciones de Pablo Parés, Hernán Sáez y Sebastián Berta Muñiz, junto a equipo de entusiastas colaboradores.

Calificación: Muy buena