Crítica: "Qué lo pague la noche" es la interesante opera prima de Néstor Mazzini

Un policial bastante extraño

Ficha técnica:
"Qué lo pague la noche". Argentina, 2011. Dirección y guión: Néstor Mazzini. Fotografía: Marcelo Moreno. Música: Leandro de Loredo. Actores: Roberto Lavezzari, Edgardo Ibañez, Felipe C. Pino y Anabella Barujel. Presenta: Néstor Mazzini. Duración: 67 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.

Una densa presencia lidera un filme extraño. Se trata de un espacio urbano, Lugano 1 y 2, ubicado al sur de Buenos Aires, que concentra más de veintiún mil personas repartidas en ciento dieciocho monoblocks con puentes en altura que unen los complejos. Su presencia nocturna y matinal conserva el misterio que no sólo emana de su imponente construcción, sino de la sutil manera en que su director la muestra como innegable entorno de un grupo de personajes de la historia.

Hay un casamiento, hay una muerte, una desaparición y una atmósfera en que se concentran situaciones ambiguas, momentos que quedan como sin explicación y dichos de gente que largan noticias, sin que la mayoría de ellas se confirmen o comprueben.

ELEGANCIA Y VERDAD

La idea es que la realidad es ambigua, no hay un racionalismo puro y los intereses pueden marcar situaciones terminales.

Filmada en fechas crueles (enero de 2002), cuando el país ardía, "Qué lo pague la noche", fue preestrenada en video. En 2005, premiada por el INCAA, logró ser ampliada a 35 mm, digitalizada, mejorado el sonido y ajustado el color.

El que quiera ver una película como cualquier otra, con principio, desarrollo y final prolijo, se puede sentir defraudado, porque hay problemas formales y algunos de contenidos, que no terminan de armarse. Pero hay elementos que hablan de un director que hay que apoyar y seguir. Lo mismo que a su grupo de gente. El se llama Néstor Mazzini y muestra que maneja la narración cinematográfica con pureza y fluidez. Nada parece forzado y llamativamente, enriquece imágenes sin diálogo.

La secuencia del comienzo, con ese largo paneo, dice más del contenido del relato que su totalidad. Su manejo de las atmósferas y la habilidad de trabajar con actores no profesionales que parecen espontáneos y libres, es un patrimonio más que difícil, aún en profesionales.

Mazzini tiene muñeca para orientar tensiones y mostrar el lumpenaje con cierta elegancia y total credibilidad. Su autenticidad es lo que impacta, lo que en José Celestino Campusano ("Vil romance"), otro director a seguir, con similares materiales era herida al rojo vivo, cortada a machete, en Mazzini se difumina casi en forma de ensueño y de susurros. Un director argentino con innegable futuro.

Calificación: Buena