Crítica: "Judíos por elección", testimonios, estilos de vida y un único fin

Construir una nueva identidad

A los testimonios se suman fotografías de la época, fragmentos de la Torah entre historia e historia y una triste música plena de añoranza que, con discreción, interviene cautamente en los relatos.

Ficha técnica:
"Judíos por elección". Argentina, 2011. Documental. Dirección, guión e investigación: Matilde Michanie. Asesoramiento en guión y redacción de textos: Horacio López. Fotografía: Pablo Zubizarreta, Enrique Sorkin, Ada Frontini y Diego Poleri. Música: Fernando Manuel Diéguez. Presenta: Michanie Film. Duración: 88 minutos. Calificación: Para mayores de 16 años.

Al comienzo de este documental, su directora Matilde Michanie dice: "El judaísmo no es proselitista, no busca adeptos".

Visualizar este largo camino a través de una serie de testimonios, conocer paulatinamente las historias individuales, que están detrás de estos buscadores de identidad, es una aventura digna de ser conocida. Serán diferentes las experiencias y las motivaciones. Serán hombres, mujeres, jóvenes de distinta edad y condición social que continúan caminos de espiritualidad en compañía, en soledad, en diferentes países, pero siempre con la misma intensidad.

Silvia vivirá su descubrimiento en profundidad, adentrándose en lo más profundo de la ortodoxia judía, la de los treinta y nueve trabajos que deben ser respetados. Adar, sin ninguna ascendencia judía, hablará en Israel de sus ya once años en proceso de conversión. También estarán las parejas como Josef y Batia en Israel, o Marcelo y Lorena en Buenos Aires, que basarán en valores bíblicos sus búsquedas espirituales. Habrá descreídos iniciales, ex seminaristas salesianos y también representantes de movimientos ortodoxos, Masori o reformistas que se referirán a sus definiciones al considerar judío sólo al hijo de madre judía.

UN UNICO DIOS

Pasando por una breve alusión a la inmigración judía en nuestro país entre 1880 y 1930, al crecimiento de los matrimonios mixtos, se hace alusión a la prohibición, en l920, de la conversión al judaísmo ""hasta la eternidad"", prohibición que algunos ortodoxos consideran válidas hasta el día de hoy.

A los testimonios se suman fotografías de la época, fragmentos de la Torah entre historia e historia y una triste música plena de añoranza que, con discreción, interviene cautamente en los relatos.

Estilos de vida, modos de espiritualidad, ratificaciones por tribunales religiosos, circuncisiones, bautismos.

Todas los detalles se engloban en el filme de la directora de "Licencia Número Uno", de cuidada investigación, para concluir en la aceptación de un Unico Dios, en los nuevos nombres de su lograda identidad, en las seiscientas trece leyes, en aceptar que el judaísmo es un estilo de vida y la Torah, como simplifica uno de los entrevistados, "algo que engloba el concepto de que, lo que no se quiera para uno, no lo hagas a tu prójimo".
Impecables los rubros técnicos, bella y austera la música.

Calificación: Muy buena