Crítica: "La saga Crepúsculo: Amanecer. Parte 1", ofrece nuevas sorpresas para sus fans

Los amores de sesgo turbulento

Impecable técnicamente, con buenos efectos especiales, música que a veces abruma y lindos adolescentes, el filme continúa una historia que parece reunir los ingredientes necesarios para que la gente muy joven la siga.

Ficha técnica:
"La saga Crepúsculo: Amanecer. Parte 1" ((Twilight Saga: Breaking Dawn part 1). Estados Unidos, 2011. Dirección: Bill Condon. Guión: Melissa Rosenberg, basado en la novela "Amanecer", de Stephenie Meyer. Fotografía: Guillermo Navarro. Música: Carter Burwell. Actores: Kristen Stewart, Robert Pattinson, Taylor Lautner, Mia Maestro y otros. Presenta: Alfa. Duración: 112 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.

En esta Parte 1 de la saga, los protagonistas Bella Swan y Edward Cullen, de tormentosos amores debido a su diversidad genética, van a casarse.

Ella es humana, él vampiro y parece que estas uniones mixtas no van. En síntesis, son como Romeo y Julieta, los de Shakespeare, tan jóvenes y lindos como aquéllos. No ricos, pero hijos de gente con buenos empleos. El papá de Bella es policía, el de Edward, médico. Y por supuesto tienen sus amigos línea vampira y línea humana, con sus enemigos y sus simpatizantes, como cualquier individuo que se precie. Hay un pretendiente y amigo de la bella Bella, Jacob Black, que ronda con la esperanza de que Cullen se desilusione y abandone a su amada y el padre de la chica, como buen policía, no la pierde de vista y como puede, la vigila de cerca.

NO HUMANOS

Ah!! Tampoco Jacob es humano. Es de una vieja familia licántropa, o sea de los que se transforman en lobos y más aún cuando se enojan. Para complicar el asunto, vampiros y licántropos no se llevan bien. Atención que no todos los licántropos se llevan bien con otros licántropos, ni vampiros con otros vampiros. Sino no se explica el odio de los Vulturi, vampiros italianos de otra parte de la saga, con los Cullen.

El caso es que asistimos a una boda en el bosque con mucha concurrencia joven, especímenes varios y la incógnita de qué pasara con el tiempo.

La película muestra una luna de miel en Brasil, lo que no nos tranquiliza porque hay que pensar que vampiros y licántropos ya son nuestros vecinos. Para empeorar la situación parece que las gestaciones vampiras son rápidas y Bella no alcanza a disfrutar de la luna de miel y aparece embarazada y nada contenta.

LA JOVEN MORMONA

Sin analizar las razones por las que una joven mormona, Stephenie Meyer, decide contar una saga de licántropos y vampiros y alcanza un éxito universal con más de setenta millones de obras vendidas, observamos una historia simple, que más allá de la diversidad de sus integrantes no aporta ninguna originalidad a la relación, aunque sí expectativas en cuanto a cómo se lleva una pareja mixta y cómo será el fruto de tamaña unión.

Uno esperaba hechos impactantes en esta luna de miel. Pero no, salvo algunas brutales peleas con lobos, sólo hay algunos lindos paisajes, mucho interior confortable y modernoso, una deprimente oscuridad y la pobre Bella con pocas ganas de nada, absorbida sanguíneamente.

Impecable técnicamente, con buenos efectos especiales, música que a veces abruma y lindos adolescentes, el filme continúa una historia que parece reunir los ingredientes necesarios para que la gente muy joven la siga.

Calificación: Buena