Crítica: "Conan, el bárbaro 3D", saltó de la historieta a la pantalla grande

Una aventura con mucha acción

La producción del alemán Marcus Nispel es un clásico de aventuras filmado en Bulgaria con un buen diseño de producción y correctos actores. Hay algunos desniveles entre la primera parte y la segunda, pero los requisitos del género están suficientemente cumplidos.

Ficha técnica:
"Conan, el bárbaro 3D" (Conan, the barbarian). Estados Unidos, 2011. Dirección: Marcus Nispel. Guión: Thomas Dean Donnelly, Joshua Oppenheimer, Sean Hood y Robert E. Howard. Fotografía: Thomas Kloss. Música: Tyler Bates. Actores: Ron Perlman, Jason Momoa, Rachel Nichols, Rose McGowan. Presenta: DCA. Duración: 111 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.

Conan fue un personaje nacido en la década de los "30, cuando la historieta se ponía los pantalones largos en Estados Unidos y surgían héroes y antihéroes aquí y allá.

Suerte de gigante justiciero, de desgraciado nacimiento (su madre muere cuando él llega a la vida) y una infancia donde su padre es asesinado por un malvado al que perseguirá por el mundo en una matanza brutal, este héroe de pocas palabras y fuerza increíble, fue el más exitoso de los personajes creados por el historietista Robert Erwin Howard.

Conan se destaca por su descomunal fuerza física, es cimmerio y ataca a todo aquél que se opone a sus acciones. Durante el filme sabemos que su enemigo principal es Khalar Zym, que un día matara a su padre y que va por el mundo acompañado por su siniestra hija bruja.

FUTURO HEROE

La película pasa por el nacimiento del futuro héroe, su educación ligada a las armas, desde el momento en que su padre es poseedor de una fragua. Su asesinato y el deseo de venganza de su hijo lanzará al cimmerio a la aventura y la violencia.

La aparición de la que será su amor, Tamara y las luchas que lo acercarán a Khalar Zym, son secuencias bien filmadas con un fuerte acento en el exceso de violencia.

La producción del alemán Marcus Nispel es un clásico de aventuras filmado en Bulgaria con un buen diseño de producción y correctos actores. Hay algunos desniveles entre la primera parte y la segunda, pero los requisitos del género están suficientemente cumplidos.

Hay muy buenos enfrentamientos, personajes sencillos pero atractivos como Conan, interpretado por el actor hawaiano de "Bay Watch", que tiene el profético nombre de Jasón (el de las aventuras con el Vellocino de Oro), aunque éste nació en las islas hawaianas, con el apellido Momoa; la chica Rachel Nichols como Tamara, una seductora mujer de la que se enamora y los malos muy malos por los que se genera toda la aventura, el villano Khalan Zym y su hija Marique, la de las uñas metálicas, capaces de hundirse en la piel de cualquiera para proveer de sangre a la vampiresca señorita.

EL MONSTRUO

También a la manera de las aventuras de Simbad, tienen sus secuencias muy bien filmadas con el monstruo de turno, una suerte de pulpo gigante y unos hombres de arena que se forman y desaparecen en batallas imposibles.

Parece mentira que este elemental gigantón, más simple en la película que en la historieta, alcanzara mayor fama que otros personajes de Howard, exitoso historietista, desde su aparición en "El Fénix de la Espada". Otros como Kull y Solomon Kane, el puritano, todavía no fueron bien abordados y esperan su momento para entrar a películas, o videos.

Llamativamente el fuerte hombrón cimmerio, nació de un escritor debilucho, que logró una muy buena ubicación en el mundo del cómic y que lograra adquirir un físico aceptable, luego de arduo esfuerzo, pero harto de desengaños amorosos y ante la tuberculosis de su madre, su gran compañera se pegara un tiro recién cumplidos los treinta. Nunca imaginó que los trabajados músculos del aguerrido Conan darían para tantas aventuras en los medios más sofisticados conocidos y sin problemas de tiempo.

Calificación: Buena