"Hay margen de maniobra"

Matías Kulfas explica el modelo productivo y remarca la necesidad de profundizarlo. La segunda etapa es un salto hacia el desarrollo, explica unos de los ideólogos del modelo en vigor. Descarta la necesidad de un "service". Suplantar importaciones de manera selectiva, el desafío.

Quienes se oponen al Gobierno explican los números de la economía a partir del viento de cola: léase récord del precio internacional de los alimentos, fabulosas cosechas locales de soja y una persistente demanda de China e India.

"Esto es todo soja, no hay modelo", argumentan. Sin embargo, el fuerte y sostenido crecimiento económico, el desarrollo de la industria, el superávit comercial y la inclusión social parecen desmentirlos.

Urge desentrañar los misterios del modelo. "El principal aspecto es la recuperación de un papel muy activo del Estado -afirma Matías Kulfas, director del Banco Nación y titular de AEDA (Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina)-. Un modelo macroeconómico con metas más claras en cuanto a crecimiento, empleo, a objetivos en lo fiscal y lo monetario. Luego también una orientación muy clara hacia lo productivo".

-¿Por qué en el debate electoral nadie plantea un cambio radical del plan económico?

-Si uno se remite al 2003 se decía que esto dura poco, que es un veranito, se hablaba de amesetamiento. Anne Krueger, entonces directora del Banco Mundial, dijo que era el rebote del gato muerto. Después fue la crisis energética, la crisis con el campo, y siempre se decía que el modelo estaba agotado. También con la crisis internacional. Aún así la economía continuó creciendo y generando empleo. Hay sectores que cuestionan por motivos ideológicos, pero se rinden ante la evidencia. Los resultados son muy buenos.

-¿Hay que hacerle retoques al modelo para que conserve su vigencia?

-Más que de retoques, de lo que yo hablo es de un proceso de profundización. Esto es un proceso que se inicia en 2003 y que va teniendo diferentes etapas. El Gobierno de Néstor Kirchner tuvo como objetivo sacar a la Argentina del infierno. El país estaba en una crisis muy profunda en lo financiero, económico, con problemas sociales gravísimos.

-¿Ahora van por más?

-El Gobierno de Cristina está generando un marco de cambios estructurales. Permitió reformar el sistema previsional, la asignación universal por hijo, es un gobierno de profundas reformas. Lo que se viene es justamente eso, profundizar el modelo y dar un salto muy fuerte hacia el desarrollo económico. Ese es el gran desafío para la segunda etapa.

CRECIMIENTO

-La industria lleva 22 meses de crecimiento consecutivo. ¿El financiamiento es el principal escollo? ¿Se necesita un Banco de Desarrollo?

-Se están haciendo cosas muy importantes en términos de financiamiento. El Banco Nación, en marzo de 2008, lanzó una línea para pymes de $ 5.000 millones, que fue recibido con mucho escepticismo y se agotó por completo. El año pasado se lanzó otra línea productiva por $ 5.000 millones. Hay 60.000 pymes que fueron financiadas, en todo el país y todos los sectores. También hay que destacar el papel del BICE, el rol de la Anses con el Fondo de Garantías, y como novedad más reciente el Fondo del Bicentenario, que aplicó un mecanismos de redescuentos con dinero del Banco Central. Hay un proyecto de Banco de Desarrollo en análisis, puede ser eso o la coordinación de todos los esfuerzos.

-¿La anterior experiencia argentina espanta?

-La experiencia nuestra con el Banco de Desarrollo tuvo un final poco feliz. Pero no por eso hay que descartar la idea. También hay que avanzar en coordinar los esfuerzos existentes y profundizarlos. Hay un 38% de importaciones que se pueden producir en el país, creo que ahí está el gran desafío. Suplantar las importaciones de manera selectiva, buscando sectores con alto contenido tecnológico, apoyatura técnica. Hay un escenario muy positivo.

-¿Este año se pierde el superávit gemelo?

-En América Latina hay una gran cantidad de países que tienen déficit en la cuenta corriente. Argentina todavía tiene superávit y contamos con una gran cantidad de elementos para sostenerlo. Argentina tiene en la situación fiscal cierta holgura, pero al mismo tiempo ha tomado un ambicioso plan de inversión pública y gasto social, con lo cual compromete recursos. Creo que hay un margen de maniobra muy grande para sostener el superávit. A veces hay algunas lecturas de la oposición que son muy estáticas, y hay muchos instrumentos para moverse. Hay que ocuparse de los problemas, no preocuparse.

-¿Se podrá contener el achicamiento de la balanza comercial?

-Ha habido efectos muy positivos en la gestión del comercio exterior. Las licencias no automáticas tuvieron un resultado muy importante para regular algunos sectores que son relevantes para la economía argentina, que generan empleo y buena producción. Complementando estas medidas con otras de estímulo a la inversión, con financiamiento, hemos generado sustentabilidad.

INVERSION

-¿El país tiene buen nivel de inversión?

-El Gobierno de Cristina ha tenido tasas en promedio superiores a las de la administración de Néstor Kirchner. Está entre los mejores de América Latina.

-¿Por qué los empresarios hablan de falta de seguridad jurídica?

-Eso es una gran falacia. Llama la atención y no se condice con la realidad. Muchos dicen que Argentina no es amigable para los inversores, sin embargo la tasa de inversión en el país son 24 puntos del PBI. Es un nivel que se ha sostenido en el tiempo y está por encima de muchos países que son señalados como ejemplo a seguir. También dicen que otros países tienen más inversión extranjera, lo cual es cierto. Pero Argentina tiene más inversión nacional, privada y pública. Lo que importa es que haya inversión, porque eso genera crecimiento y empleo.

-¿Tiene sustentabilidad la política de financiar al Tesoro con reservas del BCRA y fondos de la Anses?

-Creo que sí, en la medida que sea necesario. El tema del Banco Central y el uso de reservas para pagar deuda se aplicó a dos años en los que había una fuerte carga de vencimientos. Habrá que analizar si es igual para el 2012 o 2013. Hay que ser pragmáticos, este Gobierno demostró ser muy pragmático y eso fue muy positivo. Algunas políticas son positivas en algún momento, y en otros hay que buscar nuevas. En el caso de las utilidades, pertenecen al Tesoro. Argentina tiene, por fundamentos macro que son muy sólidos, gran cantidad de margen de maniobra para tomar decisiones en materia fiscal y del sector externo.

-En pos de ese pragmatismo, ¿es factible retornar al mercado de capitales el año próximo?

-Es una posibilidad. Esto tomado en pequeñas dosis para refinanciar algún vencimiento, no debería ser enfocado como algo malo. Sí creo que sería negativo que la Argentina entrara nuevamente en un circuito de endeudamiento externo. Si tenemos superávit fiscal y en cuenta corriente, financiar un vencimiento de deuda (poca plata) no le cambia la vida a nadie. Ahora, si descuidamos esos superávits, ahí sería un problema.

-Este año hay dos vencimientos de deuda importantes (U$S 2.100 millones en agosto y U$S 2.600 millones en diciembre).

-Sí, pero la situación fiscal sigue siendo buena. Hay margen de maniobra. Todavía hay esfuerzos que pueden realizarse para profundizar este modelo y darle sustentabilidad.

-¿La expansión monetaria al 40% está bajo control?

-La expansión monetaria tiene que ver con el crecimiento de la actividad económica. Si la actividad crece, si crecen los salarios y las transacciones, tiene que crecer la cantidad de dinero que circula. Algunos sectores miran las cosas al revés. ¿Qué pretenden? Si la expansión monetaria no acompaña el crecimiento económico, habría cuellos de botella que harían que se trabe la actividad, y esto generaría una caída del rimo del crecimiento económico.

-¿Qué proponen estos sectores?

-Hay sectores que plantean que hay que crecer menos, reducir los salarios y buscar una pauta de crecimiento de otro tipo. Para nosotros el tema del empleo tiene que ser una prioridad, en un país con tensiones distributivas y una historia no tan lejana de pleno empleo. Queremos eso, pleno empleo y mejor distribución de la riqueza, y esto nos lleva a buscar alto crecimiento y mejoras del salario real.

INFLACION

-¿Hay herramientas para controlar la inflación?

-Existen diferentes formas de encarar la tensión que hay a nivel internacional por la suba del precio de los commodities y su impacto en el aumento del precio de los alimentos. Algunos países optaron por dejar flotar el tipo de cambio nominal a la baja: tuvieron inflación baja, bajo crecimiento y poca inversión productiva. La Argentina tomó un modelo de meta de tipo de cambio, esto permitió tener alta inversión y creo que hemos encontrado un modelo de funcionamiento que permitió alto crecimiento, mejora del salario real, generación de empleo, defensa de sectores productivos nacionales.

-Existe una polémica en torno al porcentaje de la inflación. ¿Los acuerdos salariales del 25% no convalidan las cifras privadas?

-Hay un objetivo del Gobierno de que los salarios reales crezcan, y es natural que crezcan por encima de la pauta inflacionaria. Me parece lógico que se pauten a ese nivel, para que se recompongan los salarios y recuperen ingresos en forma progresiva.

-¿Se debe mantener el sistema de subsidios?

-Creo que hay que continuarlo, y en un futuro todas las correcciones que se puedan hacer, que mejoren el sistema y lo hagan más equitativo, bienvenidas sean. Hay que cuidar que los sectores productivos tengan algunos insumos a valores que les permitan mantener la competitividad, y en el caso del consumo domiciliario, en lo vinculado a la energía o transporte, que tengan el subsidio los sectores necesitados. En energía sin dudas es importante remarcar que es un esquema de subsidios pensado para que los sectores de menores recursos puedan tener servicios básicos a valores accesibles.