"Tenemos el salario mínimo más alto"

Daniel Funes de Rioja, dirigente de la UIA y presidente de la Copal, cuestiona el reclamo de la CGT de aumentar el salario m¡nimo un 42%. Analiza la agenda del Consejo del Salario. Valoriza el rol de las Pymes como creadoras de empleo.

La avanzada sindical en pos de un aumento del salario m¡nimo del 42% volvió a encender la alarma del sector empresario. A pocos días del inicio de las sesiones del Consejo del Salario, el doctor Daniel Funes de Rioja, dirigente de la UIA y presidente de la Copal (Coordinadora de Industrias de la Producción Alimenticia) trazó un mapa de la situación laboral en la Argentina.

- ¿Qué conclusiones saca de la reunin de empresarios en la Sociedad Rural?

- Hubo dos reuniones, la mesa política y la técnica. Yo estuve coordinando esta última. Evidentemente se abordaron las preocupaciones que hacen al sector empresarial en cuanto a las iniciativas legislativas en materia laboral. También la evolución salarial que hubo, esta noticia de prensa sobre la pretensi¢n sindical de un 42% de incremento sobre el salario m¡nimo y vital. Estas son las cuestiones principales de la agenda.

- ¿El pedido de aumento salarial y la presión sindical han pasado a ser una prioridad para el sector empresario?

- No me animaría a decir que es una prioridad, pero en todo caso está en la lista de los temas más relevantes de la agenda del G-6.

- ¿Es inviable un aumento del 42%?

- El salario mínimo en la Argentina, si se mira la evolución del 2002 en adelante, de 200 pesos se ha multiplicado por 9: estamos en 1.840. Tenemos el salario m¡nimo m s alto de América Latina, más alto que México y superior al de Brasil y Chile. Es el más alto no sólo en valores absolutos, sino en dólar ajustado por costo de vida. Esto no lo hacemos nosotros sino la OIT con la Cepal. Muestran que en ese esquema tenemos los niveles más altos.

- ¿Se encendió la alarma?

- Si uno mira la función que cumple el salario mínimo como un piso de referencia, es evidente que hay que tener cuidado con los ajustes. Además que son porcentajes que no guardan anclaje con ninguna realidad, también hay que tener en cuenta que esta evolución que ha experimentado hasta ahora impone un cierto nivel de cautela.

INFLACION

-¿Conocen cuál es el argumento de este pedido?

-No, por ahora no. El Gobierno todavía no nos ha llamado, tampoco la CGT. Estamos simplemente haciendo una evaluación.

- ¿Cómo se enteraron del reclamo?

-Por los medios de comunicación.

- ¿El proceso inflacionario es la principal causa?

- No quiero calificar la causa, que la califiquen ellos. Mi función está del otro lado. Esta es la primera reunión que hemos tenido y luego tendremos el encuentro completo de la Mesa del Consejo del Salario, con diversos sectores que la componen, para fijar una posición. Pero hay una reacción inicial en función de este proceso 2002-2011, y el valor de 1.840 pesos está vigente desde enero, no desde hace mucho tiempo atrás. No compartimos el nivel de ajuste propuesto, y muy por el contrario recordamos esta situación del salario mínimo.

- ¿El impacto difiere de acuerdo a la región?

-Esta situación no es solamente para afuera, sino también para adentro, ya que el NEA y el NOA tienen realidades muy diferentes, con costos de vida muy distintos. Si nosotros propiciamos menos trabajo en negro, menos informalidad, presionando el salario mínimo hacia arriba, a niveles impagables para el interior, lo que estamos haciendo es producir informalidad. Sin protección social ni derechos laborales, y esto no es lo que queremos.

- ¿La posición dentro del G-6 es homogénea o hay sectores que podrían afrontar un aumento semejante?

- Acá no se ha hablado todavía ni de ofertas ni de nada. Sino que hicimos un análisis común que ha sido desde el punto de vista t‚cnico compartida por todos los sectores del G-6.

- Qué lectura hace del elevado nivel de productividad industrial, con 21 meses de alzas consecutivas?

-Sí, pero hay cierto amesetamiento desde el punto de vista de la evolución del empleo. El empleo ha crecido en el sector de la construcción, y la tasa de crecimiento sigue siendo positiva, pero es más lenta en los sectores industriales en general.

- ¿Encuentran en el Gobierno un aliado a la hora de generar empleo?

- Creo que sí, pero para eso lo que hemos propuesto es hacer un régimen para pequeñas empresas, que contemple integralmente sus problemas y ayude -como ha ocurrido en otros países de la región y constituye una estrategia en el mundo- incitar incentivos para la formalización del empleo. Esto tiene que darse en el marco de una normativa más amplia en la materia.

- ¿Hay que apuntar a las pymes para reducir el desempleo?

- El 70% de las empresas en Argentina son pymes, y el 95% del empleo lo genera ese sector. Y si se observan los índices de informalidad se verá que en la micro y la pequeña empresa este fenómeno aparece con mayor fuerza.

-¿La falta de capacitación del trabajador es un obstáculo para generar empleo de calidad?

- En el mercado laboral existen cuestiones sociales de marginación que impiden el acceso al mercado de trabajo. En el segundo segmento se ubican los jóvenes. El desempleo juvenil en el mundo duplica y hasta triplica el desempleo adulto. El acceso al primer trabajo es muy difícil. Esto se agudiza en el tercer segmento por la falta de capacitación, la conexión entre oferta y demanda.

- ¿Qué es lo que ocurre?

- Hay demanda insatisfecha para empleos de alta calificación. Cuando necesita buscar gente, no encuentra. Y en cambio hay sobreoferta de gente sin calificación. Esto requiere de una articulación del modelo de protección social con modelos de formación profesional ligados a las demandas productivas.

- ¿Se requiere un mayor rol protagónico del sistema educativo?

- Educación y formación profesional. La respuesta a esto se llama empleabilidad, hay que hacer empleable a la gente.

-¿Hace falta que la educación apunte a determinadas salidas laborales?

- Eso lo tenemos, pero no en la escala que necesitamos. En la informalidad hay tres tipos: los que están trabajando en negro, los cuentapropistas que prefieren no inscribirse y que podrían formalizarse, y el tercer tipo son los marginados. Los primeros, que son la tercera parte del 35% de informales que hay en Argentina, accede sólo a ocupación de muy baja calificación. Y es su único mercado. Por eso no sólo hay que simplificar la pyme, sino también incentivar su formación para que el trabajador acceda a trabajos de mediana calificación.