Crítica: "Tengo algo que decirles", una comedia con encantador estilo italiano

Una noticia no muy bien recibida

Audaz pero sencilla en lo armónico del desarrollo y dotada de cierta elegancia y discreción al expresar lo innombrable; la comedia de Oztepek retoma la línea de clásicos como "El bello Antonio" con un impacto que se ha alivianado a lo largo del tiempo y habla de la apertura de una sociedad cerrada hasta límites imprecisos.


Ficha técnica:
"Tengo algo que decirles" (Mine vaganti). Italia, 2010. Dirección: Ferzan Ozpetek. Guión: Iván Cotroneo y Fernan Ozpetek. Fotografía: Maurizio Calvesi. Música: Pasquale Catalano. Actores: Riccardo Scamarcio, Nicole Grimaudo, Alessandro Preziosi, Ennio Fantastichini, Lunetta Savino y Carolina Crescentini. Presenta: CDI Films. Duración: 111 minutos.

Son de Italia del Sur y parecen llevarlo grabado en la frente. Papa Cantone, machista, egocéntrico, arbitrario, fascinado por los hijos varones, prolongadores de la especie. Mama Cantone, elegante. Lo sigue a Papa Cantone en todo lo que dice y disimula sus defectos, los de la familia y los de ella misma ante los demás. Aunque ella simula ignorarlo, todos saben de la amante absurda de Papá Cantone.

En cuanto a la hermana mayor Cantone, Elena, es todavía joven y linda, pero conocidos y poco conocidos la consideran "la loca de la casa", siempre simulando, con fuertes deseos sexuales escondida tras la valla familiar. Otro miembro de la familia es la Nona, bella y comprensiva, volcada al pasado, que oculta un amor imposible de concretar.

También está Antonio, el mayor, hijo ideal, trabajador y silente, y el joven Tommaso, que alejado de la casa para dedicarse a la tarea de escritor, vuelve ante la convocatoria familiar en la que su padre dejará la fábrica de pastas a sus hijos. Nadie sabe que Tommaso va a develar un secreto, pero antes que ninguno, Tommaso decide confiarse con su hermano y la bomba explota.

PREJUICIOS SUREÑOS

Típica comedia italiana realizada por un director turco, Ferzan Ozpetek, "Tengo algo que decirles" es un divertido exponente del nuevo cine italiano de corte realista, respetuoso y critico de todas las restricciones familiares de una familia tradicional pugliense. Divertida, aguda en los diálogos, con muy buen ritmo y una excelente selección de actores, la película retoma el tema de los prejuicios familiares, la importancia del qué diran, en fin, el constante uso de una máscara que pirandellianamente, se ha convertido en la verdadera cara del problema.

Audaz pero sencilla en lo armónico del desarrollo y dotada de cierta elegancia y discreción al expresar lo innombrable; la comedia de Oztepek retoma la línea de clásicos como "El bello Antonio" con un impacto que se ha alivianado a lo largo del tiempo y habla de la apertura de una sociedad cerrada hasta límites imprecisos.

Recordables actuaciones de Papá Cantone, Ennio Fantastichini, Ilaria Occhini (la Nonna), Elena (Blanca Nappi)y Riccardo Scamarcio ( Tommaso).

Calificación: Muy buena