Crítica: "Aprende a vivir": dos familias en etapa de crisis afectivas

Amor y dolor adolescente

Ficha técnica:
"Aprende a vivir" (Lymelife). Estados Unidos, 2008. Dirección: Derick Martini. Guión: Derick y Steve Martini. Fotografía: Frank Godwin. Actores: Alec Baldwin, Rory Culkin, Kieran Culkin, Jill Hennessy, Timothy Hutton, Cynthia Nixon y Emma Roberts. Presenta: Primer plano. Duración: 94 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.

Es una historia que pone en primer plano las transformaciones que sufren dos familias, a raíz de distintas circunstancias, que se suceden en esa zona residencial en la que viven, cerca de Nueva York.

Los Bragg y los Bartlett, son vecinos. Se conocen, dos de sus hijos adolescentes van juntos a la escuela y los adultos llevan una relación correcta, que hará eclosión cuando a Charlie Bragg se le diagnostique una rara enfermedad que contagia, un animal, en apariencia tan inofensivo como el ciervo.

Las crisis afectivas que viven esas dos familias, no sólo tienen que ver con la enfermedad de Charlie, que despierta una cierta paranoia entre los dos núcleos sociales, también refieren al desencanto de los adultos, al amor en pareja que se termina, a las crisis económicas y los típicos cambios que se producen en la adolescencia.

RARA ENFERMEDAD

Por un lado están los Bragg. Con el padre, que debido a su enfermedad, que le afecta su sistema neurológico se ve imposibilitado de trabajar, su hija y su mujer, que mantiene la casa y finalmente termina engañándolo, obligada por el ahogo que le provocan las circunstancias.

En el otro ángulo se ubican los Bartlett, con un hijo adolescente, Scott, otro que viene de visita e integra las filas del ejército y el padre, un ambicioso empresario inmobiliario, que engaña a su mujer, con la esposa del vecino.

En ese marco de circunstancias, es Scott el testigo ideal de lo que sucede en esta zona de una periferia suburbana, de casas de dos plantas y la soledad suficiente, como para que ésta se convierte en caldo de cultivo de las más miserables calamidades humanas.

La violencia familiar, el maltrato, la incomunicación, la impotencia ante lo irreversible, aportan una interesante mirada dramática a estos grupos sociales, representativos de la sociedad estadounidense de la década de 1970.

En esta historia hay culpas, cobardías, engaños y lealtades, a las que el director supo transmitir a través de un equipo actoral, en el que se destacan Alec Baldwin, Timothy Hutton, Rory Culkin y Jill Hennessy.

Calificación: Muy buena