Crítica: "Transformers: El lado oscuro de la Luna 3D", con efectos memorables

Ideal para adolescentes

Ficha técnica:
"Transformers: El lado oscuro de la Luna 3D" (Transformers: Dark of the moon). Estados Unidos, 2011. Dirección: Michael Bay. Guión: Ehren Kruger. Fotografía: Amir Mokri. Vestuario: Deborah L. Scott. Música: Steve Jablonsky. Actores: Shia LaBeouf, Rosie Huntington-Whiteley, Josh Duhamel, John Turturro, John Malkovich y Frances McDormand. Presenta: UIP. Duración: 154 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.

Otra vez los Autobots (buenos) y los Decepticons (malos, muy malos), habitantes de la galaxia exterior, enfrentados. Y, entre ellos, los humanos.

Los seguidores de la saga renovarán su contacto con los Transformers, esos engendros que se pueden transformar desde cualquier forma (en ésta, hasta parten de ser pantalla de computadora) en otra cosa, tipo mecano gigante de cientos de piezas móviles y ojos que aparecen por cualquier lado.

En "Transformers: El lado oscuro de la Luna 3D", el guionista se involucra con datos reales a partir de los cuales ficcionaliza. No demasiado, porque el filme no se destaca por el guión, que se mantiene en una línea de abstinencia de ideas, quizás pensando que a los adolescentes, seguros objetivos de la película, no les interesa pensar.

MODELO INGLESA

Esta vez recurren a los misterios de la llegada a la Luna de los primeros humanos y el encuentro con una nave espacial, clave en esta historia. También se meten un poco con el servicio secreto ruso y con un premio dado por el presidente a Sam, el protagonista, amigo de los Autobots. Esta vez lo encontramos buscando empleo, tratando de huir de sus padres, que están obsesionados porque su hijo encuentre una buena ocupación y de novio con una impactante belleza, personaje interpretado por una modelo inglesa que es el cuerpo de una prestigiosa marca de ropa interior femenina y que no hace más que recordarlo con sus "minis" y ajustadas prendas.

La tercera parte de la saga trata de dar pistas sobre las verdaderas razones de la carrera espacial, mientras los Decepticons insisten en invadir la Tierra.

NUEVOS VILLANOS

Reaparecen los viejos personajes como el chico Sam, Optimus y el malo de nombre de gimnasio, Megatron; pero también algunos nuevos, Sentinel, un transformer hermano de Optimus, Laserbeak, o el malísimo Shockwave; John Malkovich, como el empleador del protagonista, o la directora de inteligencia, Frances Mc Dormand, la inspectora de "Fargo" y hasta John Tunturro como Simmons, un excéntrico. Todos, olímpicamente desaprovechados en papeles anodinos.

Nada nuevo tiene la historia. Sólo se reitera el profundo nacionalismo norteamericano, la necesidad que se plantea de luchar por la paz, mientras todos se entregan a una euforia de violencia en la que los Decepticons se alían con algunos humanos para apoderarse de la Tierra. Pululan bichos transformes línea antediluviana, todo tipo de seres que se convierten en armas y se puede asistir a una orgia de destrucción con rascacielos que se tiran abajo, la pobre estatua de Lincoln que es reducida a escombros por uno de los bicharracos que se apoltrona en lo que queda del asiento mientras vuelan rayos, centellas, armas espaciales y todo tipo de engendro viviente.

"Transformers: El lado oscuro de la Luna 3D" es un pandemónium de efectos especiales. Desde ese punto de vista formal no se puede pedir más. Lo que no existe, reiteramos, es el argumento. Entretenimiento para adolescentes que gusten del género.

Calificación: Buena