Perder panza, ganar vida

El aumento de la circunferencia de la cintura, en especial en hombres que transitan la mediana edad y mujeres posmenopáusicas, es un signo de peligro a menudo pasado por alto. Sin embargo, reducir la obesidad abdominal -sin que necesariamente se pierda peso- tiene un gran impacto en la disminución del riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes.

El concepto de riesgo cardiometabólico se ha reforzado en los últimos años a partir de los estudios científicos que demuestran la relación entre la medida de la circunferencia de la cintura, la cantidad de grasa visceral y de grasa en el hígado y el peligro de sufrir enfermedad cardiovascular o diabetes. En concreto, una persona tiene mayor riesgo cardiometabólico cuanto mayor sea la circunferencia de su cintura.

Así lo explicaron los expertos que se reunieron recientemente en Buenos Aires para participar del "2º Congreso Internacional de Obesidad Abdominal", organizado por la Cátedra Internacional de Riesgo Cardiometabólico (ICCR, por sus siglas en inglés).

La ICCR es una organización independiente, académica y multidisciplinaria, afiliada con la Université Laval, y ubicada en el Centre de Recherche de L"Institut Universitaire de Cardiologie et de Pneumologie de Quebec, en Canadá, que tiene como objetivo principal luchar contra la epidemia de obesidad abdominal y las consecuencias que trae aparejadas.

Tras disertar en el Congreso, el doctor Jean-Pierre Després, director científico de la ICCR dialogó con La Prensa sobre la importancia de tener en cuenta la medida de la circunferencia de la cintura y las estrategias para reducirla cuando ésta es demasiado grande. A diferencia de lo que muchos creen, no son necesarias las dietas extremas sino que con pequeños cambios en los hábitos nutricionales y físicos se pueden alcanzar importantes beneficios.

"Hay numerosos congresos, jornadas y conferencias sobre cardiología, diabetes, hipertensión, lípidos y colesterol pero este es el único encuentro internacional enfocado en la obesidad abdominal", señaló el experto canadiense al hablar de la trascendencia del "2º Congreso Internacional de Obesidad Abdominal".

- ¿Cuáles son las últimas novedades en su campo de investigación?

- Gracias a los fantásticos estudios de imágenes de los que no disponíamos hace 20 años atrás, hoy sabemos que aunque una persona tenga sólo un leve sobrepeso, si tiene demasiada grasa en la cavidad abdominal -llamada grasa intraabdominal- corre riesgo de tener también demasiada grasa en el hígado. Y estos dos hechos son realmente muy importantes porque la combinación de mucha grasa en el abdomen y mucha grasa en el hígado hace que la persona tenga alto riesgo de sufrir diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular, incluso aunque no sea obesa.


- ¿Para el diagnóstico del riesgo cardiometabólico basta con medir la circunferencia de la cintura o son necesarios otros estudios?

- Existen dos cosas que se pueden hacer: en primer lugar, el índice más comúnmente utilizado para determinar si la persona tiene peso normal, sobrepeso u obesidad es el llamado "Indice de Masa Corporal" (IMC). Para calcularlo, el doctor pesa al paciente, mide su estatura y luego calcula si tiene un IMC saludable (menor a 25), si tiene sobrepeso (entre 25 y 30) o si tiene obesidad (si es de 30 o más).

Para identificar a aquellos individuos que tienen demasiada grasa visceral o demasiada grasa en el hígado, debemos agregarle al cálculo del IMC -y esto es particularmente importante para quienes sólo tienen leve sobrepeso- la medida de la circunferencia abdominal.

Como la obesidad y el sobrepeso en adultos afecta a poco más del 50% de la población argentina, es decir que casi todos los pacientes tienen sobrepeso, esta norma de medir la cintura no siempre es tenida en cuenta por el médico.

Sin embargo, luego de haber medido el IMC enfatizamos la importancia de reparar en el que llamamos un "signo vital": queremos que los médicos de familia y los médicos de atención primaria midan la circunferencia de la cintura aunque el paciente sólo presente un leve sobrepeso. Además fomentamos que se tenga en cuenta un marcador sanguíneo muy simple: los triglicéridos.

Una elevada circunferencia de la cintura combinada con altos niveles de triglicéridos en sangre están indicando que el paciente tiene demasiada grasa visceral y grasa hepática y, por lo tanto, está en alto riesgo de sufrir diabetes y enfermedad cardíaca.

COMBATIR LA GENETICA

- ¿Existen factores que predisponen a algunas personas más que a otras a acumular grasa en el abdomen?

- Sí. Nosotros y otros grupos de investigadores en el mundo hemos demostrado que la susceptibilidad genética a acumular grasa visceral y hepática es muy fuerte. Pero esto no significa que si la persona tiene esos "malos" genes no se puede combatir. Por ejemplo, si vengo de una familia donde hay mucha grasa visceral, sé que tengo esos malos genes; pero si como bien y me ejercito físicamente puedo no llegar a ese punto. Seré más susceptible a tener grasa abdominal y hepática si no llevo un estilo de vida saludable.

- ¿Hay algún tipo de ejercicio físico que sea especialmente recomendable para combatir la grasa visceral y hepática?

- Hemos hecho un estudio en el que reclutamos hombres de mediana edad y todos tenían demasiada grasa visceral y hepática. Todo lo que les pedimos que hicieran fue que visitaran a una dietista y a un entrenador físico. No fueron puestos en una dieta estricta sino que sólo se buscó que hicieran pequeños cambios para mejorar la calidad de la alimentación y, obviamente, también se buscó que mediante la visita mensual al kinesiólogo fueran incrementando lentamente el nivel de actividad física.

El estudio duró tres años. Al cabo de ese tiempo, como ejercitaron el incremento de la masa muscular, perdieron entre 25 y un 30% o entre un 35 y hasta 40% de su grasa visceral. Sin embargo, no hubo cambio de peso.
Esto es importante porque en general la gente piensa en la necesidad de perder peso, pero eso no es todo. Y lo mismo pasa con las mujeres posmenopáusicas. Mediante estas acciones pueden evitar el aumento de la circunferencia de su cintura.

- ¿Qué tipo de ejercicios hicieron?

- Muy sencillo, caminata durante 45 minutos diarios, cinco días a la semana.

TRATAMIENTOS

- ¿Qué tratamientos de la obesidad abdominal hay a nivel farmacológico?

- Han habido muchas drogas "de pérdida de peso" comercializadas por varias compañías farmacéuticas pero fueron removidas del mercado. Y mi opinión es que eran vendidas como drogas de "pérdida de peso", cuando en realidad deberían haber sido indicadas para mejorar la salud porque si volvemos a pensar en esos pacientes que tienen mucha grasa abdominal y hepática, ellos no necesitan necesariamente perder mucho peso sólo necesitan perder la cantidad en exceso de esta grasa en el abdomen y en el hígado. Pero desafortunadamente todas las drogas eran vendidas como drogas para perder peso, lo que no es para mí el target correcto.

- ¿Cuáles son las estrategias para reducir la grasa abdominal y hepática además del ejercicio físico?

- Necesitamos aumentar la conciencia de la población. El sobrepeso es tan prevalente a nivel mundial, que con que el médico de familia sólo mida la circunferencia de la cintura y anote la medida en la historia clínica ya sería un gran paso. Y luego es necesario que el médico le explique al paciente que su gran circunferencia abdominal es la razón por la cual está en camino hacia la diabetes y tiene factores de riesgo que aumentarán el peligro de sufrir enfermedad cardíaca. Este es un paso inicial clave. Desafortunadamente mi experiencia ha sido que los médicos no hacen esto lo suficiente.

Y luego, aunque la mala noticia sea que si la persona tiene demasiada grasa abdominal se incrementará el riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes, la buena noticia es que con sólo comer más frutas y vegetales (se pueden comer algunas grasas de cuando en cuando porque las personas también deben disfrutar de los "alimentos placenteros") y aumentar la actividad física, podrá revertir la situación.

Si uno pone a alguien en una dieta muy estricta se sentirá psicológicamente cansado y harto. Por eso no les decimos que se tienen que poner a dieta, no usamos la palabra dieta, sino que decimos que vamos a mejorar la calidad de los hábitos nutricionales lentamente y algo que sí será muy importante decirle es que nos aseguraremos de que sea más activo físicamente, mediante un programa de caminatas. Esto tendrá gran impacto en la reducción de grasa abdominal y hepática, aunque no haya pérdida de peso. Es fundamental que entiendan que más importante que perder peso será reducir la circunferencia abdominal.

- ¿Hay alimentos que estén específicamente vinculados con la grasa abdominal?

- En nuestra organización, la ICCR, hay varios documentos que constatan que el consumo excesivo de bebidas azucaradas incrementa el riesgo de diabetes por obesidad y enfermedad cardiovascular. Es decir que con sólo evitar ese tipo de bebidas entre los grandes consumidores, habrá una gran diferencia porque estará recortando alrededor de 700 calorías por día. Sin siquiera ponerse a dieta, con esa única medida, cambiará notablemente su vida porque reducirá el riesgo de obesidad, diabetes y acumulación de grasa abdominal y hepática.