El "fango rojo" mató ya a 4 personas

Catástrofe en Hungría con residuos tóxicos

La fuga de un derivado del aluminio afecta a tres provincias. Es la peor tragedia ecológica de la historia magiar. La sustancia puede envenenar el suelo y las napas subterráneas, y llegar al Danubio.

Kolontar  - Al menos 4 personas murieron en Hungría y un centenar resultaron heridas, una decena de gravedad, a raíz de una "marea de residuos tóxicos" provocada por la fuga de un derivado de aluminio que ya cubrió tres provincias del oeste, donde las autoridades declararon el estado de emergencia ante "el mayor desastre ecológico de la historia del país", que incluso puede agravarse si contamina las aguas de los ríos Marcali, Raba y Danubio.

La catástrofe ocurrió al romperse el dique de la empresa Mal S.A. que almacena unos 30 millones de metros cúbicos de fango rojo, un derivado de la elaboración de la alúmina de la que se obtiene el aluminio, metal que tiene a Hungría como uno de los grandes productores.

Mientras la fiscalía investiga si hubo un problema técnico o un error humano, una legión de bomberos y voluntarios intentan neutralizar esta especie de lava purpúrea. Conformada por 1,1 millón de metros cúbicos que contienen importantes cantidades de silicio, hierro y otros metales pesados como plomo, inundó una zona de 40 kilómetros cuadrados, donde afectó a las comunas de Ajka, Devecser,Kisberzseny, Kolontar, Somlóvásárhely, Somlójeno y Tüskevár.

"Más de 400 pobladores debieron ser evacuadas hasta ahora", consignó el premier Viktor Orban, quien se apresuró a descartar la presencia de emisiones radioactivas. No obstante, muchos habitantes sufren irritación de los ojos y la nariz.

En la nómina de víctimas fatales figuran dos adultos e igual cantidad de niños (el cadáver de una beba de 12 meses fue hallado en su casa anegada).

PELIGROS

Aunque una serie de trabajos de reparación están en curso, los especialistas estiman que serán necesarios varios días para completarlos. Para peor, la fabricación de aluminio siguió tras el accidente y recién en las últimas hora quedó suspendida.

"Si bien el nivel del vertido parece haberse estabilizado, no es descabellado pensar que puede romperse otro de los diques", alertó un funcionario que prefirió el anonimato.

Además del cálculo de perjuicios económicos que ya trepa a 38 millones de euros, Greenpeace trazó un preocupante diagnóstico: "Tememos daños duraderos en el medio ambiente, ya que una vez filtrada en el terreno, la sustancia puede envenenar no sólo los cultivos, sino también el agua potable".

"Este fango hirviente es cancerígeno y puede ser transportado por el viento hasta un radio de 15 kilómetros", agregó la ONG ecologista.  (EFE, ANSA y AP)