Evita y Miguel de Molina unidos

En su departamento de Barrio Norte, Alfredo Arias, dice a La Prensa, que "Tatuaje" -que estrena mañana, a las 21, en el Presidente Alvear- surgió a partir del descubrimiento del libro "Botín de guerra", la biografía de
Miguel de Molina. cantante español que hasta su muerte vivió exiliado en Buenos Aires

"Miguel de Molina fue un artista (Málaga, 1908-Buenos Aires, 1993)  cuenta Arias-, perseguido, torturado y obligado a exiliarse por el gobierno tras la Gueeea Civil De él me atrajo su voluntad de supervivencia, como artista perseguido y su encuentro con Eva Perón (1919-1952), en la Argentina. A Molina lo veo como el anunciador de una estética sofisticada y desde ese aspecto lo relaciono con personalidades como Marlene Dietrich, Caetano Veloso o David Bowie, que proponen algo distinto en el escenario".

"En este espectáculo de teatro-musical -agrega Arias- hay un degradé de la palabra hacia el canto. Yo hago un primer relato, Marcos Montes canta y cuenta y Carlos Casella canta varios temas. A Eva Perón la interpreta Sandra Guida y Alejandra Radano evoca a Conchita Piquer (la gran rival de Miguel de Molina), la que además hace el papel de una burguesa argentina, que se enamora de este artista y pretende casarse con él. En esta ficción los personajes se llaman "Eva del Sur" y "Miguelito Maravillas"".

UN BARRILETE

"Tatuaje" se estrenó originalmente en noviembre de 2009, en el teatro du Roind Point, de París y fue nominada a los premios Molire, de teatro musical.

Poco después de sus representaciones porteñas, emprederá una gira por distintas ciudades de Francia.
Alfredo Arias dice que el título de la obra, "tiene que ver con ese signo que llevan ciertas personas que hace que estén siempre en la luz y a veces eso mismo les provoca una persecución, o un deseo de destrucción. Son como gente marcada por algo que ellos no saben bien qué es. A la vez refiere a la canción "Tatuaje", alude a Conchita Piquer, con la que él tenía cierta rivalidad".

El director explica que si bien en la obra aparecen los personajes de Eva Perón y Miguel de Molina en escena, "la obra está más centrada en él, que es quién lleva el tatuaje, quizás de algo más trágico. Eva formaba parte de un sistema en el que si quería perseguía, o ella era perseguida, pero formaba parte de un aparato político y estaba mucho más protegida. Miguel de Molina era como un barrilete, un hombre indefenso frente a toda agresión".

EL FRANQUISMO

-¿Miguel de Molina fue expulsado de la Argentina?

-Esto está contado en la obra. Molina cantaba para las tropas republicanas durante el franquismo y un empresario trata de explotarlo. El se rebela y le dan una paliza en la que piensa que lo matan. Luego lo condenan a tener que quedarse en un pequeño pueblo de España. Escapa, llega a Buenos Aires y triunfa con su arte. Hace una fiesta para una cadetes de una fragata española y en esa reunión había una persona vinculada al que lo hizo echar de España y se ve que alguien habló con autoridades del gobierno argentino y se lo expulsó. Finalmente se queda en Uruguay y más tarde le pide permiso a Eva Perón, para entrar al país y ella le da asilo político.

-¿Por qué cree que Eva tomó esa posición?

-En mi explicación ella quería tomar una posición de poder frente a Franco, era una manera de decirle, yo hago lo a que mí me parece. Eva a la vez siente una identificación con el artista, porque ella de algún modo lo era en la escena política.

-¿Qué le sedujo de estos personajes?

-Me interesó el trabajo que ellos hacen de su propia persona, como orfebres de su propia teatralidad. Los dos son personas que provienen de un territorio humilde, ambos se construyen a sí mismos, a partir de entender ciertos códigos de su cuerpo. Eva que en París descubre a Dior y se viste con sus ropas, con el tiempo transforma ese estilo en algo más minimalista. Esa transformación en ambos los conduce a un plano mítico, por eso creo que existe un pronunciado paralelismo entre los dos.