RAJ PATEL AFIRMA QUE DETRAS DE LA CRISIS ECONOMICA HAY UNA GRAN FALLA POLITICA

Adiós a las recetas eficaces

Lo hace en su flamante ensayo "Cuando nada vale nada", en el que también demuestra que la fluctuación de los precios se convirtió en una trampa para la sociedad capitalista. Propone buscar nuevas formas para ponderar el mundo.

Secuela de su ensayo "Obesos y famélicos", el escritor inglés Raj Patel sostiene en su flamante ensayo "Cuando nada vale nada" que detrás de la actual crisis económica, alimentaria y climática subyace una profunda falla política, a la vez que demuestra cómo la fluctuación de los precios se transformó en una trampa para las sociedades capitalistas.

El libro, ya reconocido best seller por el periódico The New York Times, deconstruye las recetas y teorías más trilladas económicas y propone encontrar nuevas formas de darle valor al mundo que no consistan meramente en poner un precio y dejar actuar al libre mercado.

El sueño de la "eficacia de los mercados" se ha convertido en una pesadilla según Patel, para quien las doctrinas neoliberales de los noventa dejaron asentada la idea de que "la codicia es buena y el altruismo, una necedad" y lograron que se confunda el valor de las cosas por su precio.

En "Cuando nada vale nada", editado por el sello Marea, el escritor analiza con rigor las teorías y prácticas causantes de la crisis mundial y formula además un proyecto radical al que cree capaz de dar lugar a un mundo más solidario y sostenible.

LA LEY DEL MERCADO

"Ver el mundo a través del lente del mercado nos ha traído problemas. Sin embargo, la gran transformación fue tan profunda que es difícil imaginar que podamos medir y manejar el mundo de otra forma que no sea poniéndole precio y dejando que el libre mercado lo resuelva", critica Patel en su obra.

El ensayista, nacido en Londres en 1972, se graduó en las universidades de Oxford, Cornell y en la Escuela de Economía de Londres, y luego de trabajar para el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio y el Fondo Monetario Internacional, protestó contra ellos alrededor del mundo.

Actualmente es profesor visitante en el Centro de Estudios Africanos de la Universidad de Berkeley, California; investigador honorario en la Universidad de KwaZulu-Natal en Sudáfrica; y miembro del Instituto de Alimentación y Políticas de Desarrollo en Oakland, también conocido como Food First.

"Nos aferramos al mito de los mercados autosuficientes, a pesar de todas sus deficiencias, porque sentimos que sin ellos estaríamos perdidos. Sólo tenemos una brújula para medir el valor de las cosas y, a pesar de que raramente nos señala hacia dónde ir, nos ayuda a sostener la fantasía de que sabemos hacia dónde nos dirigimos", acota.

Desde que publicó "Obesos y famélicos", Patel se ha convertido en uno de los referentes estrella de los foros "antiglobalización": si su primera crítica se refería al impacto de la globalización en el sistema alimentario, en este caso apunta contra las causas directas de la crisis.

IMPACTO DE LA CRISIS

Lejos de los análisis macroeconómicos, el autor se concentra en el impacto de la crisis en la vida cotidiana, en los más pobres, y, sobre todo, en el medio ambiente: "Si la guerra es el modo en que Dios enseña geografía a los norteamericanos, la recesión es la forma de enseñar al mundo un poco de economía", sostiene al comienzo del libro.

Más adelante, cita a Oscar Wilde, quien alguna vez dijo "Hoy la gente conoce el precio de todo pero no sabe el valor de nada" y despliega su prédica reveladora en capítulos como "La democracia en la ciudad" o "De vuelta a la soberanía alimentaria".

Para Patel, sin embargo, el cambio es posible aunque no repentino. ¿La solución? "Un futuro sostenible necesitará los mercados, pero deberán ser mercados firmemente ajustados al lugar que les corresponde, para que las motivaciones, las pasiones y los recursos de unos pocos no puedan explotarlos para seguir corrompiendo al resto de la sociedad y al planeta", dictamina.

"En tanto consumidores de alimentos, por ejemplo, tenemos dos posibilidades: hacer pública una objeción o negarnos a comprar los bienes, es decir, hablar o salir del sistema. No hay margen de negociación para conseguir que todos tengan qué comer, no hay modos de convertirnos en coproductores: las únicas alternativas son suplicar por un cambio o retirarse", apunta Patel.