"Es el tipo de cambio alto"

La Prensa consultó a dos economistas, un empresario y un representante del sindicalismo para saber su explicación sobre los motivos de la inflación. Marina Dal Poggetto enfocó la suba generalizada de precios desde un ángulo monetarista.

-¿Dónde nace la inflación en la economía actual?

-En la Argentina hay una historia de largo, desde hace cinco años, que tiene que ver con que Argentina optó por un esquema de tipo de cambio alto, a diferencia de lo que hicieron nuestros vecinos, que dejaron subir sus monedas en un mundo donde el dólar se devaluaba. Esto complica desde el vamos una trayectoria de la inflación más alta que las de los países de la región. El ajuste del tipo de cambio real, una vez que la economía tiende a cerrar la brecha de Producto tanto en el mercado de trabajo como en lo concerniente a la capacidad instalada, se traslada a una inflación mayor. Esto en gran medida estuvo estimulado por la política fiscal y por la política de ingresos. Se podría haber diseñado una trayectoria de tipo de cambio en equilibrio con una tasa de inflación que fuera decreciente. Que si bien fuera más elevada que la internacional, fuera decreciente. Para eso se requería una prudencia en la política fiscal y un sector público que con supéravit ayude al Banco Central a generalizar el excedente de dólares generado por un sector externo muy superavitario, y para evitar que el tipo de cambio nominal se aprecie, pero fundamentalmente una recomposición de los salarios que a la salida de la devaluación requería un aumento muy fuerte en dólares para recomponer el poder adquisitivo. Pero en la medida en que la economía llegaba al pleno empleo y se daba la utilización de la capacidad instalada, la posibilidad de tener aumentos de salarios nominales tan altos generaba una tasa de inflación mayor, sobre todo en los sectores de servicios.

-¿Enfocaría alguna responsabilidad sobre el sector productivo?

-Lo que hay es una economía donde al inicio de la devaluación había un tipo de cambio muy competitivo que hacía posible producir en la Argentina cualquier cosa. La contrapartida de este tipo de cambio competitivo son salarios en dólares muy bajos. Cuando los sueldos en dólares empiezan a aumentar surgen las señales a la producción en una economía donde no hay calidad institucional que permita un acomodamiento de la inversión, no se produjo una respuesta de la oferta al aumento de la demanda. ¿Quién es el culpable de eso? Se lo puede encontrar de ambos lados.

-¿Piensa que las paritarias pueden tener un impacto negativo sobre la inflación?

-No es que tengan un impacto negativo, no hay una discusión acerca de si los salarios son inflacionarios o no lo son. Todo depende del quantum. Si los salarios no fueran inflacionarios, porqué no aumentan un 100%. En su lugar aumentan 20%. En una economía donde la demanda comienza a tirar porque hay una política fiscal muy expansiva y hay una recomposición de salarios que aumentan al inicio bien por encima de la inflación, lo que se produce es que la oferta responda parte por cantidades y parte por precio. O al revés, en la medida que la demanda convalida el aumento de precios, las empresas trasladan parte de los costos a precios. Lo que hay es una pelota que rueda al 20%, con los salarios, la inflación, el gasto público va más rápido y hay una política monetaria que de alguna manera convalida esa trayectoria.

-¿Vislumbra alguna herramienta por parte del gobierno para frenar esta rueda?

-Lo que hay que hacer es moderar esa trayectoria, hacer que la rueda vaya más despacio en lugar de más rápido. Nosotros no vemos una espiralización de la inflación, vemos que la única herramienta antiinflacionaria que se está usando hoy por hoy es el ancla cambiaria, el tipo de cambio que en nuestro escenario finalizaría el año en torno a 4,08 pesos. Hay un escenario en el cual la inflación va al 20 y el tipo de cambio al 7. La inflación triplica la devaluación. Con el tipo de cambio funcionando así, y lo hará también el año que viene porque a la economía le sobran dólares, el ancla frena la inflación en los sectores productores de transables. Tanto menos en una economía que pone barrera a las importaciones. Los servicios, en cambio, van de la mano de qué pase con los salarios. El colegio, la peluquería y las prepagas aumentan inmediatamente después de los salarios.

-¿Puede tener algún efecto benéfico el llamado de la CGT al diálogo con el sector empresarial?

-Creo que lo único que frena la inflación en la Argentina es un acuerdo social que haga que la rueda ruede más lento. Un acuerdo de precios y salarios, con una política fiscal y monetaria consistente y acomodaticia. Para frenar el proceso sólo con la política monetaria hay que hacer un ajuste de tal magnitud que no es viable políticamente en la economía argentina.