Prevenir, la única opción

Los eventos sísmicos no se pueden predecir y nada puede hacer el hombre para evitarlos. Por eso los especialistas trabajan a diario en la elaboración de normas que permitan reducir el impacto de este tipo de fenómenos. Un representante del Instituto Nacional de Prevención Sísmica habló sobre lo sucedido en Haití y en Chile y sobre las distintas hipótesis que surgieron luego de ambas tragedias.

Construcciones antisísmicas: dos palabras claves que representan la principal -y única- herramienta con la que cuenta en la actualidad el hombre para minimizar los destrozos materiales y las pérdidas humanas en sitios donde se origina un terremoto.

Basta entonces mirar las desoladoras imágenes que dejaron los sismos en Haití, el 12 de enero último, y en Chile, el 27 de febrero, para advertir que en ambos casos las edificaciones no respetaban las normas de prevención adecuadas. Situación esta última vinculada con la realidad política y socioeconómica vigente en esos lugares.

En Chile, las zonas más perjudicadas por el terremoto fueron aquellas más pobres, donde predominaban las construcciones de adobe. Así lo indicó el especialista en sismología del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES), Mario Figueroa, quien no obstante aclaró: "Nadie está preparado para un terremoto de 8,6 grados en la escala Richter; es mucha energía" y comparó su magnitud con las experiencias vividas en la Argentina: "El sismo de Chile es 80 veces más grande que los terremotos nuestros de 1977 y 1944".

El experto explicó a La Prensa por qué se producen los temblores de la tierra y qué se puede hacer

- ¿Qué origina los sismos? ¿Existen distintas causas?

- Sí, hay dos fundamentales. Justamente, la que se ha dado en el caso Chile y Haití es la de los sismos que son producidos simplemente por la unión, el contacto, de placas; grandes porciones de territorio que se están moviendo una con relación a otra, eso produce una fricción, que a su vez produce una energía. Esa energía es disipada en un instante y se transmite en forma de vibración de la tierra.

- ¿A qué nivel se da ese movimiento de la tierra?

- Es superficial. La litósfera, que es la última capa, es la que se está moviendo. Se mueve desde hace aproximadamente 230 millones de años. Se cree que todo estuvo junto, la famosa "Pangea", que indica que Africa, América, Europa y Asia, estaban unidos y que luego ese "gran continente" se empezó a separar, empezó a derivar -por eso se llama "deriva continental"- y ha llegado a los momentos en los que estamos ahora. Esa derivación tiene lugar porque en algún lado se crea continente y empuja, mientras que del otro lado se empujan entre sí y se subducen o se pierde para que haya siempre la misma cantidad de continente y de agua, sino habría problemas climáticos. En esos lugares de tanto que se forma o que se subduce el continente es la zona donde se generan los grandes terremotos. Citaremos por ejemplo el "cinturón de fuego" del Pacífico y muchos más donde hay contacto de placas.

- ¿Cuál es la otra causa de los sismos?

- Hay otras causas que son de fallamiento local de una determinada zona. En todo el mundo hay fallas -a consecuencia quizás también de esos "mega movimientos"-. Esas fallas se pueden ver en superficie o no y producen su movimiento de la misma manera que el otro: se cargan de tensión hasta que se aflojan y se produce ese movimiento. Este fue el origen de grandes sismos como nuestros terremotos de 1977 y de 1944... y el de tantos otros.

- ¿Las fallas son como grietas internas de la tierra?

- Sí. Se pueden ver o no en la superficie. En el pasado, los geólogos las buscaban con fotografías aéreas o con fotografía satelital. Donde veían discontinuidad o anomalías, identificaban que allí había alguna falla.

- A través de los estudios que realizan en el INPRES ¿pueden detectar cierta periodicidad de los sismos tanto por una causa como por la otra?

- Lamentablemente, no. La predicción no existe en ningún lugar del mundo. Sí existen teorías, trabajos, que son netamente probabilísticos. En una falla se hizo un estudio del paredón que dejó la ruptura, se escavó y se estudiaron los mantos que hubieron y los fueron datando (estableciendo cuántos años tenían) para ver si había alguna regularidad de tiempo, pero nunca se encontró una continuidad de su movimiento en el tiempo. Eran totalmente aislados unos de otros. Sin embargo, sí se pudo hacer un cálculo probabilístico y decir que en los 75 años hay un 80% de posibilidades que esta falla se mueva, pero puede ser hoy como dentro de 75 años. O sea que hay un 20% de posibilidad de que no suceda.

Lo que sí se puede anticipar son los tsunamis. El sismo producido en el fondo del mar siempre produce una basculación muy grande del agua y forma los pequeños tsunamis, que afectan a la misma costa cercana al epicentro o a otra costa cercana. ¿Cómo se pueden prevenir? Porque en un tsunami la ola viaja con una rapidez casi 200 veces menor que la de la onda sísmica (la onda sísmica viaja casi a la velocidad del sonido). En cambio, esa ola gigante que forma el tsunami tarda mucho más tiempo. Por eso hay sistemas mundiales, que mediante boyas, imágenes satelitales y cambios de la ionosfera estudian el tema.

También se ha visto que un sismo, o la onda que genera el sismo, genera la liberación de un gas, que en contacto con el oxígeno produce una especie de "flash", como un relámpago pero desde la tierra hacia arriba. Ese gas también se está estudiando para ver -como hay anomalías magnéticas, anomalías gravimétricas, etcétera- todos esos detalles con anticipación. Pero más adelante tendremos instrumentos muchos más sensibles, más capaces de medir las pequeñas variaciones.

¿FALSAS HIPOTESIS?

- ¿Hay alguna relación entre los terremotos registrados recientemente y el cambio climático?

- No. Hay que pensar que lo externo a la superficie de la tierra no afecta siquiera un metro para abajo. Abajo de la tierra las presiones y temperaturas que hay no necesitan un factor extra para cambiar.

- Otro de los temas con los que se asociaron los sismos de Chile y Haití fue el "proyecto HAARP". ¿Qué opina sobre esta hipótesis?

- Todavía estamos lejos de eso. Pienso que va a llegar un momento de la humanidad en el que se van a ver una serie de cosas. Pero en el caso de los sismos, elimino completamente esa posibilidad. Si se pone una bomba atómica debajo de una fosa del océano, del mar o de un lago, esa bomba atómica va a producir una elevación del fondo. Al levantarse el fondo, levantará también la capa de agua que está en ese lugar; esto producirá una ola que se va a repartir concéntricamente en todas las direcciones y que llegará a la costa donde -como es muy grande- va a pasar de la costa metros, o lo que sea y va a arrasar con todo. Eso es la generación del tsunami. O sea que todo es interno, es de la tierra, no externo, como sería el caso de las antenas del proyecto HAARP.

Un sismo de 5,6 grados en la escala Richter es mediano, pero equivale aproximadamente a unas 30 bombas atómicas de un megatón explotadas a una determinada profundidad. Por más poder armamentista que tenga un país, no va a hacer ese tipo de ensayos e inclusive tiene que hacer llegar ese paquete -las bombas- a una determinada profundidad y no hemos llegado a esa profundidad, para poder equilibrar la energía que se libera en un sismo o, dicho de otra forma, para generar un sismo.

- ¿Y los métodos para buscar petróleo o las grandes explosiones generadas por la minería son capaces de provocar fallas que luego causen sismos?

- Hoy ya no hacen explosiones de unos pequeños cartuchos, hoy va un camión con un martillo inmenso que pega con la tierra. Ese golpeteo produce una vibración y los geófonos registran la perturbación de esa onda que bajó varios metros desde la superficie y volvió. En ese ir y venir, estudian qué tipo de suelo hay y si hay líquidos u otros elementos. Pero la tierra tiene un eje de 3.600 kilómetros, si hablo de 30 ó 60 kilómetros hacia abajo, es como la cáscara de la manzana. Lo máximo que puede ingresar una excavación petrolífera es seis kilómetros; el ser humano todavía no ha llegado a tanta profundidad.

Lo mismo pasa con las mineras que hacen voladuras, el subterráneo... no afectan desde el punto de vista sísmico.

SIN PRONOSTICO

- Los sismos no se pueden pronosticar, pero ¿de qué forma se pueden prevenir?

- Lo único que puede hacer el ser humano para prevenirlo al ser humano es construir bien, que su escuela, iglesia, supermercado, gimnasio, todo lo que lo rodea esté bien construido. A esto se llama construcciones "sismo resistentes", que resistan a un sismo. Para ello, existen las normas de construcciones antisísmicas. Son como recetas de cocina: se fijan precisiones de acuerdo a distintas variables (como dónde se va a construir, cuántos pisos) respecto a qué materiales usar y cómo usarlos... Esas normas se dictan en el INPRES. Ya llevamos muchas, porque a medida que va pasando el tiempo, las construcciones van cambiando. No es lo mismo en los "80, que en los "90 ni el 2000. Por ejemplo, ahora se usa mucho el acero.

- ¿La Argentina está preparada para soportar terremotos?

- Estamos preparados para un tipo de terremoto de 7,5 ó 7,6 grados Richter, que son los sismos que van a ocurrir acá en la Argentina. En cambio, los de 8 van a ocurrir solamente en las zonas de contacto de placas, por ejemplo la fosa del océano Pacífico y la placa del Caribe con la placa norteamericana, en la zona de Haití; en Afganistán; en Japón.

De todas formas, uno no puede saber cómo saldrán disparados los monitores, las repisas con un montón de cosas, el plafón de la luz, el cielorraso, los vidrios -todo lo que está ornamentando el edificio-. Por eso, tratamos de concientizar qué hacer antes, durante y posteriormente a un evento sísmico. Algunas de las cosas que pedimos son: aléjese de las ventanas, trate de ponerse debajo de un mueble... buscamos que la gente pase ese momento y se proteja de cualquier eventualidad que le pueda hacer daño.