En Córdoba procesan a los acusados de secuestros y torturas a religiosos

La Justicia federal de Córdoba procesó a ex militares y policías, entre ellos el ex jefe del centro clandestino de detención "La Perla", Ernesto "Nabo" Barreiro, por los secuestros y torturas infligidos a un sacerdote y a cinco seminaristas ocurridos en agosto de 1976.

El 3 de agosto de ese año, el sacerdote James Martin Weeks y los seminaristas Ramón Alejandro Dausa, Daniel Alfredo Velarde, José Luis Destefanis, Daniel Andrés García Carranza y Hugo Humberto Pantoja Tapia, pertenecientes a la orden de "Misioneros de Nuestra Señora de La Salette", fueron capturados en su residencia de barrio Los Boulevares.

Los seis religiosos fueron llevados a la sede del "D2" -sede de investigaciones de la policía cordobesa- que funcionaba en el pasaje Santa Catalina, al lado del Cabildo (hoy Museo y Archivo de la Memoria).
 

Tres días después, todos fueron trasladados a la Unidad Penitenciaria 1 (UP1, hoy la Penitenciaría de barrio San Martín) y finalmente el 8 de agosto, salvo en el caso del sacerdote, los llevaron al centro clandestino de detención "La Perla".

Hasta el momento de ser liberados fueron torturados y mantenidos cautivos en condiciones infrahumanas, sin que alguna vez se les haya iniciado una causa.

En la causa, además de establecer los procesamientos, la jueza federal Cristina Garzón de Lascano ordenó el sobreseimiento de la ex policía Mirta Graciela Antón, quien actualmente está presa en la cárcel de Bouwer por otra causa.

Los militares procesados son Ernesto Barreiro, Hermes Oscar Rodríguez, Jorge Exequiel Acosta, Emilio Morard, Luis Alberto Manzanelli, José Hugo Herrera, Carlos Alberto Vega, Carlos Alberto Díaz, Arnoldo José López y Héctor Raúl Romero.

En tanto, los policías alcanzados por la medida judicial son Hugo Cayetano Britos, Calixto Luis Flores, Alberto Luis Lucero, Herminio Jesús Antón, Juan Eduardo Ramón Molina, Carlos Alfredo Yanicelli, José Idelfonso Vélez y Marcelo Luna.

El ex militar Barreiro -quien en 2007 fue detenido en Estados Unidos, donde vivía, por haber mentido a las autoridades de ese país por los antecedentes penales que tenía y así terminó deportado a la Argentina- es recordado por haber sido uno de los detonantes de la crisis de Semana Santa de 1987, cuando surgió el movimiento "carapintada".

Barreiro, quien era coronel, se autoacuarteló en la sede de una brigada militar de Córdoba, negándose a comparecer ante la Justicia para declarar por delitos de la dictadura.

Entonces surgió una cadena de "solidaridad" entre los militares de los mandos medios y se produjeron las rebeliones de los "carapintadas" -liderados por Aldo Rico y Mohamed Alí Seineldin- contra el gobierno de Raúl Alfonsín, a quien le arrancaron así las leyes de obediencia debida y punto final, por las cuales quedaron exculpados de los crímenes esos estamentos castrenses.