No toquen la embajada, avisa Lula

El mandatario exigió a los golpistas el respeto a la inmunidad diplomática y los llamó a aceptar una solución "negociada y democrática". Itamaraty sopesa acudir al Consejo de Seguridad de la ONU.

Nueva York  - El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, pidió al gobierno de facto en Honduras aceptar una solución "negociada y democrática" que permita el regreso de Manuel Zelaya al poder, y reclamó respeto a la inmunidad del territorio de la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde se encuentra alojado el mandatario depuesto.

En una conferencia de prensa que brindó en Nueva York, Lula dijo que "lo normal que debería suceder es que los golpistas deberían dar un lugar a quien tiene derecho de estar en ese lugar, que es el presidente democráticamente electo por el pueblo".

A su vez, Lula le pidió a Zelaya que no dé pretextos a los golpistas para realizar actos violentos, que podrían incluir la invasión de la embajada. Según las normas internacionales, las embajadas son consideradas territorios de los respectivos países y una invasión a la sede brasileña en Tegucigalpa podría ser considerada como una invasión al propio territorio brasileño.

"Esperamos que los golpistas no entren en la embajada brasileña", dijo Lula, y confirmó que habló por teléfono con Zelaya. Ante la demanda del gobierno de Roberto Micheletti de que Brasil entregue al mandatario depuesto a las autoridades, Lula dijo que su país hace "lo que cualquier otro país democrático haría" de permitir el refugio de Zelaya en su sede diplomática.

"No podemos aceptar que por diferencias políticas las personas crean que tienen el derecho de deponer a un presidente elegido democráticamente", agregó.

ALTA TENSION

"Esta mañana hablé con el presidente Zelaya simplemente para pedirle que tenga cuidado para no darle ningún pretexto a los golpistas de involucrarse en hechos de violencia", contó Lula.

Por su parte, el canciller Celso Amorim, que acompaña a Lula en su viaje a Nueva York, dijo que estudia acudir al Consejo de Seguridad de la ONU para tratar el tema de la seguridad de la embajada. Es que, según Francisco Catuda, responsable de la representación brasileña desde que el Gobierno ordenó el regreso del embajador tras el golpe, dijo que ayer fueron cortados la luz y el teléfono de esa sede.

SIN CULPAS

Entretanto, la ministra de la Casa Civil brasileña, Dilma Rousseff, negó que su gobierno haya sido parte del plan que concluyó con el retorno de Zelaya. "Brasil acogió a Zelaya pero eso no significa que incentivó" el retorno clandestino del líder depuesto, aseguró.

Desde la otra vereda, el ex diplomático brasileño Marcos Azambuja opinó que Zeleya debería dejar la embajada brasileña y salir de ese país, ante el riesgo de invasión de la sede diplomática. "Que siga desde el exterior su lucha legítima", declaró el ex embajador en la Argentina y Francia.

Por otro lado, Amorim declaró que fue la mujer de Zelaya quien pidió refugio para su marido en la embajada brasileña. Una hora antes de que el mandatario fuera a la sede diplomática, una diputada contactó al encargado de negocios, Enio Cordeiro, y le pidió que la mujer de Zelaya fuera recibida. Una vez allí, la mujer contó que su marido estaba cerca y preguntó si podrían alojarlo. Una vez autorizada, Zelaya se presentó en la dependencia brasileña. (AP, ANSA y Télam)