El ministro de Salud bonaerense, Claudio Zin, advirtió que en 2010 se podrá atenuar el impacto de la enfermedad.

Mueren otras cinco personas por la gripe A

Cuatro de los casos mortales ocurrieron en la provincia de Salta y el qunto en Mendoza. Zin expresó: "No pudimos prevenir o evitar el impacto muy duro de la enfermedad" y manifestó que "lleva tiempo hacer un análisis minucioso y serio".

Autoridades sanitarias provinciales reportaron hoy cinco nuevas muertes por gripe A, lo que eleva a 342 el número de decesos en el país, mientras el ministro de Salud bonaerense, Claudio Zin, advirtió que en 2010 se podrá atenuar el impacto de la enfermedad.

La cifra de decesos por gripe A en Argentina (342) mantiene al país en segundo lugar en el mundo por cantidad de muertes, detrás de Estados Unidos, que reportó 353 fallecimientos el 30 de julio.

Argentina mantiene en estudio otros 402 decesos para determinar si se produjeron por influenza A, por lo que el número de muertes podría duplicarse.

En Salta, una de las seis provincias junto con Catamarca, Chaco, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero donde se mantiene alta la circulación viral de la gripe A, autoridades sanitarias reportaron cuatro nuevas muertes por la enfermedad.

El director de Epidemiología, Alberto Gentile, dijo que llega a cinco el total de decesos por la nueva gripe en la provincia, donde permanecen en estudio otras 25 muertes que se produjeron en julio.

Gentile sostuvo que los fallecidos por la enfermedad son 3 mujeres y 2 hombres que residían en la capital y el promedio de edad es de entre 28 y 33 años.

El funcionario dijo que las personas fallecidas fueron asistidas en centros de salud públicos y privados de la capital.

En Mendoza, el ministerio de Salud reportó una nueva muerte por gripe A, por lo cual son siete los decesos en el distrito, que confirmó 133 casos de la enfermedad desde el 27 de abril.

El ministro de Salud, Sergio Saracco, dijo que "recibimos nuevos informes del Instituto Malbrán, más los análisis realizados en el Central, donde consta que pacientes que habían sido ingresados a principios de julio dieron positivo sus análisis".

El funcionario explicó que las personas que fallecieron por la enfermedad no habían acudido en forma inmediata al médico, por lo que el tratamiento no se suministró a tiempo.

En tanto, en la provincia de Buenos Aires, distrito que encabeza el número de muertes por la nueva gripe en el país con 123 fallecimientos, el ministro de Salud, Claudio Zin, sostuvo que "hay que esperar los datos finales y a partir de eso realizar evaluaciones sobre la pandemia".

"No hay que hacer especulaciones" sobre las cifras de la nueva gripe, pidió el funcionario , y dijo que "el año que viene con la gente inmunizada o la vacuna podremos atenuar el impacto".

El ministro expresó: "No pudimos prevenir o evitar el impacto muy duro de la enfermedad" y manifestó que "lleva tiempo hacer un análisis minucioso y serio".

"La información disponible en la provincia será para septiembre u octubre", adelantó, y consideró que las investigaciones preliminares no permiten establecer que los enfermos "sean personas totalmente sanas".

El ministerio de Salud nacional informó ayer que el 47 por ciento de las personas fallecidas por gripe A en el país tenía algún factor de riesgo o enfermedad de base y sostuvo que el grupo de edad más afectado por los decesos está integrado por adultos de 50 a 59 años.

El ministro de Salud porteño, Jorge Lemus, dijo que los muertos por influenza A son 20 en el distrito, 7 menos que el reporte de la cartera sanitaria nacional, y expresó que hay 7 decesos que pueden atribuirse a la enfermedad, 57 en estudio y 26 descartados.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó a los países que planean administrar en el corto plazo la vacuna contra la gripe A que ajusten la vigilancia sobre la seguridad y eficacia después de la inoculación, según reportaron agencias internacionales.

El organismo hizo esa consideración ante la iniciativa de Estados Unidos y algunos países de Europa, que planean aprobar la vacuna por vía de urgencia, lo que implica suspender algunos ensayos clínicos.