Solitarios en la misma ruta

Ficha técnica:

"El frasco". Argentina, 2008. Dirección: Alberto Lecchi. Guión: Pablo Solarz. Fotografía: Hugo Colace. Música: Julián Vat. Actores: Darío Grandinetti, Leticia Brédice, Martín Piroyansky, Nicolás Scarpino y otros. Presenta: Primer plano. Duración: 97 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.

Pérez conduce un micro de media distancia. Lo llaman el Mudo, porque casi no habla. Es un tímido. Impecable en su vestimenta, puntilloso e impredecible, si se altera una situación. Si alguien conoce su pasado, nadie lo exterioriza en ningún momento, sólo el espectador deduce algo oscuro en las pesadillas que, en la noche, lo inquietan.

LA MAESTRA

Romina es otro de los personajes de este pueblo, que protagoniza la historia. Es una maestra de la que la gente ignora su pasado, con la que los vagos del pueblo construyen bromas groseras y quien, como Pérez, es señalada por su diferencia, y que, solitaria, transcurre su vida en una casa rodante, en las afueras de la ciudad, viviendo con su hermano menor.

Una orden del Ministerio de Educación sobre un análisis que deben enviar todos los maestros, une el destino de Pérez y Romina. La maestra se acerca al tímido y le pide que durante uno de sus recorridos lleve sus muestras (el frasco de título) hasta el laboratorio local.

Lo que sigue cambiará el destino de los solitarios y mientras Pérez se transformará en López, con Romina deberá enfrentar una situación inesperada.

El filme de Alberto Lecchi está impecablemente construido. Empezando por un guión minucioso que desarrolla una pequeña historia y continuando por una narración clara que, a pesar de su simplicidad, mantiene un hilo de suspenso que se desanuda en el final.

PAISAJE DIARIO

El que vió "Historias mínimas", con guión del mismo Pablo Solarz, autor del "script" de "El frasco", encontrará paisajes conocidos. Un pueblito anónimo, su gente, simple y previsible, su habla minimalista, su clima de cámara lenta.

Aunque el modelo es similar, la historia atrae por los personajes y el ámbito. Entre los primeros, resalta la personalidad del Mudo, una minuciosa y querible composición de Dario Grandinetti y la autenticidad de todo ese ambiente, perfectamente representado con pequeños seres, exactos en sus desempeños. Leticia Brédice, en un papel diferente de los que habitualmente le tocan desempeñar, se desembaraza de muchos de sus clichés y es una Romina simple, creíble y desamparada.

Lecchi sabe contar y la gente lo reconoce. La historia atrapa por su simplicidad y las excelentes interpretaciones.

Isabel Croce