El debate por el cupo femenino

POR HERNAN CONSALVO La antesala de los comicios legislativos del 2001 para renovar la totalidad del Senado Nacional, promete conflictos que ya se están asomando en la interna de los partidos políticos y una disputa en el Congreso. La ley de Cupo Femenino (aprobada en 1991 por el Congreso) tendiente a equiparar la representación legislativa de varones y mujeres, será el disparador en los próximos meses. Por primera vez se elegirán a los senadores en forma directa (lo cual ya ocurría en Capital Federal); la ciudadanía será quien los seleccione, y no así las legislaturas de cada distrito como hasta la reforma constitucional de 1994, que además amplió el cupo de dos miembros por provincia a tres: dos para la mayoría y uno para la minoría. Al ser dos por la mayoría, uno al menos debería ser mujer, para que de algún modo se cumpla el requisito de la ley, según la cual el 30 por ciento de las listas a candidatos deben ser integradas por "mujeres con posibilidades de ser elegidas". Ese es el punto clave. Las voces disidentes a que se aplique la ley de cupo (la 24.012) argumentan que al haber sólo dos candidatos, no puede postularse una mujer obligadamente ya que en ese caso el panorama de la Cámara Alta quedaría conformada con más del 30 por ciento de representantes femeninas. Por este motivo, la senadora Beatriz Raijer (PJ) impulsa un proyecto de ley "para reforzar y aclarar la ley 24.012", que establece condiciones para elecciones "a legisladores" en general. Raijer explicó a La Prensa que el nuevo proyecto "trata específicamente sobre elecciones a senadores y establece que las listas deben ser conformadas por un hombre y una mujer o viceversa. Es la única posibilidad. El proyecto apunta a que haya un 50 por ciento de mujeres". "De todas maneras la ley de cupo, en un decreto reglamentario, se refiere a los casos cuando se eligen sólo dos cargos, aclarando que uno al menos debe ser mujer", añadió. Acerca de la opinión que tienen los senadores respecto de su proyecto, la legisladora contó: "Bromean, se ríen, o me dicen "si, ya vamos a hablar". Por ahora, algunos senadores se muestran reticentes a opinar sobre la aplicación de la ley de cupo. Pero está claro que con estas evasivas el sexo masculino rechaza el futuro desembarco de las mujeres, según sondeos de este diario. Los radicales, por ejemplo, aún no tomaron posición al respecto. José María García Arecha, opinó, no obstante, que en el Senado se podría "sacar una ley de aplicación de la Ley de Cupo del 30 por ciento y ver si se sube al 50 o no", como propone la legisladora Raijer. En cambio, el justicialista Augusto Alasino fue más tajante al decir que el cupo no se puede aplicar para el Senado, porque "la Constitución Nacional no admite ser reglamentada por una ley nacional. La cláusula de la Constitución es operativa "per se", de allí que sostenemos que la ley no se puede aplicar". Vale recordar que la Constitución Nacional incorporó, en su reforma de 1994, en el artículo 37, la "igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres para el acceso a cargos electivos y partidarios". El jefe del bloque justicialista en el Senado explicó a La Prensa, además, que "la Cámara Nacional Electoral dictó un fallo perfectamente claro al respecto: una mujer sólo puede postularse cuando haya una lista con al menos tres candidatos; es decir el 30 por ciento. Tiene que haber tres candidatos y no dos, como en el Senado", aunque consideró que "cada provincia va a tener que decidir por su cuenta". En rigor, la justicia electoral tuvo que mediar, desde que se sancionó la ley de cupo, en casi 100 oportunidades, pero nunca en casos puntuales al Senado. En oposición a Alasino, el ex ministro del Interior y actual senador justicialista, Carlos Corach, aseguró: "Todos los partidos tenemos que respetar el cupo y, si no, va a tener que salir una reglamentación para este caso particular". Para la diputada nacional radical Elisa Carrió, titular de la Comisión de Asuntos Constitucionales,