LA OPERA "LOS CUENTOS DE HOFFMAN" DE OFFENBACH SE DIO EN EL TEATRO AVENIDA PARA JUVENTUS LYRICA

Un tesoro de la lírica francesa

Ficha técnica: "Los cuentos de Hoffmann", ópera en tres actos, un prólogo y un epílogo. Libro: Jules Barbier. Música: Jacques Offenbach. Cantantes: María Soledad De La Rosa, Norberto Fernández, Lucas Debevec-Mayer, Mariana Carnovali, Santiago Bürgi, Mario De Salvo, Norberto Lara, Florencia Machado, Esteban Hildebrand y Laura D"Anna. Vestuario: María Jaunarena y Andrea Barbuto. Escenografía, iluminación y régie: Ana D"Anna. Coro Juventus Lyrica (Hernán Schvartzman) y Asociación de Profesores de la Orquesta Estable del Teatro Colón (Antonio M. Russo). En el teatro Avenida, el jueves 23.

Siempre bajo la diestra conducción de Héctor Parmigiani, el teatro Avenida ofreció el jueves una afortunada edición de "Los cuentos de Hoffmann" ("Les Contes d"Hoffmann"), ópera de espléndida belleza, decididamente uno de los exponentes más exquisitos de toda la creación lírica francesa. La función fue organizada por Juventus Lyrica, entidad que con meritorio esfuerzo promueve figuras jóvenes y contribuye a la difusión del melodrama en nuestro medio, y puede afirmarse sin rodeos que con sus más y sus menos, tuvo un nivel correcto, casi impecable, lo que sin duda es mucho decir si se piensa en la complejidad musical y escénica del trabajo póstumo de Jacques Offenbach. El principal responsable de este auspicioso resultado fue por cierto el maestro Antonio María Russo, quien al frente de una agrupación integrada por miembros de la Orquesta Estable del Teatro Colón (que exhibió algún déficit en la cuerda alta), en una labor de alto rango dirigió con nervio y permanente fluidez, inflexiones y acentuación precisas y encomiable ajuste. Preparado por Hernán Schvartzman, el coro de la asociación productora, que puso en esta obra un cometido verdaderamente difícil, sorprendió a su vez por la categoría de su sincronización, de su musicalidad y de su sonoridad global. ACIERTOS ESTETICOS En lo que hace a los aspectos escénicos, debe señalarse que a partir de un vestuario de agradable discreción pero no logrado para todos los personajes, diseñado por María Jaunarena y Andrea Barbuto, Ana D"Anna se desempeñó como iluminadora, escenógrafa y "regista", tarea sin duda múltiple de la que salió airosa debido a su cuidado y a su ingenio, no obstante los limitados recursos con que puede contar para estos lances, como se sabe, una compañía del ámbito privado. En el elenco de solistas, el quehacer, como era de esperarse, fue diverso. En una faena realmente desgastante, ya que asumió cuatro papeles bien diferentes, lo que no es habitual en ningún lugar del mundo, la soprano María Soledad De La Rosa (Olympia, Giulietta, Antonia y Stella), pese a que no lució el "physique du r™l" ideal, cantó con frescura y con entrega, especialmente en el último acto, donde al margen de las pirotecnias canoras del cuadro de la muñeca, su fraseo, y también su comunicatividad, parecieron de muy buena calidad. CON VOCES VARIADAS El bajo cantante Lucas Debevec-Mayer compuso igualmente varios personajes (Lindorf, Coppelius, Dapertutto y Dr. Miracle) y lo hizo con registro potente, entero y lozano, quizás demasiado exigido en "Scintille, diamant", en la onírica escena veneciana, aria desde luego más apropiada para un barítono brillante. El tenor Norberto Fernández (protagonista) se desenvolvió por su lado con ponderable empeño en una tesitura que excede sus posibilidades, por lo que mostró irregularidades en la línea y en el legato, que en la tradición lírica gala (que se remonta a Pérotin-le-Grand y a Jean Villon), constituyen elementos de vital importancia. En cuanto a las otras partes, es del caso señalar que tanto Norberto Lara (Andrés, Cochenille y Pitichinaccio) como Esteban Hildebrand (Hermann) y Laura D"Anna (Musa) cumplieron una adecuada labor, al igual que el barítono Mario De Salvo encarnando a Luther y a Schlemil (no así a Crespel, que como bien se lo ha dicho, es un "bajo-bajo"). Del conjunto, merecen además particular elogio Santiago Bürgi (Nathanael, Spalanzani y Frantz) y Mariana Carnovali (Niklausse). El tenor mostró un metal parejo, grato y bien desenvuelto, y la joven mezzo se distinguió de manera concluyente por la entereza y atrayente color de su voz, la franqueza de su emisión y la finura y persuasión de su exposición melódica. Carlos Ernesto Ure