SU "STABAT MATER" EN LA TEMPORADA "LA BELLA MUSICA"

Una lucida versión de Rossini

Ficha técnica: Mozart: Motete "Exultate, Jubilate", K 165, en fa mayor; Rossini: "Stabat Mater", para solistas, coro y orquesta. Enrique Rimoldi, órgano, María Soledad de la Rosa y Lara Mauro, sopranos, Carlos Ullán, tenor, Lucas Debevec Mayer, bajo, Coro Lagun Onak (Miguel Angel Pesce) y Asociación de Profesores de la Orquesta Estable del Teatro Colón (Antonio María Russo). En el Auditorio de Belgrano, el jueves 26.

Fundada en 1999, "La Bella Música" es una asociación dedicada a la difusión del arte de Santa Cecilia y a la promoción de los intérpretes argentinos, tarea en cuyo marco viene desplegando una incesante actividad, plasmada en numerosos recitales y conciertos realizados en el Museo Nacional de Bellas Artes, el Club Hípico Argentino, el hotel Sofitel, el Museo Metropolitano y el auditorio del Sheraton de Iguazú, entre otros ámbitos. Inicialmente circunscripta al género camarístico, la labor de la entidad fue distinguida por la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina como uno de los hechos positivos de la última temporada, en la que ya con aspiraciones mayores, se ejecutó el oratorio "Elías", de Mendelssohn, en el Auditorio de Belgrano. Dicha traducción fue en realidad continuación del emprendimiento sinfónico-coral de música sacra que se había iniciado en 2003 con "La Creación", de Haydn, ciclo que de acuerdo a lo planeado proseguirá el año que viene con dos magníficas creaciones del mismo repertorio: "Israel en Egipto", de Haendel, y "La infancia de Cristo", de Berlioz. EL MAESTRO RUSSO Con encuadre en esta estimable serie, la entidad que conduce Patricia Pouchulu ofreció el "Stabat Mater", de Rossini, en una velada que tuvo impecable nivel, comunicatividad, sugestión y brillo. Desde el podio y con su habitual dinamismo, el maestro Antonio María Russo fue sin duda el genuino artífice de este atrayente resultado, porque dirigió con batuta clara, precisa, de ostensible autoridad, concertó con ajuste remarcable y logró imprimir a todos los que estuvieron bajo sus órdenes una firme musicalidad. La Orquesta Estable del Teatro Colón (en su formación como "Asociación de Profesores") respondió con esmero y transparencia, mientras que el coro Lagun Onak, que por tantas décadas orientó Luis de Mallea, preparado ahora por Miguel Angel Pesce demostró no sólo entusiasmo, sino también belleza sonora en los pianos e intensidades medias, sorprendente maleabilidad para las gradaciones, y además, concentración y destreza técnica para encarar los difíciles fragmentos polifónicos. VOCES ARMONIOSAS El cuadro de cantantes solistas, con sus más y sus menos, exhibió a su vez un rango armonioso y homogéneo. Lara Mauro puso en evidencia un material sólido, que debe ir controlando en forma más adecuada. Carlos Ullán exhibió buen timbre y color, a despecho de ciertas estridencias y de una tendencia ligeramente "calante". Lucas Debevec Mayer, en una noche verdaderamente triunfal, mostró un registro de bajo cantante pleno, parejo y potente, destacado legato, emisión franca y colocación intachable. Por último, María Soledad de la Rosa, quien había brindado una versión del motete mozartiano "Exultate, Jubilate" de exquisito estilo y vocalidad, lució un metal excelente, de color parejo y cálido, reverberaciones cristalinas y proyección fácil y elocuente. Carlos Ernesto Ure