El cabezón arregló y ahora los dirigentes buscan deshacerse del Tolo

Ruggeri está; Gallego también

Independiente y el ex DT de San Lorenzo llegaron a un acuerdo pero apareció una traba inesperada. El nuevo entrenador ya quiere poner manos a la obra y en Avellaneda intentarán que el actual técnico se vaya antes del 30 de junio.

Independiente ya tiene al Cabezón pero el gran problema es que todavía está el Tolo. ¿Qué quiere decir esto? Muy simple: Oscar Ruggeri acordó ayer su incorporación como técnico del Rojo y quiere empezar a trabajar lo más rápido posible. Esta situación obliga a los dirigentes a buscar la forma para concretar un rápido alejamiento de Américo Gallego a pesar de que éste tiene contrato con la entidad hasta el 30 de junio. Los contadores de Independiente y de Ruggeri se reunieron ayer por la tarde y cerraron todo lo concerniente al contrato que se firmará en las próximas horas, incluyendo premios y prima. El Cabezón embolsará una suma inferior a los 50 mil pesos que cobra Gallego y llegará con el equipo de trabajo que integran su ayudante de campo, Carlos Cacho Córdoba y el preparador físico Marcelo Rozemblat. Claro que en medio de las tratativas, el DT habría sugerido la posibilidad de poner manos a la obra inmediatamente y eso se presenta muy complicado debido a que está vigente el vínculo entre el Tolo y la entidad de Avellaneda. Por las dudas, Ruggeri ya había anunciado el miércoles que no iría a La Plata para ver el partido contra Estudiantes para evitar que se lo relacionara con una despedida anticipada del actual entrenador. Si bien la intención del Cabezón es evitar una situación de mal gusto, los dirigentes también ven como algo muy positivo la interrupción de la unión con Gallego y para eso tiraron sobre la mesa la idea de liberarlo antes del 30 de junio pero pagándole hasta esa fecha. Más allá del poco prolijo movimiento de piezas que significaría deshacerse de Gallego en forma prematura, el arribo de Ruggeri despertó otro tipo de polémicas en la mitad roja de Avellaneda. Los hinchas lanzaron sus protestas por la poca identificación del futuro técnico con el estilo histórico del equipo. Ruggeri es visto como un hijo dilecto de Carlos Bilardo, cuya concepción del juego se encuentra en las antípodas del de Independiente. De hecho uno de los entrenadores más queridos por el público es nada más y nada menos que César Menotti. Y hasta el Flaco tomó partido en la cuestión como para que la llegada de Ruggeri se enrareciera aún más. UN TRAMPOLIN ROJO Quizás abriendo el paraguas antes de que se desatara la tormenta de críticas, Ruggeri se había encargado de dejar en claro que sabía de la poca identificación y nula simpatía que sentían los hinchas por él. "Lo único que vale es ganar -dijo en el más claro sentido bilardista- y con eso voy a convencer a los hinchas. Porque no conozco a nadie que gane jugando mal". Otro hecho que tampoco fue bien visto estuvo dado por el mensaje futurista del Cabezón: definió a Independiente como una escala previa para hacer realidad su sueño de dirigir la Selección argentina. Y ayer lo reconoció que "no tengan dudas, no viene a otra cosa que a salir campeón. Quiero que Independiente me dé el prestigio que necesito para después ir a la Selección". Tal vez la disculpa a la que puede apelar Ruggeri es que Gallego también había tomado las riendas del Rojo pensando en completar los tres años de trabajo efectivo que necesita para ser tenido en cuenta por clubes europeos. Al Tolo se lo perdonaron porque le dio un título al club. ¿Pasará lo mismo con el Cabezón?