Los negros llegaron al territorio argentino con la primera fundación

Una historia oscura

En la vieja Buenos Aires se entrecruzan criollos, españoles y -ocasionamente- los aborígenes. Sin embargo la ciudad fue un gran puerto del tráfico de esclavos y un tercio de su población era de origen africano. Un nuevo libro de Daniel Schávelzon lo cuenta detalladamente.

Desde su primera fundación Buenos Aires tuvo esclavos, traídos al continente americano por don Pedro de Mendoza, y aunque durante los primeros cincuenta años vinieron en forma irregular, porque estaba prohibida la entrada por el puerto de esclavos africanos, en los dos siglos que siguieron su llegada fue algo habitual. El número preciso de la población negra y de sus grupos mestizados es difícil de establecer ya que ¿cuáles eran los límites precisos entre un africano puro, un moreno o un mulato, después de varias generaciones de intercambio étnico tanto con los indígenas como con la población criolla? En un libro anterior -"Arqueología de Buenos Aires"- Daniel Schávelzon apuntó que "para la segunda mitad del siglo XVIII la población de color representaba entre el 25 y el 30 por ciento de los habitantes urbanos. Hacía 1744 había en la ciudad 1.150 negros, 330 mulatos y 221 pardos, haciendo un total de 16,91 por ciento; en 1778 había un total de 6.835 afroargentinos, incluyendo todos los grupos y haciendo un promedio del 28,38 por ciento". ESTADO DE ESCLAVITUD De un estudio basado en el censo de 1774 "surge que el 37 por ciento de las familias urbanas tenía africanos en situación de esclavitud dedicados mayormente a las tareas domésticas. Un 52,10 por ciento no tenía más que uno o dos y un 11,8 por ciento, entre diez y veinte (Guerín y otros, 1988)", precisa Schávelzon. Y en su nuevo libro "Buenos Aires negra", el arqueólogo señala que "al menos doscientos mil africanos murieron en los barracones de los mercados (llamados sutilmente "asientos") unos diez mil de ellos a la espera de curarse y sobrevivir a las penurias del viaje, en el que murieron quizás otros veinte mil". "De aquí -dice Schavelzon- salían enormes caravanas de gente encadenada que viajaba para ser vendida en Potosí, Córdoba, Tucumán o Santiago de Chile. Nadie los vio partir, nadie los oyó pasar; Hernandarias informó al rey que entre 1612 y 1615- sólo tres años de esos tempranos tiempos- salieron desde la aldea que era Buenos Aires 4.515 esclavos hacia el interior; eran más que caravanas, eran hileras de terror y muerte". MERCADOS NEGREROS En la época colonial los edificios más grandes de la ciudad, denominados Compañías, "eufemismo para designar los asientos, es decir los mercados negreros", no se encontraban lejos aunque nadie los recuerda. El más cerca del centro "lo que se llamó la Aduana Vieja", se encontraba en la esquina de Belgrano y Balcarce. Y los mercados y los grandes barracones estaban en Retiro y Lezama. A finales del siglo XVIII, en el interior, "Tucumán tenía la friolera del 64 por ciento de pobladores afro; Santiago del Estero, 54 por ciento; Catamarca, 52 por ciento; Salta, 46 por ciento y Córdoba, 44 por ciento", contabiliza Schávelzon. Los africanos que llegaron a territorio argentino "no traían consigo una única cultura y ni siquiera un idioma común que les sirviera para comunicarse entre los distintos grupos". "Provenían en su mayoría de las zonas costeras o centro costeras de Africa, lo que estaba en relación con la época del año en que se los capturaba. Es por esto que la documentación histórica señala las diferencias entre los "congos" (de Camerún y Congo), los benguelas (de Angola), los cafres (de Mozambique y Madagascar), los mandingas (de Guinea), entre otros", especifica el arqueólogo. Al contrario de lo que pasó en Brasil o los Estados Unidos, que los negros se incorporaron al sistema de plantaciones, en la Argentina algunos fueron destinados a tareas agrícolas, pero la mayoría quedó en la ciudad "en carácter de siervos domésticos o trabajaron en talleres, en la construcción y hasta en artesanía y orfebrería". Después de la desaparición abrupta de la comunidad afro-argentina, con las oleadas inmigratorias, "en la década del 40 y del 50 comienzan a llegar nuevamente como marineros, desde Cabo Verde en Africa". "Y ahora se esta formando una comunidad brasileña bastante grande. En la época de (Carlos) Menem, c