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Zárate Brazo Largo... ­ y Boca mano suelta­

Mientras River eligió la austeridad, el acaudalado Xeneize se reforzó para ganar la Copa y Mauro cruzó el puente desde Liniers a La Boca en un río de polémicas. En Avellaneda atravesaron la cordillera. ¿Quién compró más? Todo, en este resumen del mercado de pases previo al comienzo de la Superliga que arranca este viernes.

Daniel Angelici tiró la caña y esperó, paciente. La carnada, según los malpensados, se llamó Selección argentina. Y el futbolista, seducido, picó. Se fue a Boca y le dejó el anzuelo clavado a todos los hinchas de Vélez.­

Mauro Zárate fue el refuerzo más rutilante de este mercado de pases y, sin embargo, fue el más barato de los que se llevó el Xeneize. El acuerdo con el Watford inglés se cerró en una cifra cercana a los tres millones de dólares. Una ganga. Al menos, en comparación con la llegada de Carlos Izquierdoz, el central que tanto esperó Guillermo, que salió el doble. Esteban Andrada, el arquero ex Lanús, quien debutó frente a Libertad, costó cinco. Y por la apuesta del colombiano Sebastián Villa (¿el nuevo Pavón?), desembolsó tres millones y medio. Zárate, entonces, llegó de oferta.

¿Y Lucas Olaza? El caso del lateral uruguayo es llamativo. También sumergida en un mar de críticas y cruces dialécticos, su llegada desde Talleres fue ¡a préstamo! a cambio de Tomás Pocchetino y Gonzalo Maroni. El dato no sería de importancia si no fuera por dos motivos. En primer lugar, Olaza arribó por un cupo de extranjero que liberó la lesión de Frank Fabra y que, más allá de lo que diga Agremiados y lo que haga el propio Boca, está fuera del reglamento hasta que Boca se deshaga de otro foráneo. Y segundo, porque River ¡quiso comprarlo! para cubrir la salida de Marcelo Saracchi al fútbol alemán. ¿Qué sale de lo común? Que en Córdoba le pidieron al Millo unos cinco millones de dólares y, al final, lo terminaron prestando a su archirrival. ¿La foto del pequeño Olaza con la camiseta xeneize de la ancha franja amarilla también pesó en la decisión? Sólo los protagonistas lo saben.

En oposición (como siempre) a Boca, en Núñez optaron por guardar la billetera. Sólo buscaron a Olaza y, al no concretarlo, se quedaron con lo que tenían. Es cierto, había invertido mucho en el mercado pasado (con Lucas Pratto como estandarte), pero sus hinchas esperaban algún nombre nuevo, sobre todo al ver que se fueron (además de Saracchi) algunos jugadores de recambio, como Ariel Rojas (a San Lorenzo), Iván Rossi y Carlos Auzqui (ambos a Huracán). Marcelo Gallardo, sin embargo, apostó por los juveniles y hasta incluyó a cinco de ellos en la lista de buena fe de la Copa: su hijo Nahuel, Julián Alvarez, Kevin Sibille, Héctor Martínez y Cristian Ferreira.

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¿AVELLANEDA O SAN MARTIN?­

No es la anterior una duda acerca de un partido del Gran Buenos Aires. Sino una comparación. Porque tanto Independiente como Racing cruzaron la Cordillera de Los Andes para reforzar sus equipos. El Rojo se fijó en Pablo Hernández, el internacional trasandino que debutó con solvencia en la obtención de la Suruga Bank. Aunque hay una trampita. En realidad, Hernández es tucumano nacionalizado. El campeón de la Copa América Centenario, que venía de cuatro temporadas en el Celta de Vigo, se sumó junto con Ezequiel Cerutti, el uruguayo Carlos Benavídez, Guillermo Burdisso, Francisco Silva y Milton Alvarez.

La Academia fue otro de los que sacudió el mercado. Tras la partida de Lautaro Martínez al Inter y Juan Musso al Udinese, repatrió a Gustavo Bou y sumó a Jonathan Cristaldo para el ataque, mientras que contrató a Gabriel Arias para el arco, además de Mauricio Martínez y Guillermo Pol Fernández. ¿Y los chilenos? Fueron la frutilla del postre. El Chacho Coudet se quedó con los servicios de Marcelo Díaz (proveniente de Pumas de México) y Eugenio Mena (desde Bahía de Brasil).

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¿QUIEN COMPRO MAS? ¿Y MENOS?­

Una ley no escrita en el fútbol sostiene que, para mantener la categoría, un equipo debe sostener la base y sumarle cuatro o cinco refuerzos de jerarquía. No fue el caso de Aldosivi. El equipo marplatense, tras adjudicarse el campeonato de la B Nacional, se desprendió de una quincena de jugadores y adquirió ¡21!, entre los que se destacan Matías Pisano, Fabián Assmann, Ezequiel Videla y Denis Stracqualursi.

Defensa y Justicia, con el retorno de Sebastián Becaccece, también se movió en cantidad y trajo 15 futbolistas, entre ellos el retorno de Jonás Gutiérrez y la llegada de Marcelo Larrondo, quien no fue a Chile por no pasar la revisión médica. Y San Martín de San Juan incorporó a 16.

De la otra cara de la moneda, además de River, está San Lorenzo. Parece mentira, pero los dos clubes que menos se reforzaron son dos de los grandes. El Ciclón, mientras aún busca un volante central, se quedó con los servicios de Pablo Mouche, Ariel Rojas y el juvenil mendocino Santiago González.

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OTRAS CARAS NUEVAS (Y NO TANTO)­

En el resto de los planteles también hubo movimientos. Para destacar figuran los pases del delantero Lucas Gamba, de Unión a Huracán; los centrales Matías Caruzzo y Miguel Barbieri, de San Lorenzo y Racing respectivamente, a Central; el punta goleador Sebastián Ribas, de Patronato a Lanús; Lucas Albertengo, de Independiente a Estudiantes; el retorno de Santiago Silva a Gimnasia, tanto como Pedro Troglio a la dirección técnica; y los arribos a Vélez de los mediocampistas Pablo Galdames y Gastón Giménez.

Los que se van. Los que llegan. Las salidas dolorosas. Las nuevas esperanzas. Todo muy lindo. Pero cuando la pelota rueda, las realidades cambian. Y la redonda empieza a moverse esta noche.

17,5­ Los millones de­ dólares invertidos­ por Boca en cuatro­ de sus refuerzos: ­Zárate, Izquierdoz­, Villa y Andrada. ­Olaza, a préstamo.­

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6­ La diferencia­ entre llegadas ­ y salidas de River. Sin ­refuerzos, se ­fueron Saracchi,­ Rojas, Larrondo,­ Arzura, Rossi ­ y Auzqui.­