Fui invitado a asistir en Asunción del Paraguay, el día 2 de julio, a la incorporación de la Sra. Lorena Romero como Presidente del Rotary Club de esa ciudad por su eminente marido Federico Lewkowitz, el cual se trata de un personaje de grandes antecedentes empresarios y rotarios en su Patria, hermana de los argentinos.
La Sra. Romero de Lewkowitz es una distinguida señora que tiene varios títulos profesionales y va a continuar la jerarquía de quienes la precedieron.
Esa invitación me abrió la puerta para examinar con un elenco de rotarios de alta calidad del vecino país el tema de la construcción del Canal del Rio Bermejo, la que requiere indisputablemente la participación tanto de la república de Bolivia como la del Paraguay.
Nos basamos ahora en un concienzudo trabajo de un verdadero patriota argentino -lamentablemente desaparecido- el Dr. Nicolas Boscovich quien escribió el Proyecto para la integración regional Canalización del Bermejo”, en el que describió la situación en que se hallaban los 250.000 kilómetros que abarcaba la zona de influencia del Canal.
Lo hizo con una minuciosidad y seriedad admirables, que nos permite dar al lector algunas informaciones para que comprenda la importancia que tiene para la Argentina tamaña obra que debemos llevar a cabo con la intervención de los países vecinos.
Es por ese motivo que entregue un ejemplar a la Presidente del Rotary Club de Asunción del Paraguay en el acto de su incorporación a esa responsabilidad de un ejemplar pergeñado por el Dr. Boscovich que tiene sustancialmente el mismo contenido de lo que vamos seguidamente a referirnos.
NO HICIMOS NADA
El Dr.Boscovjch dijo: “Es preciso encarar con urgencia problemas apremiantes, como ser:
a) Localización y construcción del puerto de aguas profundas.
b) Aprovechamiento de los recursos hidroeléctricos del alto y medio Paraná (Corpus, Yacireta-Apipe, complejo del Iberá, diques frontales de Santa Fe-Paraná y Hernandarias); del Rio Uruguay (Salto Grande,Garruchos, Roncador, San Pedro) y en el Sur, una fuente enorme de energía, en el complejo Alico Pas.
c) Una moderna red de caminos integrada a los otros medios, dentro de una política nacional de transportes. d) La navegabilidad del Rio Paraguay desde Puerto Bush, en Bolivia, o la alternativa de un mineroducto o de un canal lateral, para permitir el transporte masivo del hierro de los yacimientos del Mutún y que marcara un paso importante en la complementación económica con Bolivia y Paraguay.
e) Un sistema de comunicaciones, que sirva con eficiencia las necesidades de todo el país.
f) Y, en fin, obras de desarrollo regional de grandes efectos multiplicadores que posibiliten una dinámica movilidad de los factores productivos y la plena utilización de los recursos locales”.
Lamentablemente, lector, salvo Yaciretá, en donde su media construcción estuvo a nuestro cargo, no hicimos nada desde octubre de 1973 a hoy en día, 27 de julio 2025, de la lista mencionada.
Forzoso es que abandonemos esa conducta iniciada el 4 de junio de 1943 y volvamos a los años anteriores e intentemos algo de la importancia de construir el Canal del Rio Bermejo, que son en realidad dos canales de unos 1.800 kilómetros, que abarcan el noroeste y centrooeste argentinos para realizar lo cual tenemos el enfoque del Doctor Boscovich, quien requiere no solamente abaratar notablemente el costo del transporte mediante el viaje en barcazas por los dos canales a construir, sino que contempla la producción de energía hidroeléctrica, la colonización agraria y el riego, el suministro de agua para beber y brindarla a los animales o a la industria, la explotación de las riquezas naturales y las industrias extractivas y otros recursos regionales.
El segundo canal que se sumo a la idea inicial fue incorporado en1957 por el General Aramburu y correría al lado del Rio Bermejo pero en forma técnicamente utilizable en sus 724 kilómetros.
El Dr. Boscovich se refirió a los formidables estudios realizados por la Comisión Nacional del Rio Bermejo que trabajo con un equipo de gran categoría y dijo: “Los estudios técnicos y económicos y financieros elaborados durante esos diez años (se refiere a 1957/67) por la Comisión Nacional del Rio Bermejo tienen un incalculable valor. Mas de 400 de ellos cubren, prácticamente, todos los campos y significan un importante avance en las investigaciones, que una vez completadas y actualizadas permitirán efectuar una evaluación exhaustiva, que abarque un examen completo y sistemático de los distintos aspectos del proyecto. Quedará luego abierto el camino para el paso ulterior: La decisión política de llevar a cabo una obra que es irremplazable para implementar el proceso de cambio que requiere una Argentina moderna, comprometida con un gran destino nacional”.
AGUAS PROFUNDAS
Hasta ahora nada se hizo. Antes y después del acto mencionado en el Rotary Club de Asunción conversando con rotarios de gran categoría desarrollé la tesis de que la Argentina necesita algo parecido a una sociedad para realizar los propósitos mencionados con las naciones hermanas de Bolivia y Paraguay, tesis que fue recibida con simpatía.
Esa trilogía necesita también tener un puerto de aguas profundas o sea que pueda recibir naves de 120.000 toneladas a 200.000 toneladas.
El tema del puerto de aguas profundas está muy bien explicado por el Dr. Eduardo Conesa en su libro Propuestas superadoras para el desarrollo económico que en realidad es un proyecto de ley que presentara en el Congreso Nacional el 26 de agosto de 2017.
En mi parecer ese puerto debería hacerse creando un sector internacional de la costa argentina compartido con las naciones hermanas de manera que estas tengan salida al mar mediante el puerto y alguna extensión costera y se termine con esa mediterraneidad agobiante que soportan y que no sirve para nada …empezando por la Argentina.
Esa participación en el puerto y en la costa, tendrá una retribución para la Argentina que las tres naciones fijaran para que las tres ganen.
No cabe duda que para realizar el propósito relatado es preciso que nosotros, por lo menos, dupliquemos las exportaciones agrícola ganaderas e industriales y el turismo receptivo para lo cual es preciso tener un tipo de cambio basado en la realidad y no, como hasta ahora, sin fundamento en nada.