‘Clamor de ángeles’. Autoría: Bill C. Davis. Versión: Fernando Masllorens, Federico González del Pino. Dirección: Ana Padilla. Vestuario: Jorge Sánchez Mon. Escenografía: Leonardo Altamirano. Diseño de luces: Fernando Díaz. Intérpretes: Franco Mosqueiras, J. Sánchez Mon. Los sábados a las 20 en Patio de Actores (Lerma 568).
El Concilio Vaticano II representó un programa de renovación cristiana, con potencial para aportar beneficios significativos a la Iglesia. Sin embargo, durante el período de su desarrollo se evidenció una crisis profunda en la vida eclesial, manifestada en diversos abusos realizados bajo la premisa de un supuesto “espíritu conciliar”, ajeno tanto al auténtico propósito del concilio como a sus documentos oficiales.
En la sociedad eclesiástica surgió una marcada corriente “neomodernista”, cuyo impacto fue ampliamente extendido en todo el mundo. Este grupo de innovadores sostenía que la Redención no tenía como principal objetivo la salvación eterna del hombre sino la liberación de la humanidad de opresiones y servidumbres terrenales. Según esta perspectiva, la misión prioritaria de la Iglesia debía orientarse hacia la transformación temporal, enfatizando la lucha contra las estructuras sociales injustas y las desigualdades entre personas, pueblos y clases sociales.
INTERPRETACION
Bill C. Davis, dramaturgo, autor, actor, director y activista político que murió a los sesenta y nueve años en 2021 por complicaciones del covid-19, tomó este tema y trató de reflejarlo en su obra ‘Mass Appeal’, estrenada en el Manhattan Theatre Club en 1980 y posteriormente presentada en Broadway en 1981. La producción fue replicada en diversos puntos de Estados Unidos y en 1984 se adaptó al cine con la participación de Jack Lemmon y Željko Ivanek, dirigida por Glenn Jordan.
El título ‘Mass Appeal’ encierra una doble interpretación; el término mass puede significar tanto misa como masa" en inglés, lo que resulta especialmente pertinente para la temática de la obra. La trama gira en torno al enfrentamiento entre dos figuras principales: un sacerdote experimentado que oficia en una zona acomodada y un joven diácono con una actitud crítica e impulsiva. El diácono cuestiona el enfoque del sacerdote hacia sus feligreses, argumentando que suele comunicar únicamente aquello que desean escuchar para garantizar su asistencia y comodidad durante las homilías. Así, el título refleja tanto el atractivo dirigido a las masas como su relación con el rito religioso de la misa.
‘Mass Appeal’, traducida como ‘Clamor de ángeles’, examina diversos temas polémicos dentro de la iglesia: el rol de las mujeres como sacerdotes, la teología relacionada con el canto y la danza, cuestiones vinculadas a la sexualidad y la homosexualidad entre sacerdotes, el alcoholismo y la preocupación por incomodar a los feligreses. El mensaje central puede interpretarse como una búsqueda de equilibrio. Dolson (Franco Mosqueiras) expresa su deseo de ser sacerdote argumentando: “Sé lo que podrían ser (los feligreses)”. A esto, el padre Farley (Jorge Sánchez Mon) responde: “¿Pero qué hay de lo que son?”. Aunque el contenido invita a una reflexión profunda, la labor de análisis se ve facilitada por el tratamiento accesible ofrecido por Bill C. Davis y la directora Ana Padilla.
LA PUESTA
La representación se inicia con el ingreso del público a la sala. La audiencia permanece ocupada conversando, consumiendo caramelos y agua, mientras en el escenario un sacerdote espera de espaldas. Incluso la música profunda de Bach, reproducida en una grabación de órgano de alta calidad, no induce tranquilidad en el ambiente.
El diseño escenográfico, cuidadosamente concebido, optimiza el empleo del espacio escénico. Se observa un equilibrio en la selección de un mobiliario reducido pero funcional: un escritorio, un vestidor, un sillón en un rincón, una lámpara y algunas cajas de vino bastan para recrear fielmente el entorno del padre Farley. La iluminación, estratégicamente diseñada y dirigida, cumple un papel esencial al permanecer tenue y resaltar las casullas durante los cambios de escena, empleando un recurso ingenioso que evita los apagones habituales y favorece el ritmo y la dinámica de la obra.
'Clamor de ángeles´sale a escena los sábados a las 20 en Patio de Actores.
La selección musical es notable y se distinguen piezas de Bach, el ‘Ave María’ de Schubert y el ‘Tantum ergo’, inicio de una antigua estrofa del himno ‘Pange lingua’ escrito por Santo Tomás de Aquino, utilizada tradicionalmente en la adoración al Santísimo Sacramento. Estos elementos musicales, junto con el vestuario minuciosamente escogido por uno de los protagonistas (Sánchez Mon), evidencian una atención rigurosa en los aspectos litúrgicos y en otros que marcan diferencias exteriores de los personajes: la sotana impecable, el pantalón perfectamente planchado y los zapatos Oxford reflejan el esmero que caracteriza al padre Farley, en contraste con la vestimenta más informal y deportiva del seminarista Dolson.
Al comenzar la obra, se puede anticipar su desenlace; sin embargo, Ana Padilla consigue generar incertidumbre a lo largo de distintos momentos, logrando que la audiencia contemple posibles finales alternativos. La directora desarrolla un clímax de gran interés, manteniendo la atención constante sin distracciones durante toda la pieza.
ENTRE SOTANAS
La elección de los intérpretes resultó sumamente acertada, ya que permite plasmar con profundidad la complejidad de los personajes. Franco Mosqueiras, en el papel de Dolson, construye una criatura que, en un primer momento, resulta repulsiva, prepotente y pedante ante los ojos del público. Sin embargo, a medida que avanza la obra, logra revertir esa impresión inicial y consigue generar empatía, mostrando una evolución que lo vuelve entrañable y humano.
Por su parte, Jorge Sánchez Mon interpreta de manera efectiva al padre Farley, dotándolo de simpatía, una falsa cordialidad y un cierto tinte maquiavélico. Este sacerdote se muestra siempre dispuesto a actuar para obtener el afecto y los obsequios de una feligresía que, a su vez, no duda en manipularlo.
Ambos protagonistas se caracterizan por un constante activismo, sin evidenciar prácticas de oración ni momentos dedicados al recogimiento espiritual. Esta ausencia indica que Jesucristo no es una figura central en sus vidas, situación que posiblemente se origine a partir del último apagón. Los designios de Dios son insondables en la vida, ¿y por qué no en el teatro?
Calificación: Muy buena