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CINE

Una pesadilla recurrente que sigue haciendo daño

‘Destino final. Lazos de sangre’, de Adam Stein y Zach Lipovsky.


‘Destino final. Lazos de sangre’. Dirección: Adam Stein, Zach Lipovsky. Guion: Guy Busick, Lori Evans Taylor, Jon Watts. Actores: Tony Todd, Brec Bassinger, Richard Harmon. Duración: 110 minutos. Clasificación: apta para mayores de 16 años.


 

Hacía tiempo no se tenían noticias de esta saga, cuya última entrega data del año 2011, dirigida por Steven Quale. La original, estrenada allá por el 2000, realizada por James Wong (quien también dirigió la tercera), tenía como tema central de su argumento la posibilidad de que un personaje salve vidas al poder prever y evitar un terrible accidente en el que todos resultaban víctimas fatales. Esto tiene como consecuencia que la muerte regrese a matar, en orden, a aquellos que se salvaron.

A lo largo de las anteriores películas, incluso en esta, el argumento se repite y es de alguna manera lo que esperan ver los seguidores: muertes cada vez más horribles que se ven acompañadas con efectos especiales, CGI mediante, que potencian el impacto, la sangre, y la crueldad de esas muertes, reflejadas en la trama en accidentes de lo más variados y ridículos.

 

DISPARADOR

‘Destino final. Lazos de sangre’, dirigida por Zach Lipovsky y Adam Stein, evidentes seguidores de la saga (hay varias referencias y guiños a las películas anteriores), comienza con el terrible accidente que Iris pudo prever en los ‘60 y que en la actualidad se ve reconstruido en la pesadilla que azota a su nieta Stephanie todas las noches. Decidida a entender que pasó, la joven universitaria visita a su abuela, quien es señalada como loca y vive encerrada en una cabaña alejada de todo y de todos, evitando a la muerte, que la busca sin cansancio. Luego de ese encuentro la misión de la muerte de matar de acuerdo al orden correspondiente se activa, y la pesadilla de la protagonista se transforma en realidad.

Es necesario tener en cuenta que la película no aporta ninguna novedad en relación a su temática ni a su estructura narrativa, y, como se ha dicho, esa predecibilidad es de alguna manera esperable por ese destinatario que sabe lo que va a ver.

Las terribles y sangrientas muertes se ven compensadas con un humor negro y situaciones bizarras adrede desde el guion, que sirven para descomprimir la tensión de las escenas fatales. En ese sentido se puede establecer un diálogo entre la muerte y el absurdo con ‘El mono’, de Oz Perkins, estrenada este año.

Las actuaciones están enfocadas en representar estereotipos distintos que, en este caso, responden a personajes de una misma familia, con una subtrama de disfuncionalidades como consecuencia de la premonición que volvió loca a Iris. No hay actuaciones notables que destacar, salvo la breve aparición de Tony Todd (‘Candyman’, ‘El cuervo’ y varias de ‘Destino final’, entre otras), fallecido el 6 de noviembre del año pasado.

‘Destino final. Lazos de sangre’ es una entrega más de una saga que se mantiene fiel a su estilo. Entretenimiento pochoclero que combina sangre por doquier y humor negro.

Calificación: Buena