"Por primera vez en la historia del museo se presenta en la exposición permanente un guion organizado cronológicamente en el que se muestran objetos e imágenes de la vida política argentina de la primera mitad del siglo XX", enfatizó a La Prensa Gabriel Di Meglio, director del Museo Histórico Nacional, durante un recorrido realizado para difundir la muestra "Tiempo de Multitudes”. La nueva exposición se adentra en el convulso y definitorio período de 1900 a 1955 en Argentina.
Desplegada en dos salas del museo, la muestra marca un hito, un punto de inflexión en la narrativa de un museo que, por más de un siglo, tuvo su centro de gravedad anclado en los mitos fundacionales del siglo XIX. Ahora, la institución cultural abre sus puertas de par en par al siglo que forjó la Argentina contemporánea, un siglo de masas, conflictos y transformaciones irreversibles.
Cabe destacar que la nueva muestra, que ya está abierta al público y es con entrada gratuita, no habría sido posible sin un componente esencial: la participación ciudadana. Confrontado con una colección del siglo XX mucho más modesta que la del XIX, el museo, situado en Defensa al 1600, se embarcó en una ambiciosa campaña de donaciones.
A través de pedidos en redes sociales y el contacto personal, la convocatoria funcionó y se pudo armar una "colección digna". La lógica del criterio de selección no era solo buscar piezas de "grandes figuras", sino objetos que "hayan estado en acontecimientos importantes, que hablen de algún problema social o político destacado".
RECORRIDO
La exhibición está basada en un relato articulado, un guion museográfico que lleva al visitante a través de la complejidad de la primera mitad del siglo XX. Está estructurada en cuatro grandes ejes temporales, cada uno poblado por piezas que actúan como ventanas a su tiempo.
El primer bloque temporal se refiere al ocaso de la “república conservadora” que comprende los años de 1900 al 1916.
Es una Argentina de profundos contrastes. Por un lado, un país que experimentaba un crecimiento económico, demográfico y de infraestructura sin precedentes, impulsado por el modelo agroexportador y la inmigración masiva. Por otro, una sociedad con enormes desigualdades sociales y regionales, regida por un sistema político estable pero excluyente que negaba a las mayorías la participación en la toma de decisiones.
Este primer núcleo temático desmenuza las tensiones de la época, no solo entre el régimen y sus opositores, sino dentro del propio Partido Autonomista Nacional (PAN). Se expone la fractura entre el sector conservador, encabezado por Julio A. Roca en su segunda presidencia, y los llamados "modernistas" de Carlos Pellegrini y Roque Sáenz Peña, quienes proponían reformas para legitimar un orden cada vez más cuestionado.
Entre los objetos de esta sección, brillan la banda presidencial de Roca, un retrato del presidente Figueroa Alcorta, y una silla que perteneció al general Pablo Riccheri, creador del servicio militar obligatorio.
EL CLAMOR DEL CAMBIO
Frente al orden conservador, se alzaban múltiples voces disonantes. La muestra dedica un espacio considerable a las oposiciones políticas y sociales que minaban la legitimidad del régimen. El radicalismo, principal partido opositor, está presente a través de objetos como la marca de ganado de su líder, Hipólito Yrigoyen, y medallas en honor a los "mártires" de la fallida revolución de 1905, el último intento insurreccional del partido antes de adoptar la abstención electoral como estrategia de denuncia.
El movimiento obrero, en pleno crecimiento por el desarrollo industrial y la inmigración, también tiene su lugar. Se explora la influencia del anarquismo, con su rechazo al Estado y su apuesta por la huelga general revolucionaria, y del socialismo, que priorizaba la acción sindical y electoral. Una pequeña medalla celebra la elección de Alfredo Palacios como primer diputado socialista de América en 1904, mientras un busto de Juan B. Justo, fundador del partido, evoca la figura de uno de sus principales líderes.
El feminismo emergente también es protagonista. La exhibición da cuenta de las dos corrientes que se manifestaron en 1910: una, vinculada a las universitarias, que pugnaba por el sufragio y el divorcio, y otra, más cercana al conservadurismo, nucleada en el Consejo Nacional de Mujeres. Dos medallas de los respectivos congresos que ambas facciones organizaron ese año, junto a una capa y la chapa del consultorio de Cecilia Grierson, la primera médica argentina, materializan la lucha de las primeras mujeres por conquistar derechos. También se menciona a la abogada sanjuanina Emar Acosta, la primera legisladora argentina, y también en Latinoamérica, que fue elegida diputada provincial en 1934.
EL CENTENARIO
El año 1910 fue uno de celebración y de crisis. La muestra aborda el centenario de la revolución de mayo en toda su complejidad, mostrando "el lado represivo de la época”, como la represión a la huelga de la "Semana roja”.
Al mismo tiempo, se despliega la "memorabilia" del festejo. Así, es posible ver una enorme cantidad de objetos conmemorativos, no solo producidos por el Estado, sino también por empresas privadas que vieron una oportunidad de negocio en el fervor patriótico. Cajas de fósforos, cigarreras, vajilla y postales con símbolos nacionales inundaron el mercado de aquel momento.
Pero el Centenario también fue una época de profundos contrastes sociales y regionales, y la exhibición se encarga también de visibilizarlos. "en una imagen que no tenga matiz". Una impactante fotografía muestra la pobreza urbana tomada en el Mercado de la armonía de Santiago del Estero en la misma época, donde se puede ver una escena de impronta campesina, con mujeres con la cabeza cubierta, que rompe con el estereotipo de la Buenos Aires moderna y europeizada.
Un casco prusiano que perteneció al general José F. Uriburu y una radio de la década de 1930 aportan testimonios de una época.
RUPTURA INSTITUCIONAL
Con la sanción de la Ley Sáenz Peña se abrió una nueva etapa. La pieza central de este núcleo es una urna utilizada en Santiago del Estero en las elecciones de 1916, las primeras bajo sufragio universal masculino y secreto, que llevaron al poder a Yrigoyen.
Este período de ampliación democrática fue también de una enorme conflictividad social. La "Semana Trágica" y la "Patagonia Rebelde" son recordadas como episodios de una violencia estatal que dejó miles de trabajadores muertos. A su vez, se destaca un aspecto a menudo olvidado como es la existencia de los territorios nacionales, que abarcaban la mitad del país y cuyos habitantes, aunque fueran varones argentinos, no tenían derecho a voto, lo que revela una "democratización más limitada todavía".
La ruptura de las instituciones llega con el golpe de Estado de 1930, que derrocó a Yrigoyen. Un casco prusiano que perteneció al general José F. Uriburu, jefe del golpe, y una radio de la década de 1930, medio a través del cual los militares comenzaron a transmitir sus discursos, simbolizan el inicio de una nueva era.
La llamada "década infame" estuvo marcada por la Concordancia, una coalición de conservadores, radicales antipersonalistas y socialistas independientes que gobernó a través del fraude electoral. El escándalo del pacto Roca-Runciman y el asesinato del senador Enzo Bordabehere en pleno debate parlamentario son algunos de los hechos que se evocan.
La oposición al régimen de la Concordancia también está representada. Se pueden ver una máscara mortuoria de Marcelo T. de Alvear, objetos del líder socialista Nicolás Repetto, y hasta un palo de la sección especial anticomunista de la policía.
LA POLITICA SOCIAL
El tramo final de la exposición se adentra en el peronismo. El golpe de 1943 y el ascenso del entonces coronel Juan Domingo Perón desde la Secretaría de trabajo y previsión abren paso a la "era de la política social".
La pieza estelar, el objeto que concentra todas las miradas, es el considerado "primer bombo peronista". Donado por la familia de su dueño original, un trabajador del frigorífico Swift, el bombo, según la investigación del museo, estuvo en la Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1945, día que marcó el nacimiento del peronismo como movimiento de masas. "Diría que es una de las piezas ahora centrales de la colección", afirmó Di Meglio.
El gobierno peronista (1946-1955) es abordado desde su política de "democratización del bienestar social". Objetos como una libreta de trabajo a domicilio, una postal de las primeras vacaciones pagas, una máquina de coser para niñas distribuida por la Fundación Eva Perón, y la chapa del consultorio de Ramón Carrillo, ministro de Salud, ilustran el impacto del peronismo en la vida cotidiana.
Un hito fundamental, la sanción del sufragio femenino en 1947, se materializa en una urna de 1951 con una "F" que indicaba que era para votantes femeninas y una libreta cívica de mujer. Un guante y un casquete que pertenecieron a Eva Perón, donados por su familia, evocan su figura central en la lucha por los derechos de la mujer.
El recorrido culmina con la violencia del golpe de Estado de 1955. Se exhiben balas que impactaron en la Casa Rosada ese día, el uniforme de un granadero que participó en la defensa del palacio de gobierno, y un crucifijo que perteneció a Perón, símbolo del enfrentamiento final entre su gobierno y la Iglesia Católica.
La memorabilia del festejo del Centenario produjo una enorme cantidad de objetos.