Espectáculos

Una historia real llevada al cine con claroscuros

‘Belén’, segunda película de Dolores Fonzi, compite en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián.


‘Belén’ (Argentina, 2025). Dirección: Dolores Fonzi. Guion: D. Fonzi, Laura Paredes (sobre el libro ‘Somos Belén’, de Ana Elena Correa). Actores: Dolores Fonzi, Camila Plaate, Laura Paredes, Julieta Cardinali, Luis Machín, César Troncoso. Duración: 105 minutos. Clasificación: apta para mayores de 13 años.


 

Si no estuviera basado en un caso real, el filme ‘Belén’ sería denostado por tener vacíos argumentales, inconsistencia en su guion e inexpresividad en sus personajes, mientras que solo sería valorado por la fuerza cinematográfica de Dolores Fonzi, quien por cartel, experiencia y talento le da energía al letargo que la rodea.

Lo que sucede es que lo que castiga y enriquece a la cinta es, en sí, lo que sucedió en este caso paradigmático de la Justicia tucumana, cuando en 2014 Julieta (Camila Plaate) llega a la guardia del hospital de San Miguel de Tucumán con un fuerte dolor abdominal, y tras ir al baño y volver con una hemorragia vaginal es acusada de haberse provocado un aborto. Suposición que la lleva a prisión preventiva y que, luego de dos años tras las rejas, la encuentra condenada a ocho de reclusión por homicidio agravado por el vínculo.

 

LA HISTORIA

El espectador entrenado, que haya visto series y películas sobre procesos judiciales, diría que al caso le faltan todos los condimentos del thriller, como testigos, contrapruebas, ADN y una familia efervescente que brega por la libertad de su integrante, en este caso, una joven de 24 años que en la quietud de su personalidad asegura ser inocente y que desconocía su embarazo. Pero esto fue realmente lo que sucedió, lo que detectó la abogada feminista Soledad Deza -ajena al caso-, y por ello se involucró para hacer causa común y darle un giro a la historia. Si en ese punto cambia el sentido de la historia real, también toma cuerpo la película en sí. Mientras la primera parte es una secuencia de escenas cronológicas sin fluir, entrecortadas, anodinas y con el único objetivo de presentar y describir la situación; la segunda mitad adquiere forma cinematográfica, con una evolución en el carácter de los personajes y un cuento que gana en tensión, dramatismo y acción.

Dolores Fonzi, como coautora (junto a Laura Paredes), directora y protagonista, se lleva todo los créditos. Los puntos flojos de narración y dirección, como esa lavada actuación de Luis Machín haciendo de juez -personaje vital entre los dos mundos y que queda desaprovechado por su poca participación y siempre tomado desde lejos-, o ese gris con el que pintó a Julieta Cardinali como abogada oficial que lleva el caso a la ruina; son algunas de las decisiones desacertadas o mal logradas que boicotean la película. Pero todo se equilibra cuando la misma Fonzi, como la nueva abogada, entra en escena, le cambia el nombre a la acusada para no revictimizarla, pasa a llamarla Belén y lleva adelante así toda esa revolución feminista que atrapa. En ese contexto de lucha sí encuentra el tono justo, con actuaciones a la altura de lo que se cuenta y con ella como bandera, con su rostro que enaltece cada cuadro y que vincula al espectador con esa querella letrada para lograr la absolución de quien para la Justicia es culpable pero para ella, una completa víctima del sistema.

‘Belén’ es un filme necesario y oportuno, que pone en foco y deja en eje lo que algunas ideologías pretenden tapar. Un accionar bisagra y paradigmático del colectivo de mujeres y del movimiento #NiUnaMenos, que ayudó a concretar la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en la Argentina en 2021 y que la misma Fonzi inmortaliza en el cine.

 

Calificación: Buena