Espectáculos

Una aproximación a la música universal con humor y reflexión

El grupo canario La Chirichota y su espectáculo ‘Vuelven los clásicos’, en el Auditorio de Belgrano.


‘Vuelven los clásicos’. Texto teatral, diseño de iluminación, escenografía y dirección escénica: Dani Rodríguez. Composición musical y letras: Víctor Lemes. Dirección musical y arreglos: Juan Dávila. Diseño de vestuario: V. Lemes, D. Rodríguez. Intérpretes: Víctor Lemes, Dani Rodríguez, Juan Dávila, Daniel Quevedo, Alberto Vila, Abraham Santacruz, Isaac Dos Santos. El miércoles 29 en el Auditorio de Belgrano.


 

En una entrevista realizada en 1980 se le preguntó a Enrique Mono Villegas, reconocido internacionalmente como uno de los pianistas más destacados, si el baterista de su grupo de jazz, Osvaldo López, tenía antecedentes en el género rock. Villegas respondió: "No, López no proviene del rock; procede de algo peor, viene de Sandro".

Tras la Guerra de Malvinas y la consecuente derrota, el denominado Rock Nacional comenzó a incorporarse en espacios donde anteriormente no era valorado. El denostado Sandro se perfilaba al bronce. Y con el transcurso del tiempo, otras manifestaciones musicales como la cumbia y el cuarteto cordobés también lograron aceptación; destacando el auge de Rodrigo, cuya música se popularizó en eventos sociales tradicionales y de alto nivel debido a su carácter festivo.

Durante el siglo XXI se llega al extremo de la decadencia. El reguetón ha experimentado un notable auge y expansión internacional. Este género se caracteriza por sus letras procaces, que abordan temas de sexo de manera explícita, drogas, descripciones de la vida en las culturas suburbanas, y por una presencia significativa en las redes sociales, recitales y locales bailables, donde muchas personas -incluidas mujeres- participan activamente en su difusión y disfrute. Los intérpretes suelen emplear estilos vocales influenciados por la tradición caribeña, con patrones rítmicos que posibilitan movimientos de baile sensuales.

La producción se caracteriza principalmente por el uso de recursos electrónicos, con un enfoque en secuencias repetitivas y una armonía simple. La ornamentación es de estilo minimalista, otorgando mayor relevancia al componente percusivo dentro de la composición. Pese al número de detractores, este género tan controvertido como popular ha dejado afuera de las listas de éxitos al pop y al rock.

 

‘ATUN-CON-PAN’

Ante este panorama poco alentador es pertinente preguntarse cuál es el lugar de la música clásica. Es improbable que los intérpretes de géneros populares, caracterizados por patrones rítmicos elementales como el 3-3-2 (negra con puntillo, negra con puntillo, negra), denominado popularmente atún-con-pan, así como el uso del kick y el snare, requieran una especialización en compositores como Brahms, Schumann o Bartok. El Mono Villegas recibió una formación en música clásica y, tras familiarizarse con la obra de Duke Ellington, el jazz se convirtió en su pasión hasta su muerte.

Estas reflexiones se originaron tras asistir a la presentación de ‘Vuelven los clásicos’ en el Auditorio de Belgrano, que contó con una nutrida audiencia de seguidores de un destacado grupo de artistas españoles provenientes de las Islas Canarias, denominado La Chirichota, cuya trayectoria previamente desconocía. En ese contexto, se abordan de manera crítica cuestiones como el declive de la artesanía musical ante el avance de la tecnología, la primacía del interés económico y el reconocimiento por premios sobre la pasión artística.

La Chirichota amplió su presencia internacional a comienzos de 2024 tras la viralización de su interpretación de la Quinta Sinfonía de Beethoven. Su audiencia en Instagram incrementó de 3.500 a 300.000 seguidores, lo que evidencia el valor estratégico de las redes sociales en la promoción artística. Posteriormente, suspendieron temporalmente otro proyecto para enfocarse en este espectáculo que ha impulsado su actual gira por Hispanoamérica.

 

UNIVERSO MUSICAL

El grupo conformado por músico y actores canarios explora la hipótesis de cómo reaccionarían los grandes exponentes de la música clásica ante un entorno dominado por el reguetón. Surge la pregunta: ¿cuál sería la respuesta de Bach, Mozart, Beethoven, Vivaldi, Schubert y Tchaikovsky si despertaran en la actualidad?

El constante sonido del reguetón proveniente de automóviles, transeúntes y vecinos se convierte en el detonante de su despertar. Esta idea es desarrollada en el escenario junto con el interrogante: “¿Qué dirían los clásicos?” al representar la resurrección de estos compositores en una obra teatral humorística, irónica e ingeniosa.

Un estruendoso y espectral sonido, acompañado por un impecable diseño de luces, enmarca la proyección de una imagen sombría de un cementerio abandonado bajo la lluvia. Tras un breve apagón, aparecen lentamente en escena siete intérpretes vestidos con esmerado atuendo del siglo XVIII, cuidando cada detalle de su vestimenta. A partir de este momento se desarrolla un espectáculo dinámico e ininterrumpido. Los artistas demuestran una extraordinaria memoria, no solo para las letras sino también para las numerosas melodías que abarcan tanto el repertorio clásico como el popular. El acompañamiento instrumental consta únicamente de una guitarra española, dos teclados y un limitado instrumento de percusión.

Las expresiones, tanto acompañadas de música como sin ella, poseen un significado propio. La crítica se realiza mediante el uso del humor, partiendo de la convicción de que dicho enfoque resulta adecuado para tal fin. El regreso de los clásicos incorpora elementos de lo absurdo, reminiscencias del estilo de los hermanos Marx y de la comedia vodevil.

 

LA MANERA

‘Vuelven los clásicos’ no busca plantear un duelo amargo entre Bach y Bad Bunny. El espectáculo demuestra que el problema no es el reguetón sino la manera en que algunos lo realizan. No es contra el género sino contra la falta de creatividad, contra las letras ofensivas a la mujer, contra la imposición de los conglomerados musicales y las emisoras de radio que hacen que el reguetón ocupe todo el espacio y no quede nada para los demás géneros musicales. En síntesis, quieren poner en valor al artista que siente pasión y vocación y que no intenta solo hacer canciones que se vendan.

 

Calificación: Muy bueno