Espectáculos

Un verdadero acontecimiento teatral

Por su innovador formato envolvente y la jerarquía de sus intérpretes, ‘Next to Normal Immersive’ arrasa.


‘Next to Normal Immersive’. Autores: Brian Yorkey, Tom Kitt. Idea y concepto: Pablo del Campo. Dirección general original: Simon Pittman. Dirección asociada: Mela Lenoir. Dirección musical: Tomas Mayer Wolf. Showrunner: Estanislao Otero Valdez. Intérpretes: Alice Ripley, J. Robert Spencer, Ema Giménez Zapiola, Alex Munton, Valentín Zaninelli, Adan Pascal. En el Centro Audiovisual Inmersivo (CAI), Jorge Newbery 3039.


 

Cuando en julio de 2022, en el vanguardista Festival Grec de Barcelona, Pablo del Campo estrenó una disruptiva versión del exitoso musical ‘Casi normales’ bajo el título 'Immersive Next to Normal', el director creativo argentino le confió a La Prensa que ya imaginaba un recorrido internacional para ese proyecto y, por supuesto, su llegada a la Argentina. Hecho que acaba de acontecer ahora, tres años después y enhorabuena, porque se trata de un verdadero acontecimiento de nuestra actual temporada, que abrirá las puertas, seguramente, a futuros proyectos que amalgamen el teatro con las artes digitales.

Si el temor de Del Campo era entonces que la profunda emocionalidad que caracteriza la obra de los estadounidenses Brian Yorkey y Tom Kitt se viera resentida a manos de la tecnología, la discusión quedó zanjada. No hay manera de que el espectador se mantenga al margen del drama que se narra, en una puesta que lo ubica codo a codo con los actores, habitando el mismo espacio, respirando a su ritmo, sintiendo ante los hechos el mismo nudo en la garganta.

Porque si bien se trata de una versión reducida del musical ganador del Tony en 2009, adaptada -eso sí- por los mismos autores, la obra conserva la raíz del guion original y las partituras imborrables, y se abre a la posibilidad de explorar con mayor detalle los dilemas internos de los personajes.

Casi no existen referencias concretas a un tiempo y espacio más que a través del vestuario, los accesorios tecnológicos y el tipo de vínculo que une a la familia protagónica. Sin escenografía corpórea y casi sin utilería, sólo las proyecciones en tres de las paredes y el piso de la sala construyen el micromundo en el que Diana Goodman intenta a los tumbos reconstruir su vida y la de su entorno. A su lado, a apenas unos centímetros de distancia, los espectadores.

 

UNA CARICIA

Así como Yorkey y Kitt eligieron al director Simon Pittman (del National Theatre de Londres y parte del equipo creativo de 'El curioso incidente del perro a medianoche') para materializar la idea del productor argentino, Del Campo se inclinó por Mela Lenoir como directora asociada de la reposición local. Su mirada, sin soslayar el nervio inmanente a los desordenes mentales, se abre a una escenificación más amable, menos tensa, al modo de una caricia compasiva.

La dinámica de la puesta es un mecanismo de relojería casi perfecto en el que los intérpretes entran y salen de escena, caminan entre los espectadores, intercambian miradas con ellos, se sientan a su lado y el visitante, mudo testigo, debe sofrenar el impulso innato de correr a consolarlos. Uniendo las partes, el registro musical, obra de Tomás Mayer Wolf, se desgrana en múltiples capas de sonoridades superpuestas que calan hondo a partir de una acústica envolvente.

Alice Ripley retoma en Buenos Aires el personaje que la hizo merecedora del Tony a Mejor actriz de musical en 2009.

Al frente del elenco, Alice Ripley y J. Robert Spencer, los mismos actores que encarnaron a Diana y Dan en el estreno en Broadway (ella ganadora del Tony por este rol), alcanzan niveles superlativos de veracidad emocional. Su llegada a Buenos Aires es un hecho ponderable y una oportunidad única de volver a verlos juntos (él no estuvo en el montaje inmersivo de Barcelona), transitando una vez más dos personajes a los que les han impreso un cuño indeleble.

Igualmente sólido, y en línea con el perfil aesthetic de familia que se intenta mostrar, el cast argentino se destaca con la revelación de Ema Giménez Zapiola, junto a Valentín Zaninelli y, muy especialmente, Axel Munton. Algunas de las canciones que el personaje de Gabriel comparte con sus padres son francamente electrizantes. El cuadro actoral se completa con el Dr. Madden de Adan Pascal (el Roger de la primera puesta de 'Rent' e ícono del teatro musical neoyorquino) en una intervención en video que se ensambla sin chirriar y expande aún más los límites de la conflictuada vida de Diana.

Lo dicho: un espectáculo de fuste presentado en su idioma original (con subtítulos), asequible incluso para quienes no frecuenten el teatro musical pero se atrevan a asomarse a una experiencia transformadora.

 

Calificación: Excelente