Suplemento Económico

Un gran paso para el retorno a los mercados

Por Carlos Pérez *

Con el frente fiscal ordenado y mostrando mes a mes un superávit primario, las miradas se centran en las renovaciones periódicas de la deuda en pesos y la evolución de la acumulación de divisas.

La emisión de un título en pesos con suscripción en moneda extranjera (TY30) fue un buen paso en el camino hacia el financiamiento voluntario en los mercados internacionales y una forma que encontraron las autoridades para hacerse de reservas respetando el límite autoimpuesto de no comprar dólares dentro de la banda de flotación.

Así, nuevamente se pusieron fichas en el carry trade, en un marco de posible volatilidad cambiaria, lo que se vio reflejado en un cupón mayor al esperado. En definitiva, un avance positivo, pero aún resta mucho camino para un acceso a los mercados que permita renovar los vencimientos en dólares hacia delante. El riesgo país aún se ubica en terreno elevado.

El objetivo de las autoridades de corto plazo es el de la desinflación con calma cambiaria, con la tarea pendiente

de trabajar en mejorar la productividad y reducir el costo argentino.

En el mes de abril nuevamente se registró un superávit fiscal primario ($ 5,2 billones en los primeros cuatro meses del año), acumulando un resultado positivo del 0,6% del PBI en los primeros cuatro meses del año. Más aún, el resultado financiero registró un superávit del 0,2% del PBI entre enero y abril.

Este ordenamiento en las cuentas fiscales se constituye clave en cuanto a menores necesidades de financiamiento hacia delante, no generando el stress de nueva deuda y sólo teniendo que rollear la existente.

VAIVENES

En este sentido, las últimas licitaciones de la deuda han mostrado vaivenes. En marzo y abril se advirtieron renovaciones por debajo de los vencimientos, en un contexto de dolarización de portafolios por parte de los individuos.

En este marco, el 25 de abril se dispuso la distribución de utilidades del BCRA al Tesoro por $ 12 billones. Debe mencionarse que estas provienen de un balance ajustado por inflación, en un contexto de superávit fiscal.

Sin embargo, es claro que funciona como un buffer para las licitaciones de deuda en moneda local. De hecho, el 23 de mayo, la cuenta del Tesoro en pesos registró $ 11,5 billones, lo que implica que, de no haberse realizado la transferencia de utilidades del BCRA, el Tesoro tendría que haber convalidado tasas más elevadas en la licitación previa para poder cumplir con los compromisos.

La última licitación del 28 de mayo fue un caso particular, ya que una parte de los vencimientos fue cubierta en moneda extranjera, al emitirse un bono del Tesoro para no

residentes en moneda y ley local con suscripción en dólares por unos u$s 1.000 millones.

En detalle, el rollover fue del 100% (contemplando también los vencimientos del día 23/5), considerándose el financiamiento en pesos (87%) y aquél en moneda extranjera (el 13% restante con el TY30, sobre el que detallaremos en el próximo apartado).

Así, el resultado de la licitación fue una emisión monetaria de unos $1,1 billones, aunque probablemente el efecto sea neutro ya que las entidades financieras los colocarán en LEFIs.

En definitiva, hacia delante será relevante monitorear el efecto monetario de las renovaciones de deuda, en un marco en que la mayor parte de las colocaciones resultan a muy corto plazo, acumulándose en el mes de junio vencimientos ya por unos $ 18 billones.

A CAPTAR DOLARES

Con el objetivo explícito de las autoridades de mantener el sendero de desinflación, para lo cual es clave la calma cambiaria, el equipo económico procura distintas vías para captar divisas sin tener que comprar dólares dentro de las bandas cambiarias.

Así, en la última licitación de deuda emitieron un bono en pesos con suscripción en moneda extranjera para no

residentes a cinco años, con la posibilidad de ejercer un rescate previo al cambio de autoridades presidenciales.

En los próximos días ingresarían los fondos producto de la colocación del Bonte 2030 por u$s 1.000 millones, que harían alcanzar un stock en la cuenta del Tesoro por unos u$s 4.500 millones. Así, estas divisas conseguidas resultan claves para el objetivo de no comprar dentro de las bandas cambiarias y enfrentar los próximos compromisos en moneda extranjera.

En detalle, el 9 de julio se deben abonar los vencimientos de Globales y Bonares por unos u$s 4.300 millones, de los cuales unos u$s 3.700 se encontrarían en manos de tenedores privados. Asimismo, el 1 de agosto debe pagarse al FMI unos u$s 800 millones (debe señalarse que también ingresarían unos u$s 2.000 millones del FMI producto de la primera revisión del nuevo EFF, que podría postergarse).

Estas divisas también son claves en tanto ayudan a reducir la brecha con la meta de reservas netas pautada con el Fondo Monetario Internacional para el 13 de junio de unos -u$s 2.700 millones. Al 27 de mayo el nivel de reservas netas bajo la medición del acuerdo de facilidades extendidas con el FMI (a precios del 31 de enero y sin contabilizar los dólares del organismo y sólo una parte de otros multilaterales) era de -u$s 8.800 millones. Asumiendo el ingreso de unos u$s 400 millones netos esperados de organismos internacionales, contabilizando lo capturado con el TY30 (u$s 1.000 millones emitidos en moneda local), considerando que efectivamente se realiza el Repo en tratativas por unos u$s 2.000 millones (sólo se contabilizan u$s 500 millones de acuerdo con los ajustadores del acuerdo), y que deben abonarse unos u$s 200 millones del Bopreal, restan unos u$s 4.400 millones para alcanzar el target.

De este modo, las autoridades siguen firmes en su propósito de desinflación sin comprar divisas dentro de la banda cambiaria. Lo cierto es que las autoridades dieron un paso más para asegurar la calma cambiaria, clave para su objetivo.

En efecto, vienen ensayando una secuencia de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, posición vendida de futuros, la Reparación Histórica de los ahorros de los argentinos, la emisión del Bono del Tesoro a 2030 y nuevas vías para conseguir dólares financieros.

Hacia delante será necesario una mayor compresión del riesgo país (actualmente por encima de los 600 puntos), clave para un acceso a los mercados voluntarios de deuda que permita rollear los vencimientos en moneda extranjera como hacen comúnmente los países.

La semana pasada fue un buen paso, aún restan muchos más, habrá que monitorear cuáles son los próximos caminos para continuar captando dólares financieros.

 

* Director coordinador de la Fundación Capital.