Un bello bar entre clásico y gourmet

El vermú de grifo de ‘El Octavo’ resulta sensacional. Pero es sólo uno de los muchos atractivos con los que cuenta el bonito bar y rotisería de la esquina de Bulnes y Gorriti. "Ahora también estamos haciendo nuestra presentación de la botella. Es el vermú de los bares notables”, dice, orgullosa, Milagros Carro, alma mater del lugar, una joven gastronómica -también dirige el emblemático restaurante ‘Miramar’-, quien es parte de una familia que cuenta con otros siete locales.

“Este bar empezó hace cuatro años y es el último que abrimos -por eso el nombre- y representa a la nueva generación de nuestra familia. A los más jóvenes”, explica, con entusiasmo.

Milagros se crió detrás de los mostradores del ‘Miramar’ y sabe todos los secretos del oficio, tan duro y a la vez mágico. “A la nueva generación de la familia se nos ocurrió abrir algo que rememora a los bares, pero también que tenga una nueva onda y que sea un poquito distinto”, señala.

Los clientes la saludan, la reconocen del día a día. Y ese valor impagable de que atienda el dueño, seguramente sea uno de los factores que hacen que a ‘El Octavo’ la gente vuelva y llene sistemáticamente.

El local antes era el atelier de un artista plástico y la parte de arriba su vivienda. “Se tiraron todas las paredes, se hizo una gran reforma y quedó lo que está hoy”, recuerda la anfitriona. Dentro de los atractivos arquitectónicos y de decoración, se destaca el imponente baño del primer piso, con toques bien clásicos.

LA CARTA

“Nuestro local intenta ser típico, pero también un poquito más gourmet. Tenés, por ejemplo, el risotto de remolacha con vegetales asados. En el balance está el secreto”, señala.

El plato estrella de la casa es la milanesa con fideos, tan en boga últimamente. “Yo cuando era más chiquita, la comía con cintas caseras. Era re común antes y ahora está de moda de vuelta, pero nosotros hace 4 años ya la tenemos. Es nuestro plato más vendido”, cuenta Milagros.

Entre otras de las delicias que sobresalen se encuentra el queso brie apanado con mermelada de tomate. Verdaderamente rico. Por supuesto, hay buñuelos clásicos de acelga, como en todo bar que se precie. Y muy ricas empanadas de bife de chorizo. Entre los postres, se distinguen las tortas y los típicos como el vigilante o el strudel de manzana, crema y canela. Todo rico y abundante.