Opinión

Ucrania-Rusia: el conflicto se ha intensificado

El ataque de Israel contra Irán, al que se sumó Estados Unidos con sus bombarderos B-2 y sus bombas antibúnker, seguido al feroz enfrentamiento entre India y Pakistán, habían desviado la atención de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Pero no olvidemos que esta feroz guerra de desgaste lleva tres años y medio, y no parece que veamos la luz al final del túnel.
Como todos sabemos, Donald Trump prometió de forma grandilocuente que el día que asumiera el cargo, en un plazo de 24 horas, pondría fin a la guerra en Rusia y Ucrania, a ese derramamiento de sangre, como él mismo dijo, a las horribles bajas, y también a la guerra en Oriente Medio. Pero, por el contrario, vemos que en ambos lugares la guerra se ha intensificado.
La guerra entre Rusia y Ucrania sigue muy viva. Ha continuado de forma constante. ¿Qué están haciendo los rusos? ¿Cuáles son los objetivos de Rusia? ¿Qué es probable que suceda en el próximo mes?

TEMPORADA OPERATIVA
Es verano en Ucrania, que es la temporada operativa, la temporada para lanzar grandes ofensivas porque el suelo se endurece y se vuelve sólido, la nieve ha desaparecido, se ha derretido y el clima es mejor para lanzar operaciones militares concertadas.
En el caso de Rusia, hubo algunos informes de que habían creado una reserva de 300 000 soldados frescos. Pero la estimación más realista es que Rusia ha reunido unos 110 000 soldados en la región de Donetsk, según la evaluación de Ucrania. La provincia de Lugansk ha sido capturada, más del 90 %. Están luchando por hacerse con el resto. En Donetsk, aún queda alrededor del 40 %. Y eso implica combates muy intensos y feroces.

LA SITUACION MILITAR EN EL FRENTE
Según sabemos, los rusos están reuniendo sus tropas en esta zona y que sus principales ataques se realizan en la zona de Pokrovsk. Los ucranianos son conscientes de la importancia crítica de esta zona y han lanzado importantes contraataques en esta zona para frenar y, en cierta medida, hacer retroceder algunos de los avances que los rusos habían logrado en esta zona.
Pero los rusos ahora planean atacar Pokrovsk desde el flanco norte, y eso podría crear una gran bolsa. Y si cierran la bolsa por detrás, eso podría obligar a Ucrania a elegir entre luchar y morir o retirarse. Hay unos 30 000 soldados ucranianos en Pokrovsk. Al norte de Pokrovsk se encuentra el segundo saliente ruso de Konstantinivka. Aquí hay unos 50.000 soldados ucranianos. Se ha formado otra enorme bolsa.
De esta forma, 30.000 soldados en Pokrovsk y unos 50 000 en Konstantinivka. También hay operaciones de sondeo iniciales en otros sectores, han atacado en Sumi, han atacado en Járkov y los rusos se están acercando al río Oskill.

EL GRAN INTERROGANTE
Con este marco general, ¿cuánto tiempo puede continuar esta lucha? La pregunta clave es cuánto tiempo puede Ucrania seguir sufriendo pérdidas humanas. En algún momento, la moral podría quebrarse repentinamente. Ya lo vimos en la Segunda Guerra Mundial. Que paso en un momento con el ejército alemán, avances lentos, penosos y dolorosos, con pérdidas muy elevadas. Pero, de repente, la moral alemana se derrumbó y eso fue el fin. Así pues, los rusos han movilizado 110 000 soldados para su ofensiva de verano.
¿Y Donald Trump? Como he mencionado, Donald Trump había dicho que, 24 horas después de tomar el poder, habría un alto el fuego entre Rusia y Ucrania. Por desgracia, el conflicto no ha hecho más que intensificarse. Solo se ha intensificado. Ucrania está perdiendo la guerra terrestre, pero está tratando de hacer propaganda con operaciones como la Operación Telaraña, en la que introdujo drones en Rusia y atacó su flota de bombarderos, que se encontraba al descubierto, al aire libre, debido a los Acuerdos Salt, por el que los bombarderos rusos y estadounidenses deben permanecer al descubierto para que puedan ser detectados por los satélites enemigos y ambas partes puedan estar seguras de que nadie está intentando un ataque sorpresa.
Aprovecharon esto y afirmaron haber destruido 40 bombarderos. Los rusos dicen que son 10, pero se trata de bombarderos estratégicos, parte de la disuasión nuclear rusa, la tríada nuclear.
Como no puede ser de otra manera, obviamente, si se les golpea así, los rusos tomarían represalias. Y cuando los rusos tomaron represalias, Donald Trump dijo: “Estoy enfadado con los rusos. Estoy muy, muy decepcionado con Putin. No está dispuesto a poner fin a la guerra”. Y ahora, ¿qué ha dicho Donald Trump? Ha dicho lo siguiente: “Le doy 50 días a Rusia para que ponga fin a esta guerra”.
De acuerdo a todo esto, cualquiera que todavía tuviera esperanzas de que el presidente estadounidense Donald Trump resolvería el conflicto ucraniano mediante negociaciones probablemente las haya perdido estos días.
De acuerdo a nuestro análisis, las negociaciones reales entre Rusia y Ucrania nunca despegaron, y la extraña mediación de la administración Trump (Estados Unidos es un interesado parte en el asunto, no un árbitro) fue ineficaz desde el principio. Pero los acontecimientos de estos días marcan un hito probablemente definitivo.
Tras una breve pausa en el envío de armas a Kiev, aparentemente motivada por problemas de abastecimiento según nos dice la CNN “Estados Unidos pausa algunos envíos de municiones a Ucrania, incluidos misiles de defensa aérea, dice alto funcionario de la Casa Blanca”, justificándola así: “La subsecretaria de prensa de la Casa Blanca, Anna Kelly, dijo que la decisión se tomó para poner los intereses de Estados Unidos en primer lugar". Pero subsiguientemente el pasado 7 de julio hubo un cambio de rumbo (uno más de los normales en la administración Trump) y se decidió volver a rearmar a Ucrania. La administración tomó la decisión de enviar armas por valor de 300 millones de dólares de las reservas del Pentágono, bajo la Autoridad de Redacción Presidencial (PDA), y enviarlas a Kiev. Nótese que, esta es la primera vez en su segundo mandato que Trump utiliza la PDA, un instrumento empleado habitualmente por su predecesor Joe Biden.
La decisión es coincidente con un cambio de tono de parte del presidente de Estados Unidos, que por la primera vez ha utilizado un lenguaje muy áspero al decir que el presidente ruso Vladimir Putin, “está matando un montón de gente”.
Según nos dice el American Comité for US-RUSSIA Accord: “La semana pasada demostró, como mínimo, que el presidente Donald Trump está bajo una enorme presión de los medios de comunicación y del establishment político de Washington para retomar el trabajo que dejó el gobierno de Biden y continuar brindando a Ucrania un suministro casi ilimitado de apoyo militar y financiero en su guerra con la vecina Rusia. Dicha política, entre otras cosas, exigiría que Trump incumpliera su larga promesa de campaña de poner fin a la guerra o, como mínimo, poner fin a nuestra participación en ella. Y, como la coherencia rara vez se ha destacado entre las virtudes del presidente, Trump anunció el lunes pasado que reanudaría los envíos de armas a Ucrania”.
Para echar más leña al fuego, como venimos diciendo en esta columna, los dirigentes de Gran Bretaña, Francia y Alemania, así como los jefes de la Unión Europea, también presionan para que se prolongue el conflicto. El canciller alemán, Friedrich Merz (ex Black Rock…), dijo que las herramientas diplomáticas para resolver la guerra de Ucrania estaban ahora “agotadas”.
Aparentemente, hasta ahora Trump se había resistido a estas presiones. Convencido de que Kiev era incapaz de ganar, había definido repetidamente el conflicto ucraniano como “la guerra de Biden”, para distanciarse de su predecesor e intentar un desapego de Europa para centrar la atención estadounidense en el Pacífico y el ascenso de China.
El reciente cambio de rumbo sugiere que Ucrania podría convertirse en "la guerra de Trump". Lamentablemente, esta guerra de desgaste, larga y sin restricciones parece no tener fin.

AGREGADO FINAL
El 20 de julio de 2025, en el artículo “La crisis de liderazgo. En memoria del general Eisenhower”, nuestro colega Paolo Falconio, nos dice: “Si alguna vez se encuentra con un documental sobre el Día D, notará que el comandante en jefe de los aliados, el general Dwight David Eisenhower, también conocido por el apodo de Ike, excepto en las fotos oficiales, mantiene una expresión de constante preocupación. A diferencia de sus homólogos, incluidos los británicos, que siempre parecen sonreír ampliamente ante las cámaras. La preocupación de Eisenhower, en su robusta tribuna, era por sus hombres, por el sacrificio inminente al que estaban llamados”.
Durante estos tres años y medio de trabajo de análisis para tratar de despejar la Niebla de la Guerra 2.0, hemos notado a los lideres occidentales sonriendo, haciendo bromas junto a Zelensky y muchas veces nos preguntamos por los hombres y mujeres que ellos mandan a morir. Veamos como ejemplo esta foto que acompaña el artículo. ¿De qué se ríen?