Cultura
EL LATIDO DE LA CULTURA

Todo un acontecimiento

“Ya habrá tiempo de repasar todo esto y de sacar conclusiones”, había dicho durante la transmisión televisiva de la final del Mundial Ariel Senosiaín, quizás el mejor comentarista deportivo de la actualidad. A mediados de enero, un amigo me preguntó si había vuelto a mirar el partido consagratorio. Su pregunta me hizo notar que no sólo no lo había revivido sino que ni siquiera lo había visto. Porque, a decir verdad, ¿qué porcentaje de argentinos logró verdaderamente “ver algo”, aquél día? 

Para el filósofo francés Alain Badiou, un acontecimiento no es meramente un evento importante o significativo que pueda ocurrir en el ámbito político, artístico, científico o amoroso. Es un quiebre del campo del saber de una situación. Exactamente eso significó la final para buena parte de los habitantes de nuestro país. Y como es difícil distinguir la realidad en el preciso instante en el que se está produciendo una fractura, tengo la sensación de que tan solo aquellos que revivan  lo sucedido el pasado 18 de diciembre son quienes lograrán ver algo. Como soy uno de ellos, enumeraré algunos detalles y conclusiones que se me habían pasado por alto: 

1. Durante todo el Mundial, pero especialmente el día de la final, Messi entonó el himno con fervor, cosa que no había hecho anteriormente.

2. Desde el inicio del partido, los jugadores franceses se mostraron erráticos en los pases. Nuestro seleccionado estuvo mucho más concentrado y preciso, lo cual hizo que se adueñara del juego a fuerza de personalidad.

3. Messi patea los penales de un modo muy inteligente, con la vista clavada en el arquero. Aunque menos impresionante y explosivo que cuando era joven, su juego se ha vuelto mucho más elegante. 

4. Nuestro segundo gol no fue un contrataque: fue una conspiración.

5. Di María es la clase de jugador que dice presente en las paradas bravas. Su inclusión en la formación titular fue determinante, el gran acierto de Scaloni,  ya que permitió que Argentina inclinara el partido.

6. Junto a Enzo Fernández, la de Alexis Mac Allister ha sido la aparición más rutilante de este equipo. El partido que hizo en la final fue impecable.

7. Fue conmovedor divisar a José Pekerman en las tribunas. Pekerman abrió un camino en la historia de la Selección a partir de un proyecto —palabra que a los argentinos tanto nos cuesta poner en práctica— fundado en la formación de juveniles, del que entre otros surgieron Pablo Aimar, Walter Samuel y Leonel Scaloni, la plana completa del cuerpo técnico.

8. Si bien no “pasó por encima a su rival” como dijeron en su momento, Argentina dominó a Francia por la intensidad con la que disputó cada pelota hasta el minuto sesenta del partido, cuando físicamente se quedó sin combustible. El técnico argentino demoró demasiado en hacer modificaciones.

9. El árbitro polaco dirigió una gran final, pero favoreció a nuestro seleccionado en varias jugadas polémicas. 

10. Mbappé está llamado a ser un jugador icónico en la historia del fútbol. Tiene similitudes con los mejores futbolistas brasileros, como Pelé o Ronaldo Nazário. Con 23 años ya ganó un Mundial y aún no alcanzó el pico de su rendimiento.

11. Los minutos finales del suplementario fueron una tómbola. Tanto pudimos haber perdido cinco a tres o haber ganado de no ser por las chances desperdiciadas por Lautaro Martínez.

12. Si fue la final más emotiva de la Historia de los campeonatos mundiales ello se debió a que Francia fue un excelente rival.

13. Ese primer beso que Messi le robó a la copa fue amor verdadero.