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Román y su manía de despedir

"Por tu compromiso, responsabilidad y dos estrellas para nuestra historia. Gracias Negro!!". Así despidió Boca a Hugo Ibarra a través de las redes sociales del club. Así lo echó, con palabras de agradecimiento por su labor. Pero no lo saludó con afecto porque el entrenador se haya ido junto con su cuerpo técnico a trabajar a otro sitio, a un equipo de Europa, a un seleccionado, por ejemplo. Así Boca se lo sacó de encima a Ibarra. Con buena onda, ojo.

Boca conquistó, en octubre de 2022 y con Ibarra como DT, el título local. Pero, además, también ganó la Supercopa Argentina, el 1 de marzo, frente a Patronato. Hace menos de un mes… Esos fueron sus logros, las buenas. En el medio también se sucedieron otras situaciones no tan alegres. A ver... Boca no brilló y hubo numerosos cambios de esquemas y de formaciones que no satisficieron ni a sus hinchas ni a sus jugadores. Apenas eso. Ah. Y tampoco deben haber alegrado esos cambios a Juan Román Riquelme, amigo del Negro. Ahí se acabó la discusión.

En síntesis: Ibarra asumió el cargo de técnico de Boca en junio de 2022. En octubre fue campeón. Y en marzo (aunque el triunfo sobre Patronato puede considerarse menor) igual. Pero en ese mismo marzo (ahora), también, lo echaron. Es verdad que, además, perdió algunos partidos el Boca de Ibarra y que no jugó bien. Pero sus resultados no fueron catastróficos, tampoco (disputó 36 juegos, de los cuales ganó 20, empató 7 y perdió 9).

No le alcanzó a Ibarra, como tampoco le alcanzó a Sebastián Battaglia, otro ídolo del club de la Ribera, su antecesor, para sostenerse en el cargo. A Battaglia lo habían ungido en el cargo el 17 de agosto de 2021. Pero, también a pesar de la cosecha auspiciosa que había logrado Sebastián, le dieron un puntapié. Su ciclo duró 324 días. Menos de un año y tiene una coincidencia con el del Negro: obtuvo dos títulos en ese período. Battaglia salió campeón de la Copa Argentina 2021 y ganó el campeonato de la Liga Profesional en 2022, justo antes de que el Consejo de Fútbol del club decidiera despedirlo en una estación de servicio, como si en Boca no hubiera suficientes oficinas para resolver esas cuestiones. ¿Por qué lo echaron a Battaglia? Por cuestiones similares a Ibarra, pero con el agregado de que esa vez las formas fueron menos decorosas y no hubo miel en las redes sociales del club.

Un detalle es que Battaglia pudo competir en la Copa Libertadores haciendo un digno papel (Corinthians eliminó a su equipo por penales en octavos, después de 180 minutos en los que Boca había mostrado cierta superioridad sobre los brasileños) y que luego lo fueron. Mientras que a Ibarra ni siquiera lo dejaron participar en el torneo internacional y por eso no pudo hacer ningún papel. Apenas lo dejaron llegar hasta el sorteo que, por cierto, resultó favorable para el Xeneize. El Negro se había ilusionado por la buena fortuna que le había deparado el bolillero.

Antes de ambos despidos, hubo más. Son muchos los ex ídolos del club que se fueron por la puerta de atrás desde la llegada de Román al poder. Rolando Schiavi, quien dirigía a la Reserva del club, fue echado también de manera burda de su cargo, a través de un llamado de telefónico. Y, de ahí para abajo, igual suerte corrieron otros hombres que trabajaron durante años en las divisiones inferiores, no bien llegaron las nuevas autoridades. Héctor Bracamonte, Sergio Saturno, Leonardo Tesone, Víctor Marchesini, Oscar Regenhardt y Luis Lúquez debieron pasar a recoger sus cosas por el club con premura, varios de ellos luego de largos años de trabajo allí.

Hoy, como siempre, en Boca la Copa Libertadores es la obsesión. Y todo lo que pase parece importar poco, más allá de los discursos que se puedan escuchar hacia fuera, de parte de los dirigentes. Tan importante les resulta la Copa que a Ibarra lo fueron antes de comenzara la competencia. Antes, el asombro surgía cuando a un DT lo echaban a poquitas fechas de empezado un torneo. Boca batió el récord. Echó a su DT dos días después del sorteo de un campeonato.