Libros

Retrato del país en construcción

Historias de la inmigración en la Argentina

Por María Bjerg

Edhasa. 230 páginas

 

Hay temas que nunca se agotan. El de la inmigración europea que terminó por reconfigurar la Argentina del siglo XX es, al parecer, uno de ellos. Los investigadores vuelven una y otra vez sobre el asunto y escriben trabajos que se solapan como repetidas capas geológicas. Se vuelve arduo entonces hallar algo distinto.

Quizás sea en las experiencias personales adonde radique la diferencia. Allí reside tal vez la clave de Historias de la inmigración en la Argentina, el último libro lanzado por la historiadora María Bjerg. En líneas generales, el gran marco del flujo migratorio no difiere del resto de lo publicado anteriormente pero las voces propias le otorgan color y calor al texto.

La prosa prolija y esterilizada de la academia se hace notar en un trabajo científico que presenta además una arquitectura clara. Prima el orden y la organización en el análisis.

El libro entonces aborda la inmigración con un enfoque global para luego circunscribirse al impacto vivido en el ámbito urbano, donde sobresale la puja política con el advenimiento del anarquismo –una idea traída de allende los mares- y la problemática en torno a la falta de vivienda y el consecuente hacinamiento.

En una segunda parte Bjerg reconstruye las alternativas vividas en el escenario rural tras la llegada de los inmigrantes europeos, muchos de ellos ansiosos por encontrar en los confines del mundo el trozo de tierra que les era negado en su comarca natal.

Empieza a tomar forma, aunque de manera parcial y restringida al Litoral, el sueño de Sarmiento de ver una Argentina de laboriosas chacras que rompan con el latifundio despoblado de la estancia.

No ocurrirá lo mismo en el sur bonaerense y la Patagonia, adonde los colonos se trasladarán también para cultivar la tierra pero primará el formato de las grandes extensiones por sobre las parcelas reducidas.

Hasta aquí nada diferente de lo ya escrito, publicado y divulgado. Es entonces en las vivencias de los inmigrantes de diversas nacionalidades –daneses, españoles, italianos y judíos, entre otros- donde se establece la diferencia con obras previas. La narración levanta vuelo, se torna animada, atractiva.

Cada experiencia es singular, de allí que se torne imposible elaborar una conclusión general. Están los que se adaptaron a la nueva tierra, ayudados por los lazos estrechos con sus compatriotas, formaron una familia, progresaron y murieron en algo parecido al bienestar.

Pero también están aquellos que padecieron el destierro y vivieron soñando con un regreso a la patria que nunca se produjo. Para ellos no hay historia con final feliz. El libro de Bjerg es un mosaico de vivencias, el retrato vivo de la construcción de la Argentina.