París (AP y NA) - Rafael Nadal saltó a la cancha Philippe Chatrier el domingo gritos interminables, aplausos atronadores y cánticos de su apodo, “Rafa”, que lo recibieron durante años mientras acumulaba un récord de 14 campeonatos del Abierto de Francia, pero esta vez estaba para ser honrado en una ceremonia de despedida.
Miles de espectadores ovacionaron de pie a Nadal, quien se retiró el año pasado, mientras caminaba por la puerta que conduce desde el vestuario hasta la superficie de juego que gobernó como nadie lo ha hecho en la historia del tenis. En lugar de esa diadema familiar o la cinta en sus dedos o los pantalones capri que hizo famosos al principio de su carrera, Nadal vestía un traje oscuro y una camisa de vestir oscura.
Sonrió ampliamente y saludó a la multitud, que parecía ocupar casi todos los asientos del recinto con capacidad para 15.000 personas.
A medida que un video destacado —que mostraba esos golpes de derecha zurdos, los gritos de ”¡Vamos!” y la carrera implacable a cada centímetro de la cancha— comenzó a reproducirse en las pantallas, Nadal se mordió el labio inferior y pareció al borde de las lágrimas. Más tarde, su voz se quebró y sollozó mientras pronunciaba un discurso de agradecimiento en francés, luego en inglés y luego en su español nativo.
“Esto es difícil”, comenzó, en francés. “Buenas noches a todos. No sé por dónde empezar después de jugar en esta cancha durante los últimos 20 años. Ganar, perder, pero sobre todo emocionarme cada vez que he tenido la oportunidad de estar aquí”.
Sobre todo ganando, por supuesto: su récord de carrera en el Abierto de Francia fue de 112-4. Es por eso que se instaló una estatua de acero de Nadal fuera de la Chatrier cuando aún era un jugador activo.
Eso incluye 14-0 en finales en el evento, que siempre se disputaron en el estadio principal del evento, a la que calificó como “sin duda, la cancha más importante de mi carrera tenística”.
"Ha sido una historia increíble que empezó en 2004, cuando vine por primera vez, pero llegué en muletas y no pude jugar por mi pie. Desde lo más alto de la pista, deseaba poder bajar a jugar. En 2005, puede jugar por primera vez, tenía 18 años. 20 años después, me he encontrado rivales que me han llevado al límite en lo físico y mental, que me han hecho crecer cada día", aseguró el español.
"Aquí, en la tribuna que hoy amablemente nos han cedido, hay mucha gente que me han querido acompañar en este momento. Es difícil empezar por alguien, pero lo haré por mis amigos de toda la vida, que siempre han sido un pilar. A los patrocinadores, que os habéis convertido en amigos. Gracias por haber confiado en mí durante tantos años. Sobre todo, porque, en los momentos de dificultad, no dejasteis de confiar en mí", indicó.
Y extendió su agradecimiento "a todos los entrenadores, preparadores físicos y fisios (fisioterapeuta)" que estuvieron con él durante su carrera.
"También a mi equipo de siempre, que habéis sido una segunda familia para mí. Y a mi familia. Muchísimas gracias por todo durante tantos años", sostuvo el español.
Nadal continuó agradeciéndole a su tío Toni, que supo ser su ex entrenador: "Toni, eres la razón por la que estoy aquí. Gracias por haber dedicado una gran parte de tu vida a querer estar conmigo. Entrenando, haciéndome sufrir, reír, llevándome al límite. Lo que hemos vivido no siempre ha sido fácil, pero ha valido la pena. Por nuestra forma de ser, ni tú ni yo somos de expresar los sentimientos, pero mi gratitud es infinita. Has sido, sin ninguna duda, el mejor entrenador que jamás hubiera podido tener".
Por último, el mallorquín culminó con unas palabras para su esposa Mery Perelló: "Mery, eres mi mejor compañera de vida. Así es más fácil, porque con las emociones y todo... No nos podíamos imaginar en 2005 que estaríamos aquí 20 años después siendo una familia. Has estado siempre apoyándome desde una posición no siempre fácil".
"Espero hacerte igual de feliz que tú a mí. Gracias a la energía y felicidad que nos da nuestro niño, todo ha sido mucho menos complicado", concluyó.
Nadal, que cumplirá 39 años el 3 de junio, agradeció a los organizadores del torneo. Sus entrenadores. Otros miembros de su séquito. Sus padres. Su esposa, que estaba en la primera fila detrás de una de las líneas de fondo, sostenía a su hijo de 2 años. Y sus mayores rivales, Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray, quienes salieron juntos para unirse a Nadal en la cancha y abrazarlo.
El discurso de Nadal fue interrumpido ocasionalmente por rugidos de los asistentes.
Recibieron camisetas que coincidían con el color de la arcilla con “MERCI RAFA” en blanco, letras mayúsculas y la fecha del domingo estampada en el frente. Dependiendo de dónde estuvieran sentados, algunas personas recibieron camisetas blancas que, cuando se veían juntas, deletreaban mensajes particulares, incluido “14 RG” junto a una representación del trofeo La Coupe des Mousquetaires otorgado al campeón masculino en Roland Garros. Otra parte de la cubierta superior mostraba “RAFA” entre dos corazones.