Opinión
Desde mi punto de vista

¿Quién gobernará a la Argentina?

El martes 9 de noviembre, o sea, cinco días antes de celebrarse las elecciones, la señora vocera presidencial Gabriela Cerruti, que a esta altura parece estar en una competencia consigo misma para ver el grado máximo de lanzamiento de fruta que se puede alcanzar, dijo: ``Los líderes de la CGT y los Movimientos Sociales reunidos con el presidente Alberto Fernández destacaron la recuperación argentina, reflejada en el crecimiento, la inversión y la creación de puestos de trabajo genuinos, y expresaron su vocación para profundizar este rumbo. El presidente celebró el proceso de unidad que está llevando adelante la CGT y que se concretará este jueves en la reunión del Confederal y les manifestó todo su apoyo a los líderes de la central obrera para avanzar en ese rumbo.­

Los dirigentes de los Movimientos Sociales expresaron su vocación de trabajar en conjunto con la CGT, y el Presidente alentó esa decisión. Todos remarcaron la importancia de las elecciones del próximo domingo y convocaron a votar masivamente a los candidatos del Frente de Todos''.­

Hacía referencia, la señora vocera lanzallamas, a la reunión que habían tenido ese día el Presidente vicario Alberto Fernández y el sinuoso Jefe de Gabinete Juan Manzur con los dirigentes gremiales Andrés Rodríguez (secretario general de UPCN), Gerardo Martínez (secretario general de la UOCRA), Héctor Daer y Carlos Acuña (cotitulares de la CGT), Gildo Onorato (secretario gremial de la UTEP), Daniel Menéndez (coordinador nacional de Barrios de Pie), Juan Carlos Alderete (líder de la CCC), el secretario de Economía Social, Emilio Pérsico y el secretario de Relaciones Parlamentarias, Fernando Navarro. Vale decir, la nobleza sindical y la nobleza piketera. Una especie de Guerra de las Dos Rosas pero del choripán. Toda esta acumulación de testosterona peronista detentaba, no obstante, un reprimido instinto de supervivencia ante el temido día 15 de noviembre.­

 

Por que por más que nos centremos en los acontecimientos derivados del día 14 en que celebramos los comicios y nos entretengamos con ese morboso paripé de las caras largas de los perdedores, el pertinaz fracaso de los boca de urna y el pisoteo de la lengua castellana que hacen los analistas políticos para rellenar las horas que van del cierre de urnas al resultado más o menos definitivo, la realidad es que el lunes 15 de noviembre llegará, inexorablemente. Y lo que determinará nuestro futuro depende más de lo que pasó el 9 que de lo que pase el 14. Así de desteñida está esta fiesta de la democracia.

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UN LUGAR INVIVIBLE­

­Al gobierno le estallaron en las manos en el último tramo de campaña horrendos casos de inseguridad que vienen convirtiendo al conurbano en un lugar invivible, las consecuencias de sus desaciertos en materia económica que a nadie sorprenden y una serie de papelones presidenciales que hacen dudar de la intención de Alberto Fernández de permanecer al frente del ejecutivo. 

Pareciera que existe una resignación en las filas oficialistas que ya ensayaron varias formas de minimizar el mal trago. Si miramos el promedio de las últimas elecciones argentinas el mayor ganador es el voto castigo y ese detalle no se le escapa a los candidatos, al gobierno, a los gremialistas ni a los piketeros.­

Las urnas funcionan así porque el modelo argentino está agotado. Sin que la política pueda ofrecer ninguna alternativa al modelo, la decadencia enfrenta a los votantes con su propio fracaso una y otra vez. No hay magia. Las debacles electorales se aceleran porque nadie quiere meter mano en ninguna reforma estructural. Es más la gente que no produce y cobra que la que produce y paga y no hay nada que hacerle. La caída de este oficialismo será irremediable, como lo será la caída del oficialismo siguiente y las razones de esta tragedia terminal estaban sentadas en la mesa del 9 de noviembre viendo cómo hacían para que no termine de morir el comatoso que parasitan.

El factor determinante es que Argentina no puede sincerar la acción extorsiva que llevan a cabo estos dos grupos de poder sin control: los sindicatos y los movimientos sociales. No existe la forma de que el país pueda soñar con alguna forma de crecimiento ni repunte mientras estos dos grupos sigan modelando la política económica y social.­

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VELORIOS A CIELO ABIERTO­

Teniendo esto en cuenta, no deja de sorprender que la CGT y los Movimientos Sociales hayan manifestado a 5 días de las elecciones que estamos realizando hoy, su intención de llevar adelante una manifestación conjunta el próximo 17 de noviembre para celebrar el "Día de la Militancia y apoyar la segunda etapa del gobierno para seguir avanzando en la recuperación económica y la justicia social''. ¿Se hicieron adictos a los velorios a cielo abierto? ¿Creerá este hermoso grupo humano que le sirve al Presidente para mostrar el control de la calle? ¿A quién le quieren hablar con esa manifestación? ¿A Cristina? ¿al FMI? ¿Se hablan entre ellos?­

Cuando hay voto castigo, cuando una gestión o manifestación política sufre una pérdida de apoyo tan inmediata, la reprimenda no viene de los grupos que le son refractarios sino de los sectores propios. Los votantes peronistas que hace dos meses se estaban cayendo del mapa no mejoraron su terminal situación y son precisamente la clientela de los sindicatos y movimientos sociales. ¿Qué les van a decir el Día de la Militancia? ¿Van a pedir más trabajo o más planes? ¿Van a pedir romper con el FMI o acordar? ¿Cámpora si o no? ¿Mano dura si o no? Demasiados intereses encontrados.­

El kirchnerismo es ahora preso de sus propias contradicciones porque en la crisis los diversos peronismos, las izquierdas identitarias, los intelectuales k, los barras, los sindicatos y los movimientos sociales no pueden ir de la mano. Su mascarada ideológica ahora genera enfrentamientos. Es su propia clientela la que se manifiesta contra la inseguridad y la que pide más trabajo y menos planes pero a la vez Cristina no puede renunciar a su mascarada ideológica porque es la que le garantiza el apoyo de su núcleo duro. Los sindicatos no están dispuestos a dejar que el kirchnerismo los segregue ahora que pueden perderlo todo por haber apoyado al Frankenstein electoral del 2019. Los piketeros no pueden aplacar la demanda de los millones a los que convencieron de que el Estado les debe pagar por existir. Demasiados sectores en pugna para convivir en el monoambiente que representa el fracaso de una gestión que tiene dos años más para seguir fracasando con esmero.­

En la medida en que la Argentina se va volviendo más inviable, la utilidad del Presidente Alberto Fernández tal como la pensó la vicepresidente se agota. La fórmula del presidente vicario que podría hacer convivir a distintos sectores del peronismo ya es risible y pasado el fragor eleccionario pocos tendrán voluntad de seguir haciendo como que no pasa. El divorcio del kirchnerismo con la sociedad ya está planteado y con eso tendrá que lidiar la sociedad desde el 15 de noviembre. El gobierno será incapaz de dar un paso en ninguna dirección sin que a esto se le opongan uno o más actores de los que estaban sentados en la mesa el 9 de noviembre. Haga lo que haga siempre, de cualquier modo, estará dando el paso equivocado.­

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LOS DIENTES­

­El martes pasado, en el despacho presidencial de la Casa Rosada, los dueños de la Argentina se mostraron los dientes entre ellos, de paso mostraron los dientes al Presidente y trataron de mostrar los dientes a la Vice. Unidos por el espanto, los jefes sindicales y los dirigentes piketeros pusieron una fecha a la marcha en la que tratarán de mostrar los dientes al resto de la sociedad ocupando las calles como reaseguro de que no van a permitir que el hilo se corte por el lado de ellos. El objetivo es, de nuevo, asegurarse de que no haya ninguna reforma que afecte su capacidad de parasitar al moribundo.

Todas estas maniobras, sin embargo, no pueden anticipar las jugadas de Cristina que viene torciéndoles el brazo cada vez con más facilidad. Se ve que no aprenden. El sábado 18 de mayo de 2019 a las 9:02 de la mañana la entonces senadora dictaminada por sus redes: ``Le he pedido a Alberto Fernández que encabece la fórmula que integraremos juntos, él como candidato a presidente y yo como candidata a vice'', cerrándole a todo el peronismo cualquier otra alternativa de poder que no la incluyera. 

Luego de las PASO, epistolarmente les cerró cualquier autocrítica y opción de maniobra y también aceptaron sin chistar. Han demostrado ser impotentes ante cualquier radicalización que la Vicepresidente diseñe hasta en sus pesadillas más oscuras. Ahora son conscientes de que esta cuarta versión del kirchnerismo podría hundirlos, enfrentarlos, encerrarlos y lo único seguro es que no es esperable el menor éxito.­

El 15 de noviembre se habrá terminado el circo, sea cual sea la próxima composición del Congreso, esté dolido quien esté dolido, la Argentina seguirá siendo ingobernable. Nadie querrá cortar ahí donde avanza la gangrena y la gangrena seguirá avanzando, es inevitable. Cuando quede poca sangre para chupar, los parásitos comenzarán a pelear entre ellos y ese Frankenstein zurcido en los albores de 2019 comenzará a desgranarse. Aparecerán los llamamientos al gran acuerdo nacional de parte de los mismos que decían que la panacea residía en el peronismo unido. Pero ningún acuerdo, ningún pacto funcionará cuando, inexorablemente, se enfrenten los muchachos que se sentaron con el Presidente el 9 de noviembre, cinco días antes de las elecciones a repartirse las sobras.­

Así está el tablero, lo demás es cotillón. Más allá de cualquier proceso eleccionario en la realpolitik es imposible saber: ¿Quién gobernará a la Argentina?­