La reapertura del Teatro Argentino de la Ciudad en el solar de Bartolomé Mitre 1448, el mismo sitio en el que funcionó hasta mayo de 1973, cuando fue incendiado de manera intencional, constituye una de las grandes novedades del año en materia cultural en el ámbito porteño. Sin embargo, la constatación por parte de La Prensa de que después de algunas semanas de actividad el teatro permanece cerrado y sin programación prevista para el mes de noviembre, abre interrogantes sobre el futuro de un espacio escénico que empezaba a delinear un perfil propio.
A escasos dos meses de la inauguración oficial con toda la pompa, con la presencia de autoridades como la ministra de Cultura de la Ciudad, Gabriela Ricardes, y personalidades de distintas ramas del arte, todo es silencio detrás de las puertas vidriadas y el pesado cortinado que separan la calle del foyer, el primer sector del edificio en ser terminado y donde se venían desarrollando diversas performances y shows musicales.
“Aquí estamos, surfeando la ola”, responde, siempre atento, Diego Sebastián Oria, director artístico del Argentino, ante el llamado de este medio en busca de respuestas. “Una vecina se quejó por ruidos molestos”, resume la situación. “En el teatro nosotros tenemos unas lucarnas, tres en total, que permiten el ingreso de luz, pero ocurre que se filtra el sonido por los vidrios. Ante la queja fuimos a la medianera, subimos el volumen y, efectivamente, comprobamos que eso estaba pasando”, explica. No llegaron a intentar una solución que la vecina “del costado derecho”, como la identificó alguien ligado al proyecto, ya les había plantado una denuncia. Debieron cesar las actividades hasta darle un cierre definitivo al problema.
PLAZOS
“Hoy tengo a toda la gente trabajando para que ya no se escape el ruido. Pensamos que iba a estar arreglado hace dos semanas, después me dijeron que sería la semana pasada, pero al día de hoy todavía no estamos listos. Aparentemente, recién este viernes estará todo a punto”, se esperanza Oria.
De todos modos, frente al temor de tener que levantar la grilla por un imprevisto, el director artístico no programó espectáculos para noviembre. “Sí tengo títulos previstos para diciembre, enero y marzo, a la espera de que a fines de abril podamos inaugurar la sala grande”, anticipa. Es que el corazón del nuevo Teatro Argentino de la Ciudad será un espacio adaptable a distintos requerimientos de producción, que llevará el nombre de Norma Aleandro y tendrá capacidad para unas setecientas personas.
PRIMER MES
“Dentro de todo, es mejor que esto nos haya pasado ahora y no más adelante, con todo ya encaminado”, analiza el dramaturgo y director teatral. “Tuvimos un primer mes en que nos fue muy bien en el sentido de que cumplimos con todas las expectativas, incluso a nivel económico”.
Para sorpresa de muchos, los jóvenes de 18 a 25 años tomaron la delantera convirtiéndose en la franja etaria con mayor presencia en el Argentino. Eventos como el Festival Alluma, que convocó a cientos de personas dispuestas a disfrutar de ocho bandas indie en vivo, refirmaron lo que Oria venía maquinando: “Ese era el público que queríamos que llegara y por suerte el impacto fue inmediato".
Diego Sebastián Oria, director artístico el Teatro Argentino de la Ciudad. (Foto: Guillermo Adami)
Durante las primera semanas de esta nueva etapa también pasaron por el escenario móvil montado en el foyer figuras como Pepe Cibrián Campoy con su unipersonal y Javier Daulte en un ciclo de charlas. Hubo conciertos de Jorge Soldera y el trío Vox Popurrí, espectáculos musicales como ‘Esas malditas canciones’ y ‘Dreams on Stage’, y propuestas ligadas a la psicología, la astrología y el mindfulness.
“Esto del cierre fue un baldazo de agua fría, claro, pero le estamos poniendo el cuerpo”, se despide Oria ilusionado.