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La sala II de la Cámara Federal revocó su sobreseimiento

Procesaron a la viuda de Forza por la presunta venta de medicamentos falsos

Junto a su pareja, Solange Bellone fue presidenta de la droguería Seacamp S.A., que en 2007, según la causa, habría entregado medicamentos contra el cáncer a una obra social que -a su vez- hizo llegar a dos de sus afiliados remedios oncológicos presuntamente adulterados.

Solange Bellone, la viuda de Sebastián Forza, uno de los jóvenes asesinados en el llamado triple crimen de General Rodríguez, fue procesada hoy por la Cámara Federal por la entrega de medicamentos presuntamente adulterados, informaron fuentes judiciales.

Los voceros dijeron que la decisión fue tomada por la Sala II de la Cámara al revocar el sobreseimiento y procesar a la viuda en base a las pruebas de la causa.

La acusada era esposa de Sebastián Forza, el joven empresario farmacéutico que junto a Damián Ferrón y Leopoldo Bina fue asesinado hace 13 meses, en un crimen mafioso que se relacionaría con el tráfico de efedrina.

Junto a su pareja, Solange Bellone fue presidenta de la droguería Seacamp S.A., que en 2007, según la causa, habría entregado medicamentos contra el cáncer a una obra social que -a su vez- hizo llegar a dos de sus afiliados remedios oncológicos presuntamente adulterados.

La causa, igualmente, no está relacionada directamente con la mafia de los medicamentos que ahora investiga el juez federal Norberto Oyarbide.

Se trata de una vieja investigación en donde se analizaba la adulteración de un lote de remedios oncológicos elaborados para el tratamiento de cáncer de mama. El fiscal Marcelo Munilla Lacasa había pedido que se indagara a Bellone en el marco de la causa que investiga "la adulteración y comercialización del medicamento Herceptin 44° mg por 1 vial con 440 mg de principio activo, elaborado originalmente por el laboratorio Roche, incluidas las consecuencias dañosas que su utilización habría producido".

La presunta adulteración de los remedios fue advertida los días 26 y 30 de abril de 2007, cuando las pacientes J.P., del Instituto de Asistencia Social para Empleados Públicos (Isapep), de Formosa, y B.B., afiliada a Fedecámaras, se presentaron en los hospitales Italiano y Tornú, respectivamente, para aplicarse los medicamentos y los profesionales advirtieron supuestas diferencias con los remedios habituales.