Opinión
El caso de la decadencia de Concordia

Pobreza y responsabilidad

El 75% de los chicos es pobre en Concordia. Esa cifra es del 27% en la ciudad de Buenos Aires, aún con la creciente cantidad de gente que se ve dormir en las calles porteñas, lo que da idea de la caída provinciana.

Haber vivido y trabajado como médico entre 1974 y 1977 en la que fuera entonces una suerte de perla entrerriana sobre la costa del Uruguay, me permitió un íntimo contacto con todos los aspectos de su sociedad.

Pujantes producción e industria cítricas, forestación, buen campo especialmente ganadero (Concordia festejaba cada año la tercera Exposición Rural del país, detrás de las de Buenos Aires y Rosario), cierta industria, impulso adicional por la construcción de la represa de Salto Grande…, permitían imaginar un futuro aún más próspero. Pero ya se iniciaba ahí la caída.

Por un lado, la traición al general Videla en la persona de su vicepresidente y camarada de siempre, Viola, enriquecido en la ciudad por vía matrimonial, que empezaba a armar sin suerte ni dignidad una salida partidocrática. Por otro, la persistencia y el encumbramiento de un falso peronismo de origen objetivamente prostibulario, accediendo al poder local y pronto provinciano.

Poco después la incapacidad para absorber la mano de obra desocupada de Salto Grande y, peor, el pacto entre gobernadores que mudó un par entero de villas miseria desde el gran Buenos Aires a las puertas de Concordia sin que hubiera cómo sostenerlas.

El resultado es, alrededor de una ciudad con otrora un cinturón brillante de quintas de citrus, hoy un enorme basural, modelo para cuanto documental deprimente pueda circular por televisión. Y los indignantes números de chicos desnutridos y maleducados.

ANEMIA EDUCATIVA

Porque Concordia -que gracias a la generosidad intelectual de uno de sus mejores hijos, nombrado rector, fue capaz de trasladar con éxito la Universidad de Entre Ríos desde la burocrática Paraná a la histórica Concepción del Uruguay- se fue quedando anémica también en materia de educación, a pesar hasta de haber sido en 1902 cuna de la primera escuela privada de la provincia de Entre Ríos.

Concordia, cuya decadencia abarcó no sólo períodos perokirchneristas de asalto, sino también radicales de singular incapacidad, no quiere ser aquí apenas una doliente memoria.

La describo suscintamente como un ejemplo de lo que ha pasado a la Patria y de lo que va a seguir pasando si vamos a continuar gobernados por una mentalidad que oscile entre el liberalismo especulativo y el socialismo del prevaricato.

LA UBA OTRO EJEMPLO

La Universidad de Buenos Aires es otro ejemplo casi calcado. Porque miente quien predique que su disimulada chatura se debe al bajo presupuesto: allí hace rato que, progresistas radicales y socialistas disimulados mediante, el poder ha quedado en manos de un gremio teledirigido que sabe de todo menos de educación y de cultura. Entre bombos y barrabravas con el premio de fructíferas playas de estacionamiento entre otras fortunas, la Universidad va bajando rápidamente escalones en la consideración local e internacional de sus verdaderas funciones. Pero organiza cada marcha…

Desgraciadamente el pronóstico para la curación de estos males -apenas un par descriptos con responsabilidad testimonial- no es bueno bajo un gobierno nacional que ignora cuál es la verdadera función del Estado y amenaza con dejarla hasta en manos extranjeras.

El alejamiento del pueblo de los comicios prueba que mucha gente capta el problema, pero eso solo no trae ninguna solución.